Devocionales Cristianos
Estando en prision a las 12:30 pm, Miguel tuvo una pesadilla según contaba:
Me mostró a través de los barrotes ese ser alado y me dijo: quiero que observes solamente lo que has hecho mientras has vivido, y me mostró a un joven quien tenía aproximadamente 22 años y lo veía usar aquella droga que yo esparcía en todo ese barrio, y él buscaba la forma de obtener el dinero para seguirla comprando y usarla, vi a una señora de casi sesenta años quien se le arrodillaba y le clamaba: no lo hagas hijo, no sigas por ese camino de perdición y pude ser testigo del gran golpe que este joven le daba a su madre, creo que lo era y del gran trauma salieron sus prótesis de su boca y la sangre de aquella dama comenzó de su boca a salir .
El ángel me vio al rostro y me preguntó: ¿crees que eso es bueno?
Yo me encogí de hombros, no tenía palabras para emitir pero dentro de mi era algo que me hacía sentir mal, y el ángel me mostró en ese momento una vivienda que en sólo apreciar el patio pude ver que era mí casa, y vi unos niños jugando con mis hijos y llegaba un adulto a dejarles un paquete, y ellos comenzaban a tomar de lo que había dentro y me acerqué, y pude ver que eso era de la misma sustancia que yo esparcía y el ángel me preguntó: ¿qué piensas de eso?
Yo empecé a rodar mis lagrimas, y mientras eso ocurría él me dijo: estas condenando toda tu generación futura, ellos están bajo maldición, esa te perseguirá hasta acabar con todos en tu familia, tendrás que pagar un precio muy alto, y tu generación se estinguira de la faz de la tierra a menos que…
Y él hizo un silencio y miró al cielo, y vi que unas lagrimas como aperladas comenzaron a salir de sus ojos, y me maraville tanto y yo le inquiri: ¿a menos qué?
Dimelo insistí y él me dijo: A menos que busques a aquel que murió por todos tus pecados y te entregues a Él de todo tu corazón, y puedas resarcir todo ese daño que has hecho, y eso que viste en un hogar se ha multiplicado como dinamita en otros y todo por amor al dinero, el cual es la raíz de todos los males del hombre en la tierra, ese amor por dicho metálico hace que generaciones enteras se pierdan y los culpables verán su propio fin, aún estás a tiempo, debes tomar una decisión ahora que tienes vida y debes clamar de una forma que puedas ser oído.
Yo pregunté con mucho deseo de saber: ¿pero cómo puedo hacer para ser oído? Y me contestó: solo debes ser sincero cuando te acerques a Él, si eres sincero en su presencia Él te puede revocar tus pecados y limpiarte de toda maldad, y debes vivir de acuerdo a ese arrepentimiento que estás mostrando, de lo contrarío te engañas a ti mismo.
En ese momento me desperté sudando en mi cama, y con palpitaciones tan fuertes que sentía que mi corazón iba a estallar, y en ese mismo instante leí un tratado que aquel hombre pastor a quien yo insulté dos días atrás me había dejado en mis manos, y yo lo arrugué y misteriosamente me lo introduje a la bolsa de mi pantalón de prisionero.
Y comencé a leer esa frase que me llenó de alegría y decía:
“…Porque de tal manera amo Dios al mundo que ha dado a su hijo unigénito para que todo aquel que en el cree no se pierda más tenga vida eterna…” en Juan 3:16
Después leí: “...si confesamos nuestros pecados el Señor es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad…” en 1 Juan 1:9
Luego terminaba diciendo: “…Si confesares con tu boca que Jesús es el Señor y crees en tu corazón que Dios le levanto de los muertos serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación…” Romanos 10:9-10
Comencé a llorar y empecé a confesarle a Dios todos mis pecados, lloré amargamente y comencé a sentir una paz luego de decirle que entrara a mi vida, y me diera la oportunidad de al salir un día de ese encierro haría todo diferente .
Lamento mucho todo lo que he causado, todo lo hice para vivir mejor y ahora me he dado cuenta que era un engaño, solo fue un vil engaño y ahora puedo ver.
Llore toda esa mañana y recuerdo que desde ese día mi vida cambio de una vez y para siempre.
Salí dos años después y ahora sirvo a ese Dios que me rescató, y me dio esa oportunidad de vivir en paz en medio de los hombres y hacer ahora el bien, ahora visito a los presos y tengo un ministerio en las cárceles. Esa fue la historia de Miguel. Podría ser la tuya también.
Si vamos en detrimento de otros, otros irán en detrimento de mí y además de los míos también, así que piensa siempre la extensión que afectará ese mal que piensas hacer o que estás haciendo . Tarde o temprano sabrás lo que Miguel experimento y posible con creces porque tú ya lo has leído de antemano y no tendrás excusa.
© Dr Mauricio Loredo. Todos los derechos reservados.