Inicio » Estudios Bíblicos » La Persona y Obra del Espíritu Santo

La Persona y Obra del Espíritu Santo

Estudios Biblicos – Predicas Cristianas

La Persona y Obra del Espíritu Santo

INTRODUCCIÓN

La conservación de las prácticas religiosas, ha contribuido que muchos cristianos, estén viendo a Dios por el extremo opuesto del telescopio, de tal modo que Dios queda reducido a un tamaño de bolsillo visto a una larga distancia.

El propósito de este estudio, esta orientado a contribuir al desarrollo y crecimiento Espíritual del cristiano interesado en aprender más sobre LA PERSONA Y OBRA DEL Espíritu SANTO.

El tema es bastante complejo, nuestros pensamientos se pierden en su inmensidad, pero nada hay que desarrolle tanto el intelecto y llene el alma del hombre, como la investigación, sincera y continua del gran tema de la divinidad de Dios. J. Packer dice: La contemplación de Cristo proporciona un bálsamo para toda herida; la meditación sobre el Padre proporciona descanso de toda aflicción; y en la influencia del Espíritu Santo, hay bálsamo para todo mal. ¿Quieres librarte de tu dolor? ¿Quieres ahogar tus preocupaciones? Entonces ve y sumérgete en lo más profundo del mar de la Deidad; piérdete en su inmensidad y saldrás de allí como al levantarte de un lecho de descanso, renovado y fortalecido.

El propósito del estudiante de la palabra de Dios, es procurar que el estudio nos lleve más cerca de Dios, ésta fue la causa de la revelación. El estudiante debe hacerse las siguientes preguntas: ¿Cuál es el fin que pretendo alcanzar? ¿Qué pienso hacer con el conocimiento adquirido?, si buscamos el conocimiento teológico, por lo que es en si mismo, podría ser hasta dañino para la salud Espíritual. Nos hará orgullosos y engreídos, la misma grandeza del tema nos intoxicara, nos creeremos superiores a los demás cristianos. Si estudiar la Biblia no representa un motivo más elevado, que el deseo del conocimiento teológico, nos veremos encaminándonos a un estado de autoengaño.

En los años de su ministerio personal, Jesus cuido, instruyo y amó a sus discípulos, fue el proveedor para las necesidades. Ahora les anuncia que los va a dejar; pero enviaría otro consolador, que asumirá la responsabilidad de continuar con su ministerio. Jesus les manifiesta que este consolador estará con Ellos para siempre (Juan 14:16). Van a quedar solos por un momento, pero los encomienda bajo el cuidado de su Padre (Juan 17:11). El Espíritu Santo fue enviado para ejercer la consolación en lugar de Cristo, por lo cual su ministerio, no es menos importante que el de Jesus.

Cristo relaciono la misión del Espíritu con la voluntad del Padre y del Hijo. Vemos al Padre que envía al Espíritu (Juan 14:26), así como Jesús vino en nombre del padre (Juan 5:43), así también el Espíritu había de venir en el nombre de Jesús, para actuar en el mundo como agente y testigo de Jesús (Juan 15:26), cuando llega la hora el Padre llama de nuevo a Jesús para que tome su gloria, y envía al Espíritu para que continué con el ministerio de Cristo (Juan 16:12-13)

Aunque el tema a tratar en este estudio, es la PERSONA Y OBRA DEL ESPÍRITU SANTO, es inevitable que también hablemos sobre la divinidad del Padre y del Hijo, debido que las tres personas aparecen en línea (Mateo 28:19), donde no hay superioridad. El nombrar al Espíritu Santo como la tercera Persona de la Trina Deidad, no significa inferioridad de naturaleza, ni de dependencia, ni prioridad de tiempo, ya que las tres personas poseen en común la misma esencia, sustancia e individual naturaleza. La numeración indica un orden fundado en el origen íntimo, mientras el Padre no procede de otra persona, el Hijo procede del Padre, el Espíritu Santo procede del Padre y del Hijo, cerrando así el círculo interior de la Divinidad.

Debido que el estudio es sobre un tema especifico, se profundizará más sobre la PERSONA Y OBRA DEL Espíritu SANTO, ya que éste es un tema que ha sido olvidado sistemáticamente. Los cristianos no tienen dudas acerca de la obra de Cristo, saben que redimió a los hombres del pecado mediante su muerte expiatoria; pero el cristiano corriente tiene una idea muy nublada acerca de la obra que realiza el Espíritu Santo, de igual forma como lo estaban los discípulos con los que Pablo se encontró en Éfeso y que le dijeron “Ni siquiera hemos oído si hay Espíritu Santo” (Hechos 19:2). Resulta que quienes profesan ocuparse tanto de Cristo, sepan poco sobre el Espíritu Santo y tengan poco interés sobre él. Muchos cristianos no tienen ni la menos idea de la diferencia que habría si no estuviera el Espíritu Santo en el mundo. Es un engaño decir que honramos a Cristo cuando desconocemos, a aquel que Cristo nos ha enviado como su representante, para ocupar su lugar y nos cuide de parte suya, ¿No deberíamos ocuparnos del Espíritu Santo en mayor medida de lo que lo hacemos? De no haber sido por la obra del Espíritu Santo, no hubiese habido evangelio, ni fe, ni iglesia, ni cristianismo en el mundo. Sin la obra del Espíritu Santo, no habría ni evangelio, ni Nuevo Testamento.

Cuando Cristo se fue de este mundo, entrego su causa a sus discípulos, los hizo responsables de seguir haciendo discípulos en todas las naciones “Vosotros daréis testimonio”, les dijo en el aposento alto (Juan 15:27) “Me seréis testigos hasta lo ultimo de la tierra”, ¿Qué clase de testigos habrían de resultar?, si nunca fueron muy buenos alumnos, ¿Cómo podría esperance que anduvieran mejor después de su partida?, la respuesta a la pregunta: porque Cristo les mando el Espíritu Santo, para que les enseñase toda verdad y los salvase de todo error; para recordarles lo que ya se les había enseñado y revelarles, lo que el Señor todavía quería que aprendieran “El consolador, os enseñara todas las cosas, y os recordara todo lo que os he dicho (Juan 14:26), es decir que Cristo les hará conocer, todo lo que le indique al Espíritu Santo, de la misma manera en que Cristo les dio a conocer todo lo que el Padre le había indicado a él (Juan 14:49ss; 17:8,14) y “os hará saber las cosas que habrán de venir. El me glorificara, porque tomara de lo mío, y os lo hará saber” (Juan 16:12-14).

La promesa era que enseñados por el Espíritu, los discípulos originales, habrían de ser capacitados para hablar en el nombre de Cristo, así como los profetas del Antiguo Testamento fueron capacitados para iniciar sus predicaciones con las palabras “Así dice Jehová Dios”, también los apóstoles del Nuevo Testamento pudieran decir, “Así dice el Señor Jesucristo”. Lo prometido ocurrió como fue anunciado, el Espíritu vino sobre los discípulos, y les testifico acerca de Cristo y su salvación, conforme a la promesa (1ª Corintios 2:9-13). El Espíritu Santo daba testimonio a los apóstoles, revelándoles toda la verdad. De aquí el evangelio, y de aquí también el Nuevo Testamento, pero el mundo no hubiera conocido la revelación de Dios, sin la obra del Espíritu Santo.

El progreso de la revelación especial implica que lo que aparece oscuramente en el Antiguo Testamento, se aclara a la luz del Nuevo Testamento, a su ves, el conocimiento del Nuevo Testamento, nos permite vislumbrar en el Antiguo Testamento, muchas verdades que serían difíciles de hallar , demostrar y entender, si no fuese por la revelación hecha en los últimos tiempos por el Hijo (Hebreos 1:2), como dijo Agustín de Hipona “ El Antiguo Testamento está patente en el Nuevo, y el Nuevo Testamento está latente en el Antiguo”

El dar relevancia a la obra del Espíritu Santo, corresponde por el tema que vamos a estudiar en el presente curso, no porque su obra sea superior a la obra del Padre y a la del Hijo. Tan importante es la obra del Padre y la del Hijo, como lo es la del Espíritu Santo. Todo lo que nos afecta personalmente es programado por el Padre, llevado a cabo por el Hijo y aplicado por el Espíritu Santo. Y es precisamente esta aplicación, la que da especial relevancia a la obra del Espíritu Santo, no porque sea más importante, si no porque nos toca más de cerca.

LA PERSONALIDAD DEL ESPÍRITU SANTO

El Espíritu Santo es la persona Divina, más cerca de nosotros, fue enviado para ser “Ayudador”, “Abogado”, “Animador”, “Consejero”, “Asistente”, “Vicario” Jesus en su ministerio terrenal, fue el consolador original. El Espíritu Santo fue enviado para continuar con el ministerio de Jesús; (Juan 14:16)

A. El Espíritu Santo es una persona como Dios Padre y Dios Hijo

1) El Espíritu Santo, ha venido para transmitir un mensaje

 Juan 16:12; lo que Jesús no les manifestó en su ministerio personal, lo hizo por medio del Espíritu Santo
 Juan 16:13; vino para darle continuidad al ministerio de Cristo
 Juan 16:14; Jesús histórico fue el maestro, ahora lo es el Espíritu Santo

2) El Espíritu Santo, hace solo lo que una persona puede hacer

 Mateo 28:19; esta en línea con el Padre y el Hijo, son tres personas diferentes. El bautismo del cristiano esta consagrado al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, no Se puede consagrar a una fuerza o viento. El cristiano queda Vinculado o miembro de la familia Divina
 Juan 16:8; convence al mundo de pecado
 Juan 14:26; tiene la facultad de enseñar y de hablar (Gálatas 4:6)
 Hechos 13:2; escoge a siervos para un servicio especifico
 Regenera (Juan 3:6); Sella (Efesios 4:30); bautiza (1ª Corintios 12:13)

3) Es una alianza entre las personas Divinas, con el cristiano nacido de nuevo. Esta alianza solo tiene sentido cuando se refiere a una persona, no a una fuerza

 Colosenses 3:3; nuestra vida queda custodiada con Cristo en Dios
 2ª Pedro 1:4; tenemos participación de la naturaleza Divina
 Romanos 8:27; hace intercesión por los santos
 1ª Corintios 12:8-11; reparte dones como él quiere
 Efesios 4:30; puede ser contristado

4) Como persona, es afectado por otras personas

 Juan 14:16, 26 ; El Padre le envía al mundo
 Juan 16:7; El Hijo le envía al mundo
 Efesios 4:30; se le puede contristar, por la persona en que mora, por un pecado no tratado conforme a la Palabra de Dios
 1ª Tesalonicenses 5:19; se puede apagar al Espíritu, cuando se le dice no a Dios, su área operativa se limita y no logra cumplir los propósitos para el cual habita en el creyente.

Deja un comentario