Verdadera felicidad

Pero hay una razón por la que Dios desea que seamos nos limpiemos de nuestros pecados y seamos así limpios. Porque ellos verán a Dios. Y de esta manera alcanzar nuestra máxima felicidad. Imagínese aquel día cuando estemos con el en gloria. Yo deseo un día estar con el ¿y usted?

Solo tenemos que hacer una sola cosa.

Confesar nuestro pecados delante de Dios. El fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad. No nos costará nada, no tenemos que pagar nada, el ya lo hizo en la cruz del calvario por usted y por mí.

David comprendió esta verdad cuando dijo; “Crea en mí oh Dios un corazón limpio y renueva un espíritu recto dentro de mí.” Pero antes de esto el dijo: “Ten piedad de mí oh Dios conforme a tu misericordia, conforme a la multitud de tu piedades borra mis rebeliones. Lávame mas y mas de mi maldad y límpiame de mis pecados.

Y Dios perdonó sus pecados. Por esta razón el dijo alegremente:

Bienaventurado aquel cuya transgresiones han sido perdonado y cubierto su pecado.” Salmos 32. Nueva mente aparece la palabra bienaventurado que “significa doblemente feliz.”

¿No le gustaría experimentar lo mismo que experimentó David cuando confeso sus pecados a Dios? ¿Quiere hacerlo en esta noche?

Romanos 10:9-10; Salmos 24:3-4

Usted puede ser ese tipo de persona y ser feliz en las manos de Cristo Jesús.

© Jaime Morales Cruz. Todos los derechos reservados.

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