Devocionales Cristianos
Aquel mendigo pululaba de un lado a otro, tenía aproximadamente 40 años, y en su rostro calzado de barba y con su vestimenta sucia y con fétidos olores, su mirada poco perdida en el tiempo, como buscando una explicación, había tenido un gran recorrido, ahora mientras buscaba en la cesta de la basura de aquella enorme residencia, y los perros a su lado como esperando a que él les compartiera algo de su nuevo festín que sacaba de esa cesta.
Estaba alargando su mano y apartando algo fétido y poder alcanzar aquella caja con restos de un pizza que había quedado en la basura, cuando de pronto alguien le tocó su hombro y le dijo: –hola, ¿qué haces aquí?
El extrañado de la pregunta le señaló su vestimenta y dijo: — ¿no ves que soy un pordiosero?
El hombre de alta estatura moviendo negativamente su cabeza expresó:
— te han engañado, está no es tu vida, este no es tu lugar. El miserable pordiosero dejo de alcanzar su pedazo de pizza y se sentó.
— ¿qué es lo que usted está diciendo? ¿No le ve quién soy, o es que está usted loco?
— no estoy loco, he venido para decirte que está no es tu vida, ¿sabes quienes son tus padres?
El moviendo negativamente la cabeza dijo:
— soy huérfano, crecí en la casa de doña Chema, ella me crió y no pude siquiera ir a la escuela.
— claro que pudiste y no quisiste.
— Bueno, si pero nunca tuve ni siquiera para el uniforme.
— Tuviste, pero tú vendías lo que te compraban.
— Bueno, ¿y usted cómo sabe tantas cosas de mi pasado? No me importa lo que yo haya hecho, ahora está es mi vida.
— Si importa lo que hiciste; de hecho eso es lo que aquí te mantiene.
El mendigo quedó extasiado viendo a los ojos del extraño hombre, no sé quién es usted, no me interesa, déjeme hacer lo que hago.
— ¿En verdad quieres que me retire?, ¿no quieres saber quién es tu verdadera familia? ¿No te gustaría saber que en casa de tus padres hay abundancia?
El mendigo se tambaleó y se sentó en la acera de aquella casa.
— ¿Es usted adivino o algo por el estilo o brujo?
— Vengo para poder decirte que eres un ser especial, perteneces a una de las mejores familias, pero fuiste desechado por tus actos delictivos desde tu infancia, ellos te enviaron a la casa de doña Chema y ella se encargó de que no regresaras nunca a tu hogar privilegiado, ella se fue huyendo de esa familia y siempre creyeron que habías muerto. Ahora estás aquí, sucio y avergonzado de ti mismo además. ¿Por qué me dices todo eso? ¿Me estás diciendo que no te interesa saber tu verdadero hogar? ¿O me equivoco? Quieres conocer ese hogar?
— Si, claro me gustaría saber eso que usted me está diciendo. No logro entender con claridad,
El mendigo acompaño a aquel extraño hombre, y en lapso de unos minutos estaban frente a un inmenso terreno, con un portón tan elegante y al fondo se podía notar la elegante edificación. El Mendigo se rascó la cabeza y preguntó: –¿está es mi familia?
-El hombre misterioso le dijo: si, ¿por qué lo pones en duda?
El mendigo se dio la vuelta y con el portón a sus espaldas exclamó: — no puedo creer esta gran mentira que me está usted diciendo, mire mi vestimenta, mire mi cuerpo, soy alguien abandonado.
— Eso es lo que te han hecho creer, de hecho eso que consumes a diario en esa cantina donde te pones a pedir un trago, cuando vas al mercado y le pides monedas a todas las personas, cuando tratas de poner tu mejor rostro para que te vean la cara de pobreza. ¿Por qué eres tan incrédulo? Eres como la mayoría que encuentro, eres exactamente igual; ¿sabes a cuántos he logrado llevar a ese lugar? Solo a 5 en más de 6 meses.
El mendigo inquirió: –¿por qué te preocupas por nosotros los olvidados?
El extraño le vio tiernamente a sus ojos y agregó:
— esa es la orden, que podamos decirle a muchos cuanto podamos que entren a este bello lugar, su familia real les espera.
— oiga, no me siga diciendo nada, no entraré en ese lugar, allí solo es para los de dinero, solo con ver esa propiedad, es un lugar solo para ricos.
— ¿sabias que ese es tu lugar verdadero? Pero con esa mente incrédula que tienes seguirás comiendo basura, oliendo fétido y viviendo de las obras y sobras de los demás. Cuanto me gustaría que entendieras estás líneas que dicen:
“Yo que hago dar a luz, ¿no haré nacer? dijo Jehová. Yo que hago engendrar, ¿impediré el nacimiento? dice tu Dios.” Isaías 66:9
– te haré ahora yo una pregunta: ¿qué sientes sentir que otros te regalan? ¿Qué sientes andar fétido de pies a cabeza?
¿Qué deseas tener en verdad? La mayoría son como tú, incrédulos de corazón y con una mente tan racionalizadora, esa mente es la que hace que muchos no puedan entrar aquí. Pero si eso es tu decisión me temo que seguirás en tu mismas andadas.
De pronto una luz como un rayo cegó la visión del mendigo y en ese mismo momento, y el mendigo se levantó de su petate en que descansaba y comenzó a ver para todos lados, y se miró a las manos y su corazón palpitar a más de 100 latidos por minutos y jadeante expresó:
— ¿pero que es lo que me ha pasado? Es solo un sueño y lo vi tan real, no creo ser de un linaje escogido. No creo todo eso que me dijo ese hombre, no creo que yo pueda superar mi pobreza. ¿Linaje escogido? Vaya que frase más rara esa, eso no me suena. Solo soy un mendigo y eso seguiré siendo. Es más cómodo ser mendigo, es bueno vivir de los demás, es bueno que sientan lastima por mi y así me den más y no tengo mayor responsabilidad en mi vida. No creo ese cuento,nadie puede dar la vida por mi, si nadie sabe lo que necesito. Esto solo ha aumentado mi curiosidad.
Cuantos andan en la vida creyéndose simples polluelos, cuando en verdad son huevos de Águila, que han sido robados y llevados a un gallinero y lo que vieron fueron seres que eran terrestres, pero crecieron y empezaron a hacer lo que todos hacen, picotear el suelo, buscar gusanos, escarbar con sus patas.
Pero un águila engañada, jamás sabrá quién es en verdad, sino ve las evidencias de su robo, pero solo hay un libro que le cuenta la historia total de su vida.
¿Crees que eres gallina o un águila? ¿Tu extirpe dice que eres para surcar los aires? Pero te dijeron que eres una gallina.
Naciste entre gallinas pero no eres una gallina. Prueba tu plumaje, extiende tus alas y veras, míralo, observa lo que cuesta ese corazón que tienes allí, mira tus piernas, ¿sabes cuánto valen? Mira tus órganos, es sencillo saberlo.
– Dime que haces y que crees, y te diré quién en verdad eres.
Muchas personas viven en miseria, en desaciertos, porque no saben el valor que en verdad tienen, que son un linaje diferente, pero si no aceptan esa verdad, seguirán en la miseria espiritual y material, sin valorar cada detalle especial, como es su vida misma.
Empecemos a reconocer que Jesús es quien dio la vida por nosotros y si aceptamos esa verdad, vendremos a ser hijos suyos y protegidos de su mano.
¿Tú eres Mendigo o Eres Hijo?
© Dr Mauricio Loredo. Todos los derechos reservados.