He aquí el Tabernáculo de Dios con los hombres


El simbolismo del ministerio profético en el Antiguo Testamento lo vemos en Aarón, hermano de Moisés, y esto nos habla de que el ministerio apostólico como el ministerio profético deben ser ministerios “hermanados”, es decir, íntimamente ligados, y no puede existir un apostolado sin profecía.

Esto no quiere decir que necesariamente estos ministerios se manifiesten en personas diferentes, ya que una misma persona puede hoy día poseer más de un ministerio (apóstol y profeta, pastor y maestro, evangelista y pastor, etc).  Si bien los ministerios apostólicos y proféticos son importantes para la extensión del reino, son los ministerios domésticos los fundamentales para la edificación del cuerpo de Cristo.

Los tres ministerios domésticos (Evangelista, Pastor y Maestro) se nos revelan funcionalmente en el Tabernáculo por los oficios que ejercían los levitas en la custodia del Arca del Pacto como veremos a continuación.

En el Antiguo Testamento el Arca del Pacto era guardado y cuidado por sus ministros, y la gloria de Jehová se manifestaba en su Tabernáculo. Hoy día el Arca del Pacto como símbolo de la presencia divina debe ser también manifestada en nuestras vidas, y por lo tanto Dios en nuestros días también ha escogido ministros del nuevo pacto que saben guardar y cuidar la Casa de Dios ( su Iglesia). Veamos a continuación cómo las funciones ministeriales domésticas nos son reveladas en el Tabernáculo.

LOS MERARITAS

……”Este será el servicio de las familias de los hijos de Merari para todo su ministerio en el Tabernáculo de reunión: las tablas del tabernáculo, sus barras, sus columnas y sus basas, las columnas del atrio alrededor y sus basas, sus estacas y sus cuerdas, con todo los instrumentos y todo su servicio”  Número 4: 29-33

Merari fue el último de los hijos de Leví, y llegó a ser cabeza de una de las tres familias de levitas. Sus descendientes, los meraritas estaban encargados durante la peregrinación por el desierto de la armadura o esqueleto del Tabernáculo (las tablas, barras, columnas, estacas, cuerdas, etc).

Sin este esqueleto fundamental no se podía armar el Tabernáculo. Era lo primero que se ponía, porque sin él todo lo demás se venía abajo. De nada sirven las cortinas ni los utensilios si el fundamento del Tabernáculo no está bien puesto.

Los meraritas representan hoy en día al ministerio evangelístico. El evangelista es el responsable de poner el fundamento. Es el responsable de poner las tablas de madera de acacia. Es el responsable de predicar el evangelio de la cruz y no otro evangelio (Gálatas 1: 6-10). “No con sabiduría de palabras para que no se haga vana la cruz de Cristo. Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, es poder de Dios; porque el Cristo crucificado podrá ser tropezadero para algunos, y locura para otros; más a los que hemos sido llamados, Cristo poder de Dios, y sabiduría de Dios”(1 Corintios 1: 17-24).

Sobre este fundamento es que podemos edificar para Dios, “porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo” (1 Corintios 3: 11).

Los meraritas debían poner el fundamento del Tabernáculo exactamente igual dondequiera que éste se moviera. No debía añadirle más madera, ni poner basas donde debía ir barras, ni colocar estacas donde fuesen cuerdas o viceversa.

Debían además cuidar celosamente todos los materiales del fundamento que Dios les había encargado. Hoy día, el evangelista debe hacer lo mismo. Debe predicar exactamente el mismo mensaje en cualquier lugar hacia donde Dios lo mueva. Es su responsabilidad no tergiversar la Palabra del Evangelio para complacer a los oyentes.

Si el creyente carece de fundamentos verdaderos no puede edificar casa para Dios, porque al tratar de colocar cortinas en las tablas que le han dado, se le viene el Tabernáculo al suelo. Jesús lo expresó con estas palabras:

“Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca. Descendió lluvia ,y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca. Pero cualquiera que oye estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena; y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina” (Mateo 7: 24-27).

Guardar celosamente todas las columnas, tablas y barras, es tener celo por la doctrina santa de nuestro fundamento. Es la leche no adulterada (1 Pedro 2:2). Todo ministro de Dios debe vivir lo que predica. No existe cristianismo sin una vida crucificada.

Quizás esta doctrina no sea muy atractiva, pero es la que sostiene todo lo que sobre ella se edifica. Hace cierto tiempo Dios me dio una ilustración para que yo pudiera entender bien esto, y quiero compartirla con el lector. El esqueleto humano está formado por una serie de huesos que en su conjunto no son nada atractivos.

2 comentarios en «He aquí el Tabernáculo de Dios con los hombres»

  1. Buenas tardes , mi nombre es Damaris Euniice he somado hoy con el tabernáculo y me ha sorprendido mucho lo q Dios le ha revelado a traves de ese sueno.Quisiera reciibir mas informacion.

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  2. Doy gracias al Señor por esta revelación, tenía esta inquietud por el significado del tabernáculo relacionado con la vida espiritual en el hombre.

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