Jesucristo como LA VERDAD es el más fiel ejemplo de obediencia al Padre. Veamos que dice la Biblia al respecto:”y estando en la condición de hombre, se humilló a si mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre” ( Filipenses 2: 8 y 9). En el Nuevo Testamento el apóstol Santiago nos dice….”someteos, pues, a Dios….acérquense a Dios, y El se acercará a vosotros” (Santiago 4:7 y 8).
Ahora estudiaremos la calidad de los utensilios del Lugar Santo. Todos eran de oro refinado (Éxodo 38:24). El oro, como metal precioso es símbolo de pureza y de realeza.
Los tres utensilios de oro que encontramos en el Lugar Santo son: 1. El candelero de oro…. 2. La mesa de los panes de la proposición, y…. 3. El altar del incienso. Veamos ahora a Jesús en el “candelero de oro”.
La luz de este candelero está oculta para aquél que se niega a entrar al Lugar Santo, pero también es importante que para permanecer en el Lugar Santo hay que tener encendida permanentemente la luz del candelero. Jesús dijo que El era la luz del mundo, pero también dijo que todo aquél que lo siguiera tendría la luz de la vida (Juan 8:12).
Esta luz de la vida se encuentra en el Lugar Santo que es hacia donde debemos seguir a Jesús. La luz del candelero estaba colocada en tal posición, que alumbraba hacia delante, es decir hacia la mesa de los panes de la proposición.
Veamos ahora a Jesús en “la mesa de los panes”.
En Éxodo 25: 23-30 se describe cual era el propósito de la mesa de los panes, y en el versículo 30 leemos que el pan en la mesa debía estar continuamente delante del candelero de oro. La mesa de los panes nos habla no solo de la institución de la Cena del Señor (Mateo 26: 17-29) sino de algo muy importante como es la comunión.
La luz de Cristo nos hace “ver” como está nuestra comunión con Cristo y con su iglesia (nuestros hermanos) . Si no existe una verdadera comunión con Cristo y su iglesia, de nada sirve que sigamos hacia el altar del incienso, pues nuestras ofrendas en el altar no serán aceptas ante el Señor.
El Espíritu Santo en primer lugar tiene el propósito de examinar nuestra condición espiritual delante de Dios, y en el examen de nuestra condición, es fundamental que El nos revele cómo está nuestra comunión con su iglesia, es decir, con nuestros hermanos en Cristo. Si resistimos al Espíritu Santo en ésta área, comenzamos a apagar su luz en nuestra vida, y sin la luz de Cristo (la luz de su Espíritu Santo) no nos queda más remedio que salir hacia el Atrio, con las consecuencias que ya hemos visto.
Ahora veamos a Jesús en el “altar del incienso”
El altar del incienso simboliza la oración intercesora por excelencia. Jesús mismo hizo esta oración maravillosa en Juan 17, y esta oración fue tan poderosa que hasta hoy día sigue siendo contestada después de dos mil años. Todo el Lugar Santo está lleno de la Verdad de Dios: Verdad en obediencia, verdad en adoración, verdad en la comunión, verdad en la oración. Para permanecer en el Lugar Santo hay que permanecer en la Verdad de Dios. Un corazón sincero e íntegro delante de Dios no tiene tropiezo para obtener el fluir de la vida que proviene del Lugar Santísimo.
JESÚS EN EL LUGAR SANTÍSIMO: LA VIDA
La verdadera vida es la vida espiritual y ese tipo de vida proviene solo y exclusivamente de Dios. Todos los seres humanos tenemos vida biológica (vida BIO), pero no todo el mundo tiene vida espiritual (vida ZOE).
En el capítulo anterior vimos como Adán rompió su comunión con Dios en el Lugar Santísimo. Esto quiere decir que Adán perdió la vida ZOE que proviene de Dios, y de esta manera fue como la muerte entró a toda la humanidad. Jesucristo vino precisamente a restaurar la vida que proviene de Dios, y que la Biblia llama vida eterna (Juan 3:16).
Todo aquél que en El cree tiene esa clase de vida (Juan 3:36, 6:47, 54, 68).
Es una vida abundante (Juan 10:10). Pero es importantísimo saber que es: “creer en EL”. Muchas personas creen que Dios existe. y lamentablemente les tengo que decir que eso no les servirá de nada. La Biblia dice que los demonios también creen eso y siguen siendo demonios (Santiago 2:19).
Tampoco sirve de nada creer que Jesucristo es Dios hecho carne. Cuando la Biblia habla de “creer en Dios” lo que quiere decir es “creerle a EL”. Es decir, creer lo que El dice en su Palabra. Y creer lo que El dice en su Palabra implica obedecer a lo que El dice.
Buenas tardes , mi nombre es Damaris Euniice he somado hoy con el tabernáculo y me ha sorprendido mucho lo q Dios le ha revelado a traves de ese sueno.Quisiera reciibir mas informacion.
Doy gracias al Señor por esta revelación, tenía esta inquietud por el significado del tabernáculo relacionado con la vida espiritual en el hombre.