Reflexiones Cristianas
1 Samuel 25.24-31 nos habla de una Abigail inteligente, que con su razonamiento logra serenar las emociones de un hombre ofendido que desea venganza contra su ofensor. ¿Cómo logró esto Abigail?
Lo primero que veo en Abigail es que habla a la mente para cambiar resoluciones del corazón.
Y esto es importante señalarlo, porque cuando escuchamos el sentir de un amigo por alguna ofensa que recibe, tendemos mayormente a empatizar y nos dedicamos escuchar sus emociones, no es malo, pero lo que resulta perjudicial es no darnos un tiempo para después de escuchar el corazón herido, tomarnos un tiempo para hablar a su mente, fortalecerla y darle espacio al razonamiento.
Miremos el ejemplo de Abigail: (verso 24). “Te ruego me permitas hablarte a tus oídos y escuches mis palabras” Y esto lo hace, por una simple razón; una persona ofendida, regularmente será dominada por emociones (corazón) y nublará su razonamiento (mente); por ello, debes asegurarte de cuidar sus emociones (corazón) presentes por medio del razonamiento.
Después de escuchar y prestar atención a Abigail, David le declara: (versos 32-33) “Bendigo a Dios que te envió para encontrarme, bendito tu razonamiento, y bendita tú, que me has estorbado para derramar sangre y vengarme”.
La pregunta para nosotros es ¿De cuántas cosas nos hemos arrepentido por tomar decisiones precipitadas y emocionales? Jeremías 17.9-10 / Mateo 15.18-20
Consejo: Escucha el corazón (emociones), pero háblale a la razón (mente)
¿Cómo se le habla a la mente cuando está nublada por un presente de dolor? Abigail nos enseña que si deseas capturar la razón, no debes argumentar en el dolor, los amigos de Job son un ejemplo claro de argumentar bajo emociones y nunca bajo la razón.
No argumentes sobre las injustas ofensas, eso solo daña más el corazón y limita el sano juicio, no argumentes sobre lo que el ofendido siente hoy en su corazón, tu responsabilidad es argumentar a la razón sobre el mañana, si se actúa bajo emociones. Miremos el ejemplo de Abigail hablando a la razón de David:
1. La razón de un buen futuro. (versos 28 y 30) “Si perdonas la ofensa, Dios ciertamente te recompensará con una casa estable (reino).” “Y acontecerá que cuando Jehová haga con mi señor conforme a todo el bien que ha hablado de ti, y te establezca por príncipe sobre Israel…”
2. La razón de un buen testimonio. (verso 28) “mi señor (David) pelea las batallas de Dios, y mal no se ha hallado en ti en tus días.
3. La razón de mantenerse bajo la mano de Dios. (verso 29) “…la vida de mi señor será ligada en el haz de los que viven delante de Jehová tu Dios.”
4. La razón de mantener una vida pacífica. (verso 31) “entonces, señor mío, no tendrás motivo de pena ni remordimientos por haber derramado sangre sin causa, o por haberte vengado por ti mismo. Guárdese, pues, mi señor”.
Consejo: Argumenta a la razón en bases próximas de bendición, no argumentes sobre el dolor presente del corazón.
Oración. Que Dios nos permita controlar nuestras emociones del corazón por las ofensas de un ser imperfecto y, nos capacite para pensar en las garantías que Dios nos ofrece, aún sobre un presente incómodo.
© Eduardo Cavazos Sánchez. Todos los derechos reservados.
Un mensaje extraordinario,ahora a aplicarlo en mi congregación. Gracias.