Dios y la idolatría

Así es que no solo los ídolos son objeto de adoración, también lo es todo aquello que servimos con nuestros recursos, aquello que le damos una importancia que no merece. Dios es el único que merece nuestra adoración, nuestro tiempo, los recursos, todo lo que somos. Debemos servir al Señor con todo nuestro ser y no servir a los ídolos.

b) Dios y la idolatría – El castigo (Ezequiel 23:49)

Dios es claro en el mandamiento que nos deja de no adorar ídolos, sino sólo a Él. Porque la idolatría es pecado y la paga del pecado es la muerte. Por lo tanto Dios castigará la idolatría, castigará al idólatra que se aparta tras sus dioses y abandona al Dios verdadero.

No hay excusa para dejar de servir a Dios, pues Él es justo y siempre busca lo mejor para sus hijos. Así es que debemos servirle de todo corazón.

3) Dios y la idolatría – El hombre y la idolatría

Pero el ser humano se aparta de Dios y se crea falsos dioses para servirles. Falsos dioses como el dinero, porque muchos tienen su confianza en sus posesiones. Como las personas mismas, porque hay quienes confían más en otras personas que en Dios. Pero Dios quiere que le adoremos solo a Él.

4) El consejo de Dios (1 Corintios 10:14)

El consejo de Dios es que huyamos de la idolatría, que la desechemos. No solo a los dioses hechos con materiales de esta tierra, sino aquellos ídolos que levantamos en nuestra mente. Desechemos todo aquello que no proviene de Dios.

En Gálatas 5 leemos como la idolatría es una de las obras de la carne. Por lo tanto lo que debemos hacer es lo que dice su palabra, hacer morir lo terrenal en nosotros y no poner la mirada en los hombres, sino en Dios.

Conclusión

Solo hay un Dios digno de ser alabado, a Él le debemos toda adoración. Por tanto desechemos toda obra de la carne, desechemos la idolatría y sirvamos al único y sabio Dios.

© José R. Hernández. Todos los derechos reservados.

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