Bosquejos Biblicos – Bosquejos para Predicar
“...Y he aquí un intérprete de la ley se levantó y dijo, para probarle: Maestro, ¿haciendo qué cosa heredaré la vida eterna? 26 Él le dijo: ¿Qué está escrito en la ley? ¿Cómo lees? 27 Aquél, respondiendo, dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo. 28 Y le dijo: Bien has respondido; haz esto, y vivirás. 29 Pero él, queriendo justificarse a sí mismo, dijo a Jesús: ¿Y quién es mi prójimo? 30 Respondiendo Jesús, dijo: Un hombre descendía de Jerusalén a Jericó, y cayó en manos de ladrones, los cuales le despojaron; e hiriéndole, se fueron, dejándole medio muerto. 31 Aconteció que descendió un sacerdote por aquel camino, y viéndole, pasó de largo. 32 Asimismo un levita, llegando cerca de aquel lugar, y viéndole, pasó de largo. 33 Pero un samaritano, que iba de camino, vino cerca de él, y viéndole, fue movido a misericordia; 34 y acercándose, vendó sus heridas, echándoles aceite y vino; y poniéndole en su cabalgadura, lo llevó al mesón, y cuidó de él. 35 Otro día al partir, sacó dos denarios, y los dio al mesonero, y le dijo: Cuídamele; y todo lo que gastes de más, yo te lo pagaré cuando regrese. 36 ¿Quién, pues, de estos tres te parece que fue el prójimo del que cayó en manos de los ladrones? 37 Él dijo: El que usó de misericordia con él. Entonces Jesús le dijo: Ve, y haz tú lo mismo…” Lucas 10:25-37
Introducción:
El llamado a la misión que Dios te hace va mucho más allá de solo salir a dar testimonio, fundar iglesias o viajar a lugares remotos para hacer todo esto. El llamado a la Misión implica, en primer lugar AMOR. Y este amar “con todas tus fuerzas” te lleva a la Misericordia. “Cuando sos llevado por la misericordia de Jesucristo estas haciendo misión.”
I. MISIÓN SIN MISERICORDIA
El sacerdote (10:31), un hombre de Dios, una persona que le gusta hacer la voluntad de Dios y que la conoce; que conoce la necesidad y la miseria que causa el pecado. Que dice y siente amar a Dios y a su prójimo: “…y viéndole, pasó de largo…”
El Levita (vers. 32), un hombre que trabaja para Dios, con las mismas características que el sacerdote, un misionero ideal e idóneo, que dice y siente amar a Dios y a su prójimo: “…y viéndole, pasó de largo…”
II. MISIÓN MOVIDA POR LA MISERICORDIA
La diferencia entre las actitudes de los tres es obvia, pero la actitud que marca al samaritano es única: “…fue movido a misericordia…” (vers. 33).
La Misión movida por misericordia te hace involucrarte (“…Y acercándose…” vers. 34a)
La misión movida por misericordia te lleva a cubrir las necesidades con amor activo:
Si o sí te lleva a manifestar el amor de Cristo en acciones concretas de misericordia.
Te lleva a “postergarte” mirando la gran necesidad de tu prójimo sobre la tuya; sabiendo que Dios traerá mayor bendición… “el que pierde su vida por causa de mí, la ganará”.
Te lleva a consagrar tus bienes a Jesucristo en amor a otros. Te lleva a traer bendición al que menos tiene y a tu vida.
“…Bienaventurado el que piensa en el pobre; En el día malo lo librará Jehová. 2 Jehová lo guardará, y le dará vida; Será bienaventurado en la tierra, Y no lo entregarás a la voluntad de sus enemigos. 3 Jehová lo sustentará sobre el lecho del dolor; Mullirás toda su cama en su enfermedad…” Salmos 41:1-3
Conclusión
Dios te llama a cumplir tu misión, pero esto no será efectiva sino la haces movida por la misericordia que te lleva a identificarte con el perdido y darte a tí mismo a Dios.
Bendiciones.
