Devocional Cristiano.. Devocionales Cristianos
Los psicólogos de la postmodernidad plantean con una autoridad que aterra, que las riñas son imprescindibles para resolver las incomprensiones entre los seres humanos.
Ellos sustentas esta diabólica teoría, planteando que las frustraciones van creciendo, generan presión y de manera normal finalmente explotan en una riña violenta.
Así mismo son del criterio de que en esas expresiones coléricas, los resentimientos por mucho tiempo encerrados dentro del individuo se exteriorizan, son ventilados. Si esto no sucede, según ellos las frustraciones se mantienen encarceladas dentro del individuo calentándose e hirviendo.
A mí en lo personal me resultan descabelladas y propias de locos estas aseveraciones (con perdón de la psicología).
Pues la historia nos cuenta de alguien que lo hizo todo de manera armoniosa para el disfrute del ser humano, y con el profundo deseo de establecer una relación personal con su creación inteligente, que contrariamente a lo que se esperaba de ella le viró las espaldas, le negó, lo traicionó, vejó, blasfemó y en el colmo del desagradecimiento lo crucificó. Uno se pregunta ante semejante conducta: ¿tendría razones para estar frustrado, resentido y traicionado?
Pero, qué bueno que hay un pero, se despojó de toda su gloria y vino a esta tierra no a reñir, castigar, fustigar, ni pedir fuego del cielo, sino a perdonar a aquellos que estaban irremisiblemente perdidos. Estoy seguro que usted sabe que no hablo de otro que de JESÚS, nuestro Señor y salvador.
¿Te sientes resentido o frustrado por la actitud de algún hermano?
A mí me ha sucedido, pero he encontrado el consejo de Dios en su palabra, el que ha sido como un bálsamo en mi herida.
Versículo para hoy:
“…El que tarda en airarse es grande de entendimiento; Mas el que es impaciente de espíritu enaltece la necedad…” Proverbios 14.29
Quizás hoy mismo, alguien o algunos te den razones para airarte y frustrarte, pero deja a un lado el consejo de los sabios de este mundo, aférrate al consejo de Dios y ten un lindo día.
© Francisco Medina