He aquí el Tabernáculo de Dios con los hombres

Teodoro Hernández

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Estudios Biblicos - La oración y el tabernáculo de Moisés

He aquí el Tabernáculo de Dios con los hombres

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“No seáis como los hipócritas”. Es decir que debemos ser sinceros y orar con y en la verdad, es decir, en el Lugar santo.

“Entra en tu aposento y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto”. Es decir, entra al Lugar Santo y cerrada la puerta a pensamientos del Atrio, habla con tu Padre que está en lo secreto (bajo la cobertura del Lugar Santo), y tu Padre que en el Lugar Santo “ve” tu oración sincera, te recompensará en los atrios cada vez que quieras acercarte a El.  “Y orando no uses vanas repeticiones”. Dios no escucha palabrerías de la carne. El escucha lo que su Espíritu Santo nos inspira. En el Lugar Santo se ora no con palabras de la carne sino con la Palabra de Dios.

“Vuestro Padre sabe de que cosas tenéis necesidad”. Nuestras necesidades ya Dios las conoce. El ya las escuchó en el Atrio. Serían vanas repeticiones volverlas a hacer en el Lugar Santo. En el Lugar Santo no oramos por cosas atriales o necesidades de la carne. Aquí se ora por necesidades espirituales más profundas, bien sea nuestras o de otros.

Aquí las cargas espirituales de otros las sentimos como si fueran nuestras ya que es Dios mismo quien nos las pone sobre nosotros y somos verdaderos intercesores espirituales y libertadores de aquellos que no han alcanzado aún la gracia y el conocimiento de Dios. Es en el Lugar Santo donde recibimos instrucciones precisas en cuanto a situaciones específicas.

El eterno Hijo de Dios durante nuestra oración se vuelve por así decirlo hijo de hombre, a fin de que nosotros los hijos de los hombres lleguemos a orar como Hijos de Dios a través de El. Este es un misterio maravilloso que El me ha revelado y que deseo compartir tal y como El me ha dicho: “En aquel día vosotros conoceréis que yo estoy en el Padre, y vosotros en mí, y yo en vosotros” (Juan 14:20) .

“Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir. El me glorificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber” (Juan 16: 13 y 14).

LA ORACIÓN EN EL LUGAR SANTÍSIMO

El apóstol Pablo en 2 Corintios 12: 2-4 dice textualmente refiriéndose a él mismo: “Conozco a un hombre en Cristo, que hace 14 años (si en el cuerpo, no lo sé; si fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe), que fue arrebatado hasta el tercer cielo….donde oyó palabras inefables que no le es dado al hombre expresar”.

El tercer cielo viene a representar el Lugar Santísimo, donde el hombre había perdido su comunión con Dios. Lo que Pablo quiere decir es que él fue arrebatado por Dios al tercer cielo mientras se encontraba en oración. La misma experiencia la tuvo el apóstol Juan en la isla de Patmos (Apocalipsis 1:10-19). Aquí Juan dice que él estaba en el Espíritu, es decir que oraba en el Lugar Santo.

Lo que la Biblia nos revela es que Dios mismo es capaz de hacernos entrar a su propia presencia (El Lugar Santísimo) cuando estamos orando en el Lugar Santo. Esta experiencia no necesariamente fue exclusiva para Pablo y Juan, pues puede ocurrir a cualquier creyente que se mantenga en oración en el Lugar Santo.

Cuando estamos en oración en el Lugar Santo y Dios nos hace pasar a su misma presencia prácticamente es imposible mantenerse en pie debido al peso de la gloria de Dios. En el Lugar Santísimo nuestros labios enmudecen y solo Dios habla.

El profeta Isaías ante tal experiencia dice: “Ay de mí, que soy muerto; porque siendo hombre inmundo de labios, y habitando en medio de pueblo que tiene labios inmundos, han visto mis ojos al Rey, Jehová de los ejércitos” (Isaías 6:5). La visión que describe Isaías en todo el capítulo 6, es una experiencia profética de lo que hoy día podemos experimentar si permanecemos en el Lugar Santo durante la oración.

Muchas de las experiencias en el Lugar Santísimo son casi imposibles transmitirlas en un lenguaje comprensible para la mente humana. Son palabras inefables que no le es dado al hombre expresar (2 Corintios 12: 4). Se entienden solo en el espíritu y carecerían de lógica humana.

Las visiones y revelaciones en el Lugar Santísimo trascienden tiempo y espacio. Muchos libros proféticos del Antiguo Testamento y el mismo Apocalipsis es el intento humano de sus autores de describir con palabras humanas sus experiencias en el tercer cielo, y de ahí que muchas de ellas sean confusas e incomprensibles para nuestra mente finita o limitada.

Sólo con la ayuda del Espíritu Santo es que algunas de estas revelaciones pueden llegar a ser comprendidas para el cristiano espiritual, y solo los que son espirituales las comprenderían cuando él tratara de trasmitírselas (1 Corintios 2: 14-16).  En este texto de 1 Corintios 2: 14-16 dice la Palabra de Dios que para la mente natural las revelaciones espirituales son “locura”.

Finalmente, antes de pasar al próximo capítulo, quiero dejarles una porción de la escritura que está en 1 Corintios 13: 12….” Si bien ahora vemos por espejo, oscuramente; más entonces veremos cara a cara. Ahora conozco en parte; pero entonces conoceré como fuí conocido”……….Le pregunté al Señor, que me dijera donde fui conocido……..y El me respondió……en Adán……..

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Teodoro Hernández
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Teodoro Hernández

2 comentarios en «He aquí el Tabernáculo de Dios con los hombres»

  1. Buenas tardes , mi nombre es Damaris Euniice he somado hoy con el tabernáculo y me ha sorprendido mucho lo q Dios le ha revelado a traves de ese sueno.Quisiera reciibir mas informacion.

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  2. Doy gracias al Señor por esta revelación, tenía esta inquietud por el significado del tabernáculo relacionado con la vida espiritual en el hombre.

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