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Como conquistar la amargura a través del perdón – Parte 4

Estudios Biblicos

Génesis 37

Introducción:

Hermanos hemos visto los pasos del 1-5, esperando en Dios que haya sido beneficioso para nuestras vidas y que en la aplicación de estos principios nos sirvan para poder hacer nuestra carga más liviana pues esa es la voluntad de Dios. Solamente requiere de nuestra diligencia, y atención, pues de nada serviría aprender y no aplicarlo. Dios nos ayude. En la presente lección estaremos aprendiendo de nuestro sexto paso que es: Distingue entre perdón y absolución.

Pasos:

I. Arrepiéntete de valores temporales.
II. Da gracias a Dios por la ofensa.
III. Considera a tu ofensor como un agente de Dios.
IV. Aprende que propósitos tiene Dios en el sufrimiento.
V. Compara lo que tu le debes a Dios, con lo que tu ofensor te debe a ti

VI. Distingue entre perdonar y absolución

Cuando perdonas a un ofensor, no lo absuelves automáticamente. Las dos cosas son independientes, y tienen que considerarse a la luz de las Escrituras. El perdón tiene que ver con tu actitud hacia el ofensor. Ya no lo odias en tu corazón, ni le deseas mal. Al contrario, le deseas lo mejor.

Esto seguramente incluye arrepentimiento y restitución de parte de él, para con Dios, contigo, y con otros. Sí un hombre mata a un miembro de tu familia, tu debes perdonar lo, pero no puedes absolverlo. Él se encuentra culpable ante Dios y ante la ley. Ante ambos que está condenado, y bajo ambos recibirá castigo, a menos, que se arrepienta y supliqué misericordia.

La absolución es la liberación de las consecuencias legales de una ofensa, y el que concede la absolución de detener la jurisdicción para hacerlo. Dios siempre busca la justicia antes que la misericordia, como se declara en (Miqueas 6:8). Dios pudiera usarte para llevar a tu ofensor al arrepentimiento. Mucho tiempo después de que José perdono a sus Hermanos, Dios le dio la jurisdicción para llevarlos al arrepentimiento y absolverlos.

Cuando José estuvo en Egipto, perdonó a sus Hermanos por lo que le habían hecho. Sin embargo, José sabía que sus Hermanos estaban aún atados por su culpabilidad y amargura, y a menos que fueran llevados al completo arrepentimiento, no le serviría ante el nada. Llevo muchos años para que Dios llevará a los Hermanos al arrepentimiento. El uso las presiones externas de la escasez para empujarlos finalmente hacia el sitio donde José de pudiera ayudarlos a llegar al arrepentimiento.

Hemos terminado con el sexto paso para cambiar la amargura en perdón. En la próxima semana con el favor de Dios empezaremos con el séptimo paso del tema como conquistar la amargura.

Hermanos hemos visto los pasos del 1-6, esperando en Dios que haya sido beneficioso para nuestras vidas y que en la aplicación de estos principios nos sirvan para poder hacer nuestra carga más liviana pues esa es la voluntad de Dios. Solamente requiere de nuestra diligencia, y atención, pues de nada serviría aprender y no aplicarlo. Dios nos ayude. En la presente lección estaremos aprendiendo de nuestro séptimo paso que es: Invierte voluntariamente en la vida de tu ofensor.

Pasos:

I. Arrepiéntete de valores temporales.
II. Da gracias a Dios por la ofensa.
III. Considera a tu ofensor como un agente de Dios.
IV. Aprende que propósitos tiene Dios en el sufrimiento.
V. Compara lo que tu le debes a Dios, con lo que tu ofensor te debe a ti
VI. Distingue entre perdona y absolución

VII. Invierte voluntariamente en la vida de tu ofensor

Este ultimo paso frecuentemente se descuidado por quienes están buscando un espíritu perdonador. Sin embargo, es la clave para convertir amargura en perdón y amor genuino. El siguiente relato debe explicar porque:

Dos hermanos cristianos se sorprendieron una mañana cuando salieron a su campo de arroz y descubrieron que el agua que habían acarreado el día anterior había sido consumida por su vecino para regar el campo de el. Los hermanos perdonaron a su vecino en sus corazones, repararon la zanja rota, empezaron a acarrear mas agua. Durante varias noches más el vecino seguía ofendiendo a estos hermanos de esa manera. Fue entonces que fueron con su pastor y le preguntaron, “¿Por qué no tenemos gozo, y amor en nuestros corazones para nuestro vecino cuando le perdonamos?”

El pastor sabiamente contestó, “Ustedes nunca tendrán gozo, ni amor en sus corazones por su vecino hasta que empiecen a regarle su campo. La idea parecía absurda a los hermanos, pero decidieron intentarlo. Al día siguiente hicieron un descubrimiento maravilloso. Entre mas tiempo trabajaban en el campo de su vecino, mas gozo tenían en el Señor, y mas amor tenían por su vecino. Esto sucedió porque voluntariamente habían invertido un “tesoro” de tiempo, energía, y agua en la vida de su vecino.

La escritura promete que “…donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón…” (Mateo 6:21).

Una parte de su tesoro y de su corazón ahora estaba con su vecino. Después de que regaran el campo de su vecino por varios días, el vino a ellos, confesó su mal, y se convirtió a Cristo. El mismo principio de la inversión voluntaria de un “tesoro” en la vida de tu ofensor lo enseño Jesús cuando habló acerca de la segunda milla (Mateo 5:41).

En tiempos de Cristo, Dios estaba disciplinando a la nación de Israel mediante la ocupación militar por los ejércitos romanos. Muchos judíos sentían amargura contra los romanos. El soldado romano podía exigirle a cualquier varón judío de 12 o mas años de edad, que cargara su equipo militar una milla en cualquier dirección. Por tanto, la primera milla era servicio involuntario, pero la segunda milla era inversión voluntaria de algo de valor. Jesús sabia que caminar la segunda milla fomentaría entre sus discípulos amor por los soldados romanos, y abriría la puerta para que muchos soldados de los romanos se convirtieran a Cristo.

Este principio es tan importante que debe aplicarse, sean los motivos de la ofensa contra ti justificadas o no: (Mateo 5:40). La capa se usaba como protección contra el frío en la noche, y regalarlo ciertamente era un sacrificio, pero Jesús dijo que se hiciera. El sabe que si no inviertes voluntariamente en la vida de la persona contra la cual sientes amargura, nunca experimentaras el potencial del amor redentor. Enumera las formasen que puedes beneficiar la vida de tu ofensor.

Estos “tesoros” deben representar sacrificio de tu parte, y ser reconocidos por tu ofensor como algo de valor para su vida.

Conclusión:

Hemos terminado con este interesante tema de los siete pasos para cambiar la amargura en perdón. En la próxima semana con el favor de Dios empezaremos con otra serie también dentro del tema como conquistar la amargura.

© José Navarro. Todos los derechos reservados.

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