5. Una parte fundamental del principio de la propiedad es el concepto de la mayordomía.
6. Un mayordomo es aquel que administra la propiedad de otro.
7. La realidad de nuestra mayordomía es muy clara cuando lo vemos desde la perspectiva de que no trajimos nada a este mundo, y no sacaremos nada de él.
8. Job entendía el concepto de propiedad. Job 1:21. Salomón declaró Eclesiastés 5:14-15
III. ¿Qué relación hay entre la propiedad y el enojo?
1. El enojo es una señal de advertencia a tu alma, así como el dolor es una señal de advertencia a tu cuerpo.
2. Por lo tanto, el enojo no es malo en si mismo; sin embargo, si no se atiende rápidamente puede tornarse en ira, la cual es condenada por Dios como pecado.
3. El enojo señala que hay algún derecho, expectativa o posesión que aún no as cedido a Dios.
4. También pudiera indicar que has reclamado algún derecho, expectativa o posesión que previamente habías entregado a Dios.
5. Cuando hemos identificado el enojo como una señal de alarma, se aclaran las órdenes dadas en Efesios 4:26 y 4:31.
IV. Como Dios probará derechos cedidos, con fuentes de irritación.
1. Las fuentes de irritación son agentes productores de frustración, sobre las cuales tienes poco o ningún control.
2. Si está en tus manos resolverlo, entonces no califica como fuente de irritación.
3. De modo que si un mosquito te está picando, mátalo.
4. La respuesta correcta a una fuente de irritación será como un grano de arena en el ostión—finalmente se convierte en una hermosa perla.
5. La respuesta incorrecta será como un grano de arena en tu ojo—causando inflamación y pérdida de visión.
V. Respuestas incorrectas a las irritaciones.
1. Tratar de defenderse.
a. Hay un lugar adecuado para responder a las preguntas; sin embargo, no es prudente tratar de defenderte en una situación fuertemente emotiva.
2. Acusar a otros
a. Culpar a otros pareciera ser un reflejo involuntario de la naturaleza humana.
b. Cuando se le confrontó con su pecado, Adán acusó a Eva, luego Eva a la serpiente.
c. Cuando culpas a otros simplemente te conviertes en una fuente de irritación para ellos.
d. En lugar de resolver el problema, solo amplias el conflicto.
3. Guardartelo.
a. Dios nunca quiso que te guardaras el enojo; si lo haces, experimentarás consecuencias físicas y espirituales, y en última instancia tu enojo se manifestará en palabras y acciones destructivas para ti y para con otros.
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