Durante años hemos escuchado desde los púlpitos diferentes formas de pensar respecto a la vida del cristiano. Por un lado los que dicen que una vez que recibes a Cristo todo está solucionado. Otros que después de recibirle debes trabajar duro para ganar su favor y amor. Pero, ¿qué dice Dios de todo esto?
Dios que es la fuente misma del amor, manifestó a la humanidad ese amor atreves de Jesús. Quizá a esta altura muchos teólogos me estén acribillando y otros estén a punto de excomulgarme.
Pero la verdad es que partiendo de la base que ningún cristiano sigue a Jesús porque le busco, sino porque necesitaba a Jesús y este nos buscó a nosotros, entenderemos que es Jesús la expresión máxima y única del amor de Dios hacia el hombre, nada de lo que hagamos llenara las expectativas de Dios.
Si tomamos el manual del fabricante (La Biblia), encontraremos en Jn 15:1-17. La base que debe mover nuestra vida cristiana.
1) Debemos permanecer en Jesús. Esta permanencia es la comunión diaria con Él. Darnos cuenta que no importa que haga o no, su amor es incondicional.
2) Esa permanencia no llevará a hacer cosas… (Dar fruto). Nos lleva a cambiar hábitos, a compartir de ese amor, a priorizar actividades, etc.
3) Esa permanencia nos llevará a proyectarnos hacia los demás. Como resultado del fruto (el fruto se ve), las personas notaran algo en nuestra vida. Y nuestra vida anhelara que los demás conozcan ese amor.
El amor al prójimo debe ser, junto al amor a Dios la razón única de nuestro cristianismo. Ser conscientes del amor incondicional de Dios nos ayudará a dejar de ser cristianos que sobreviven la semana hasta el próximo domingo o la próxima reunión, dejaremos de ser cristianos frustrados compitiendo entre nosotros por ver quien tiene el mejor ministerio o la mejor iglesia.
Dejaremos de ser ambiciosos esperando grandes recompensas por nuestras acciones, y viviendo embaucados de líderes que manipulan nuestros miedos y ambición. Cualquier cosa que hagas para Dios debe ser por gratitud, y para su gloria. Nunca para buscar su aprobación o para ganarse su amor.
Es ahí donde la obra de Dios cobra el rumbo correcto porque es cuando Él toma el lugar que le corresponde y nosotros agradecidos porque nos toma en cuenta. Solo recuerda que no es permiso para pecar.
El amor de Dios debe llevarnos a cambiar de rumbo. Cambia el rumbo de tu cristianismo y deja de sobrevivir para comenzar a Vivir en JESUS!!!