Bosquejos Bíblicos
Bosquejos Bíblicos Prédica de Hoy: Dejemos de quejarnos
Lectura Bíblica: “Aconteció que el pueblo se quejó a oídos de Jehová; y lo oyó Jehová, y ardió su ira, y se encendió en ellos fuego de Jehová, y consumió uno de los extremos del campamento. Entonces el pueblo clamó a Moisés, y Moisés oró a Jehová, y el fuego se extinguió. Y llamó a aquel lugar Tabera, porque el fuego de Jehová se encendió en ellos. Y la gente extranjera que se mezcló con ellos tuvo un vivo deseo, y los hijos de Israel también volvieron a llorar y dijeron: ¡Quién nos diera a comer carne! Nos acordamos del pescado que comíamos en Egipto de balde, de los pepinos, los melones, los puerros, las cebollas y los ajos. Y ahora nuestra alma se seca; pues nada sino este maná ven nuestros ojos. Y era el maná como semilla de culantro, y su color como color de bedelio. El pueblo se esparcía y lo recogía, y lo molía en molinos o lo majaba en morteros, y lo cocía en caldera o hacía de él tortas; su sabor era como sabor de aceite nuevo.” Números 11:1-8
Introducción
¿Cómo ve usted a una persona que pasa quejándose todo el tiempo? La vemos mal.
¿Alguna vez se ha preguntado cuánto se queja en un día? Muchas veces nos quejamos cuando vamos a un restaurante porque no sirven rápido la comida. Nos quejamos del servicio de telefonía cuando no tiene señal o se corta el servicio de internet y decimos: “¡Voy a poner una queja!”
Nos quejamos de nuestro cónyuge, de nuestros hijos, de nuestros padres. Nos quejamos del trabajo porque nos pagan poco, porque trabajamos más de lo debido, porque no están las cosas en orden, etc. Nos quejamos del tráfico.
Hay una queja muy difícil de quitar de nuestra vida: “¿Por qué a otros les va bien y a mí me va mal?” Muchos de nosotros vivimos una vida de queja constante, tanto que hemos convertido la queja en un hábito.
¿Qué es la queja?
Expresar nuestro descontento por medio de palabras.
¿De dónde proviene la queja?
La queja proviene de la frustración que sentimos al ver que nuestras expectativas no se han hecho realidad y esto nos coloca en el rol de víctima. Además, quejarnos continuamente también afecta nuestra salud: incrementa los niveles de cortisol, lo que aumenta el estrés.
Para los cristianos, quejarse es una demostración de descontento hacia Dios.
Ilustración
“Y toda la congregación de los hijos de Israel murmuró contra Moisés y Aarón en el desierto; y les decían los hijos de Israel: Ojalá hubiéramos muerto por mano de Jehová en la tierra de Egipto, cuando nos sentábamos a las ollas de carne, cuando comíamos pan hasta saciarnos; pues nos habéis sacado a este desierto para matar de hambre a toda esta multitud.” Éxodo 16:2-3
¿Por qué nos quejamos?
Porque no tenemos un corazón agradecido por las cosas que el Señor ha hecho y hace en nuestras vidas.
Bosquejo
I. Dejemos de quejarnos, evitemos conversaciones negativas
Números 11:4: “Y la gente extranjera que se mezcló con ellos tuvo un vivo deseo, y los hijos de Israel también volvieron a llorar.“
II. Dejemos de quejarnos, no te acuerdes de las cosas del pasado
Números 11:5: “Nos acordamos del pescado que comíamos en Egipto de balde, de los pepinos, los melones, los puerros, las cebollas y los ajos.“
III. Dejemos de quejarnos, practiquemos la gratitud
Números 11:6: “Y ahora nuestra alma se seca; pues nada sino este maná ven nuestros ojos.“
- No te quejes de tu casa porque es muy pequeña o muy grande. Da gracias a Dios; otros desean tener una casa como la tuya.
- No te quejes de tu vehículo; hay quienes no tienen uno y deben andar a pie o en transporte público.
- No te quejes de tu trabajo; otros quisieran tener un empleo.
- No te quejes de tu familia; muchos anhelan tener una familia como la tuya.
Dejemos de mirar lo que otros tienen y demos gracias por lo que Dios nos ha dado. Si tienes mucho o poco, demos gracias al Señor.
El apóstol Pablo dijo: “He aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación.” (Filipenses 4:11). ¿Cómo estaba Pablo? Agradecido.
IV. Dejemos de quejarnos, cambia tu forma de pensar
Números 11:7-8: “Y era el maná como semilla de culantro, y su color como color de bedelio. El pueblo se esparcía y lo recogía, y lo molía en molinos o lo majaba en morteros, y lo cocía en caldera o hacía de él tortas; su sabor era como sabor de aceite nuevo.“
Conclusión
¿Hacia dónde me lleva mi queja? A ofender a los que me rodean y a pecar contra Dios.
¿Cómo puedo deshacerme de la queja? Acerquémonos a Dios en oración y demos gracias por todo lo que Él nos ha dado. Comencemos a valorar todo lo que Dios nos ha dado y disfrutemos cada día tomados de Su mano.
“Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús.“
(1 Tesalonicenses 5:18)
© Moisés García. Todos los derechos reservados.