Devocionales Cristianos – Reflexiones Cristianas
Somos dados a considerar las faltas que se cometen contra nosotros, en motivo más que suficiente para retirarle nuestra confianza y muchas veces hasta nuestra amistad a las personas que no cumplen con nuestros requisitos y demandas.
La naturaleza Adámica presente en cada uno de nosotros como consecuencia del pecado, quiere levantar su cabeza una y otra vez, hasta que Dios mismo nos impulsa a perdonar, pero las reservas por lo general siempre quedan, por lo cual olvidar ya es harina de otro costal.
¡Qué diferente es nuestro Dios! Su ira y enojo, aunque son una constante para con el hombre pecador, cesan de una manera única cuando los hombres viran el rostro hacia Él. El pueblo de Israel que una y otra vez pecó contra Dios dijo: “no hay otro Dios como tú”.
Los que sobrevivieron al exilio, rogaban a Dios para que perdonara los pecados de la nación, ellos habían confesado su culpa, y ahora Dios en su inmensa misericordia los perdonaba y sus pecados fueron arrojados al fondo del mar, muy lejos donde nunca más se pudieran encontrar.
¿Alguien te ha hecho algún daño y lo perdonaste, pero guardas ese registro en tu corazón?
El versículo que quiero compartirte hoy, nos habla de un Dios que aunque fallamos una y otra vez contra Él nos extiende la mano en señal de que no nos abandonará en medio de nuestras miserias humanas.
Versículo para hoy:
“…¿Qué Dios como tú, que perdona la maldad, y olvida el pecado del remanente de su heredad? No retuvo para siempre su enojo, porque se deleita en misericordia…” (Miqueas 7:18)
Que Dios ponga en ti hoy y siempre un corazón perdonador.
Muchos son los que te fallarán, pero seguir el consejo de Dios hará que el Señor se deleite en llamarte su hijo(a).
Gracias hermanos por dejar éste tesoro de mensaje en nuestros corazones. Hoy Dios me ha hablado de diferentes formas que debo aprender a perdonar.
Estarán en mis oraciones, q Dios les bendiga ricamente.