Devocionales Cristianos… Mensajes Cristianos
Es usual que aquellas personas que nos aman con frecuencia tengan atenciones con nosotros en fechas importantes. Es así como algunos nos regalan en nuestros cumpleaños, aniversarios de boda, graduaciones y un sinnúmero de eventos de esta vida en el que las personas sienten como una obligación moral tener algún tipo de deferencia con nosotros.
Todos recibimos con agrado las atenciones que de manera desinteresada se tienen para con nosotros, porque ellas vienen a ser como un patrón que muestra el amor y la consideración que tenemos para esas personas. Pero, hay una pregunta que quizás no te hayas hecho y es que hay personas que te aman, pero que no tienen solvencia para regalarte nada material, a los cuales no podrás rechazar por eso, porque muchas veces son estas personas las que te dan el mejor regalo.
Tengo un gran número de personas en esta condición, no poseen riquezas, puestos importantes, ministerios de renombre, títulos rimbombantes y otras tantas cosas de las que se sienten orgullosos algunos.
Ellos son tan pobres, pero a la vez tan ricos para mí porque son aquellos que cuando nadie considera lo que hago(excepto Dios), me ponen la mano en el hombro y me dan una palabra que llena cualquier expectativa que como ser humano yo pudiera desear.
Serán muchos los que te vendrán a regalar por alagarte, conseguir tu aprecio, esperando que los reconozcan, convertirse en tus fans, tratando de ser parte de tu círculo íntimo, etc, pero déjame decirte que cuanto estas personas te den no será otra cosa, que un abrigo de piel de oso para que atravieses el desierto. La contemporaneidad ha hecho famoso aquel dicho que dice “cuanto tienes cuanto vales, nada tienes nada vales”.
Más que cosas, cada uno de nosotros como seres humanos que transitamos por este desierto llamado tierra, hasta el día que entremos a las mansiones celestiales, necesitamos ver la mano de Dios a nuestro favor.
Necesitamos al Dios de las cosas que muchas veces se mueve en el silbo apacible, donde no se siente el estruendo de los regalos, sino la tranquilidad de una palabra dicha con amor y que nos rete en nuestro andar de fe.
¿Valoras a las personas por lo que te dan? Quizás los que más te amen sean aquellos que solo pueden ofrecerte una palabra de aliento. No desprecies esos regalos porque su procedencia no es de otro lugar, sino de las manos amorosas del eterno.
Versículo para hoy:
“…Y Jehová respondió a Samuel: No mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura, porque yo lo desecho; porque Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón…” 1 Samuel 16:7
Considera a los que te rodean no por la tajada que puedas sacar de ellos. Reflexiona, porque muchas veces el mejor de los regalos vendrá de un bolsillo vacío, que te llenará de bríos para enfrentar la vida.
© Francisco Medina
