Reflexiones Cristianas
Reflexiones Cristianas Reflexión de Hoy: He decidido seguir a Cristo
Reflexiones Cristianas Lectura Bíblica: “Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame.” Mateo 16:24
¿Qué significa seguir a Cristo?
Seguir a Cristo es seguir al único camino, la verdad y la vida (Juan 14:6). Al leer la Escritura tan llena de vida, es maravilloso que conforme la vamos leyendo, vamos viviendo todos los pasajes bíblicos, a través de todos los personajes de la Biblia, pero, sobre todo, vivimos a través de ella la vida de Jesús y sus discípulos, y nos deja asombrados que estamos experimentando lo mismo hoy en día (Josué 23:8), como si se repitiera la historia. En verdad que la Palabra de Dios tiene poder. (Deuteronomio 13:4)
Cuando Jesús iba seleccionando a cada uno de sus discípulos, aprendemos cómo pensaba Él, lo que Él veía en la personalidad y actitud de cada uno de ellos y cuál era su plan para llevar a cabo. Buscó a hombres que creyeran en Él, que tomaran la decisión de seguirlo en el momento que los invitaba que fueran con Él, que confiaran y se sometieran a su autoridad (Mateo 16:24). Podemos decir que los discípulos fueron sus primeros seguidores (Lucas 9:57).
La obediencia a Jesucristo es la esencia de un seguidor de Cristo.
Si decimos que conocemos a Dios, debemos ser obedientes a Él, porque escrito está (1 Juan 1:6) (Lucas 6:46). La Fe de un seguidor de Cristo debe ser genuina.
Cuando el creyente toma la decisión de seguir a Cristo, le cede a Dios todo su ser, es decir, se niega a sí mismo para ser transformado en una nueva criatura (Lucas 9:23-24) para que Él haga su voluntad. Dios ve las intenciones del corazón y sabe si una persona es honesta en su decisión de seguirlo (Proverbios 21:2). No todas las personas han sido llamadas y no todas son las escogidas (Isaías 42:1) (Mateo 12:18) (Mateo 22:14).
Dios nos liberó de la esclavitud del pecado
Dios nos liberó de la esclavitud del pecado, liberándonos del yugo de satanás para vivir en libertad y en los valores de Jesucristo (Mateo 11:29). Los doce discípulos de Jesús fueron hombres llamados y escogidos porque tomaron la decisión de dejar todo, seguirle y ser enseñados por Él. Por lo que se les llamaba discípulos, porque fueron enseñables y posteriormente se les conoce como apóstoles. Jesús tenía un cuidado muy especial de ellos (Juan 8:31).
Desde aquellos años, en cada ocasión que Jesús predicaba, la multitud lo seguía, había algo que atraía a mucha gente a escuchar lo que Jesús decía, querían ver los milagros, en ocasiones por la comida o para curar su enfermedad como en la “Alimentación de los cinco mil” (Mateo 14:13-21), pero el propósito de Jesús era encontrar más personas consagradas que aceptaran la invitación de seguirlo y ser su discípulo (Marcos 8:35). El creyente que decida negarse a sí mismo y seguir a Jesucristo (como sus discípulos) salvará su vida.
¿Qué significa negarse y tomar nuestra cruz y seguir a Cristo?
Negarse a uno mismo, significa negarse a nuestra antigua naturaleza carnal. Es tomar la decisión de dejar todas las cosas viejas en el pasado. Esto incluye planes, deseos personales, sueños, etc. y comenzar una nueva vida como criatura nueva en Cristo.
Sería renunciar a nuestro antiguo Yo, dando paso a Cristo como Señor y Salvador de nuestra vida para hacer Su voluntad. Eso significa con tomar nuestra cruz, perder nuestra antigua vida pagando un precio, para ganar una nueva vida resucitando juntamente con Cristo para toda la eternidad (Juan 6:40).
Decidir seguir a Cristo, significa también no amar al mundo ni las cosas que están en el mundo (1 Juan 2:15-17) ya que todo lo que está en el mundo pasará, pero si hacemos la voluntad de Dios, permaneceremos para siempre.
No nos conformemos ni con los bienes que poseemos o las cuentas bancarias, sino renovemos cada día nuestro entendimiento para hacer lo agradable delante de Dios (Romanos 12:1-2) y hagamos uso de la Palabra de Dios siendo obreros y sembradores de la semilla que es el evangelio a toda criatura (Lucas 10:2).
¿Y tú, ya decidiste seguir a Cristo?
© Hilda Hernández. Todos los derechos reservados.
