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Las bendiciones de Dios en Deuteronomio 33

Bosquejos Bíblicos

Prédica de Hoy: Las bendiciones de Dios en Deuteronomio 33

Bosquejos para predicar. Texto Bíblico: Deuteronomio 33: 25. “Hierro y bronce serán tus cerrojos, Y como tus días serán tus fuerzas.

Introducción

Las bendiciones de Dios, como muestra todo Deuteronomio 33, no son iguales para todos sus hijos. En la lectura de este capítulo Bíblico se ve claramente que el Señor tiene una bendición especial para cada uno. Nosotros, en la actualidad, también gozamos de ese mismo privilegio.

Ilustración

Existe una historia que ha sido contada en muchas versiones y que ilustra lo que estoy diciendo. Un hombre soñaba todos los días con un gran tesoro. Primero, este sueño lo hizo pensar cuando ya eran 7 días seguidos que tenía el mismo sueño. Él pensó que era una casualidad.

Después cuando ya llevaba un mes soñando con ese mismo tesoro se inquietó aún más. Sin embargo, fue hasta el sexto mes de soñar el mismo sueño que decidió tomar acción. En el sueño, él se veía en un lugar muy lejano encontrado un grandioso tesoro.

Así que, el hombre, emprendió su viaje y por fin llegó al destino. El problema es que había una persona más allí, que no había visto en el sueño. Si desenterraba el tesoro lo más seguro es que tuviese que compartirlo. Así que acampó para esperar, pero luego de tres días la otra persona no se iba. Más bien, se acercó a él y le preguntó: ¿Qué haces aquí?

El hombre no sabía si responder, en definitiva, contó toda su historia a la otra persona. Esta última se burló de él y le dijo que era muy tonto al haber hecho semejante viaje solo por un sueño. Además, agregó que él mismo había soñado durante seis meses que en la casa de un hombre que vivía muy lejos había, también, un gran tesoro.

La casa que describió la persona en la que estaba el tesoro era la casa del hombre. Entonces, él volvió a su hogar y se dio cuenta que el tesoro siempre había estado con él.

I. Las bendiciones de Dios son diferentes

Muchas veces, nosotros actuamos de la misma forma que el hombre de la historia. Él lo hizo porque no sabía en realidad donde estaba el tesoro. Nosotros, por otro lado, buscamos que las bendiciones de Dios sean las mismas que poseen otras personas. En otras palabras, queremos que el Señor nos dé lo mismo que le ha dado a otros de sus hijos.

Deuteronomio 33 nos muestra un panorama totalmente distinto. Dios tiene para cada uno de nosotros una bendición particular. Aún más, el mensaje que Moisés da a cada tribu refleja que las bendiciones de Dios son infinitas. Además, que cada uno de nosotros tendrá dones particulares dados por Dios.

a. Dios nos ama

La premisa fundamental de las bendiciones de Dios es que Él nos ama. Deuteronomio 33: 3 dice claramente “Aun amó a su pueblo.” Antes de comenzar con las bendiciones, Moisés nos recuerda que el amor del Padre es para todos. Las bendiciones de Dios llegan a nosotros primeramente porque el Señor nos ama.

b. La respuesta a las bendiciones de Dios

Así como el Señor tiene bendiciones para todos, espera que todos le sigamos. El mismo versículo, Deuteronomio 33: 3, muestra esta realidad de la vida cristiana. Dice expresamente: “Por tanto, ellos siguieron en tus pasos.” La respuesta a las bendiciones de Dios es seguir sus pasos.

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