La orfandad de Ester

Estas estadísticas nos muestran una realidad terrible que estamos viviendo hoy en día, pero ha sido una vivencia en todas las edades. En la Biblia encontramos a una mujer que también pasó por la cruda vivencia de quedarse desde muy niña, sin sus padres, porque éstos murieron. Me estoy refiriendo a Ester. Ella supo lo que era quedarse sola sin la protección de las personas que le trajeron al mundo. Esta experiencia nos enseña varias cosas:

4. ESTER TAMBIÉN FUE HUÉRFANA. NECESITO DE UN PADRE.

PATERNIDAD ESPIRITUAL

El tema de la paternidad espiritual es tan crucial en este tiempo de avivamiento y de crecimiento de la Iglesia.. El tema es central porque el Cuerpo de Cristo necesita verdaderos padres y verdaderas madres que ayuden a desarrollar hijos saludables y maduros.

Aunque hablamos, entonces, de paternidad espiritual, estamos incluyendo también el ministerio de las mujeres como madres espirituales dentro del cuerpo de Cristo. Concebimos, pues, a la paternidad espiritual como paternidad y maternidad, pero por razones de conveniencia lo llamaremos paternidad espiritual.

I. ¿QUÉ ES PATERNIDAD ESPIRITUAL?

A. Somos hijos de Dios

Al hablar de paternidad espiritual es necesario recordar que por sobre todas las cosas, todos los que hemos recibido a Cristo como Señor de nuestra vida, somos hijos de Dios. Esta relación esta por encima de cualquier otra relación de paternidad, incluyendo la relación de paternidad natural. Dios es Padre de todos. (Romanos 8:15-17)

Como resultado de esta relación de hijos de Dios, todos somos hermanos, pues somos hijos del mismo Padre Celestial. Sin embargo, aunque esta es una verdad eterna, también es cierto que en virtud del desarrollo espiritual y del llamado de Dios para algunos de sus hijos, en la Iglesia hay algunos que han sido constituidos para ser padres o madres espirituales, han sido establecidos como ancianos o ancianas con llamado al gobierno dentro del cuerpo de Cristo. Por lo tanto lo que veremos adelante tiene que ver con las características que estos padres y madres espirituales desarrollan como parte de su llamado.

B. El corazón de los padres hacia los hijos.

En el libro de Malaquías hay una profecía en la cual el Señor expresa que El enviaría el espíritu de Elías y que el espíritu de Elías vendría para hacer volver el corazón de los padres hacia los hijos y el de los hijos hacia los padres.

El espíritu de Elías tiene que ver con el Espíritu Santo trayendo un mover en medio del pueblo de Dios, para desarrollar a los hijos del Reino como ministros competentes. También el Espíritu de Elías tiene que ver con el espíritu apostólico-profético que le da paternidad al pueblo de Dios, la iglesia, habilitándola para alcanzar su madurez y pleno desarrollo. (Malaquías 4:5-6)

Ese es el mismo espíritu que vino en doble porción sobre Eliseo, para desarrollar un ministerio poderoso y que tuvo un alcance mayor que el del “padre Elías”. Haciendo las mismas tareas, pero con un mayor alcance.

Cuando habían pasado, Elías dijo a Eliseo Pide lo que quieras que haga por ti, antes que yo sea quitado de ti. Y dijo Eliseo: Te ruego que una doble porción de tu espíritu sea sobre mí.

El le dijo: Cosa difícil has pedido. Si me vieres cuando fuere quitado de ti, te será hecho así; más si no, no. Y aconteció que yendo ellos y hablando, he aquí un carro de fuego con caballos de fuego apartó a los dos; y Elías subió al cielo en un torbellino. Viéndolo Eliseo, clamaba: ¡Padre mío, padre mío, carro de Israel y su gente de a caballo! Y nunca más le vio; y tomando sus vestidos, los rompió en dos partes. (2 Reyes 2:9-11)

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