Devocionales Cristianos
“Y dijo Caín a su hermano Abel: Salgamos al campo. Y aconteció que estando ellos en el campo, Caín se levantó contra su hermano Abel, y lo mató.” (Génesis 4:8 RV 1960).
Supuestamente en el ambiente cristiano, todos somos iguales. Pero no necesariamente es así. Al menos no desde nuestra perspectiva. Porque siempre hay alguien a quien consideramos mejor que nosotros. La sociedad nos dice que “debemos aprovechar las oportunidades”. ¿Pero a qué precio?
¿Debes pasar sobre alguien para poder descollar?
Ante los ojos de la humanidad solo es triunfador el que posee más cosas, o el que ha logrado más triunfos. Solo vales por lo que tienes.
La vida es una selva donde el mejor se come a los demás. Se lucha día a día por tener la admiración de todos los hombres y en esa carrera no importa lo que tengamos que hacer, siempre que yo vaya delante.
Curiosamente este comportamiento también invade nuestras iglesias, grupos de crecimiento o ministerios. La envidia es un cáncer que carcome nuestros corazones de forma tan silenciosa. Viene a nuestras mentes como una idea, un pensamiento que va penetrando nuestros corazones hasta que su raíz es tan grande que ya no se puede arrancar.
Razón tiene el apóstol Santiago:
“¿Qué es lo que causa las disputas y las peleas entre ustedes? ¿Acaso no surgen de los malos deseos que combaten en su interior? Desean lo que no tienen, entonces traman y hasta matan para conseguirlo. Envidian lo que otros tienen, pero no pueden obtenerlo, por eso luchan y les hacen la guerra para quitárselo. Sin embargo, no tienen lo que desean porque no se lo piden a Dios. Aun cuando se lo piden, tampoco lo reciben porque lo piden con malas intenciones: desean solamente lo que les dará placer. “(Santiago 4:1-3 NTV).
Lo curioso es que este mensaje no es para los inconversos (y de hecho ellos no suelen leer la biblia), este mensaje es para nosotros, los que profesamos seguir a Jesús.
El problema de Caín fue que estaba más pendiente de lo que su hermano hacía. Si bien es cierto que la biblia no especifica si fue de mejor calidad o no lo que el presento, si dice que se enseñó y su rostro demudo.
La RAE (real academia de la lengua española) define enseñarse como: ‘Deleitarse en causar el mayor daño posible a alguien o algo’
Caín se enseñó, disfruto en su mente el mal que haría. Cuantas veces nosotros pecamos contra nuestro hermano pensando que haremos para quitarnos la humillación que a él se le tome más en cuenta. Buscamos ocasión de hacerlo caer.
Estamos más pendientes de sus errores de caminar nuestro camino. Dios nos manda a ser atalayas, para avisar del peligro y no para juzgar personas. Somos buenos lanzando espadas y más cuando nuestro orgullo es dañado.
Si nuestra atención estuviera más pendiente de lo que Jesús hace en nuestra vida y lo que podemos hacer al rendirnos a Él, no tendríamos tiempo para andar comparando ministerios.
Si bien hicieres, ¿no serás enaltecido? (Génesis 4:7). Busquemos primero el reino de Dios. No es solo dejar de buscar riqueza aquí en esta tierra. Es también dejar de buscar fama. Sera Dios quien juzgue lo bueno y malo. Nuestro mayor esfuerzo debe ser por agradarlo a Él con lo mejor que se tenga … nuestra vida.
Dios nos ayude a seguir adelante y cambiar nuestra manera de pensar.
© Carlos Antonio Ramos. Todos los derechos reservados.