Devocionales Cristianos – Mensajes Cristianos
“…Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe,mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley…” Gálatas 5:22-23 (RVR1960)
Cierto día en una reunión de jóvenes hacia la pregunta: ¿Qué es guardar el testimonio?
Las respuestas en su mayoría, fueron: cuidarnos de cómo hablar, de cómo vestirnos, como comportarnos, como tratar a los demás, etc. Luego pregunte, ¿Qué es guardar la imagen?
Las respuestas no variaron mucho, y lo que sucede es que muchas veces nos decimos a nosotros mismos “no quiero equivocarme”, en lugar de decir “No quiero fallarle a Dios”.
Lo que sucede es que como hijos de Dios muchas veces perdemos la perspectiva de que es guardar el testimonio. Si leemos el texto del inicio nos daremos cuenta que guardar el testimonio es una acción hacia los demás. Sera el prójimo el beneficiado con nuestro testimonio y Dios será exaltado pues lo verán reflejado en nosotros.
A veces nos dicen que el modelo a seguir es Jesús y vivimos frustrados porque no morimos en la cruz, cuando lo que Jesús hizo fue ser obediente, si solo eso, ser obediente.
Si amigos a estas alturas seguramente te has caído de la silla, pero es la verdad, Jesús fue obediente. Cuando nuestra obediencia a la palabra de Dios resulta en la manifestación de las cualidades del fruto, oiga bien FRUTO, no frutos. Un fruto (resultado) que huele a amor, a gozo, a paz, etc., que llevara beneficio al prójimo y gloria a Dios, muy diferente al cuidarme del que dirán de mi.
Si el fruto es manifiesto en nuestra vida, por ejemplo, no nos preocuparemos cómo comportarnos, porque el fruto nos hace comportarnos con templanza y mansedumbre. Si el fruto se manifiesta no nos preocuparemos como hablar, porque hablaremos con fe, con paciencia, con paz, y así:
Obediencia…
“…Y Samuel dijo: ¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas, como en que se obedezca a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros…” (1 Samuel 15:22).
Dios mismo nos da la clave para mantener la comunión con Él. No es que vayamos a ser más amados porque ya nos ama, es porque Él espera que seamos obedientes. Para el único beneficio personal.
Los únicos beneficiados de nuestra obediencia seremos nosotros mismos. Es aquí en donde surge la revelación del propósito diario de Dios para nosotros. Ese gran propósito que es Adorarlo en espíritu y verdad.
La muerte de Jesús en la cruz no fue solo un sacrificio para nuestra salvación personal, es aún más profunda. Es el ejemplo de lo que debemos hacer día a día, morir en la cruz, esa muerte de nuestra naturaleza pecaminosa. La salvación de Jesús, nos da la entrada con el padre pues nuestros pecados son perdonados, pero también es para que tengamos la capacidad de rendirnos diariamente a su voluntad, matando de esa manera nuestra carne.
Jesús sabía que para conocer que hacer tenía que estar en comunicación constante con el Padre, no se puede saber su voluntad si no se está en comunicación con Él. No podrás conocer de Dios, si no le hablas y escuchas su voz, atreves de la escritura. Y no podrás estar en comunicación con el Padre si no eres obediente. Jesús es nuestro referente cristiano. Jesús sabía que la obediencia da por sí mismo testimonio de nuestra vida.
Jesús no guardo testimonio, DIO TESTIMONIO, de ser hijo de Dios. No podemos guardar el testimonio porque debe ser visto por los demás, lo que se guardan son las apariencias, pero el testimonio debe contarse… por eso se llama TESTIMONIO… y tu que guardas?
© Carlos Antonio Ramos