La oración

“El deseo de entregarse a sí mismo a Dios es un asunto de sentimiento y actitud. Podemos bloquearnos negándonos a crecer en nuestras relaciones o desear contarle todo lo que hay en nuestros corazones. François Fenelon expresó bien esta idea en las siguientes palabras:

“Dígale a Dios todo lo que hay en su corazón como quien se desahoga contando sus alegrías y tristezas a un querido amigo. Cuéntele sus problemas para que le consuele; cuéntele sus alegrías para que las modere; cuéntele sus anhelos para que los purifique.

Cuéntele sus aversiones para que le ayude a conquistarlas; háblele de sus tentaciones para que le escude de ellas; muéstrele las heridas de su corazón para que las sane … Cuéntele cómo su amor propio le hace tratar injustamente a otros, cómo la vanidad le tienta a ser insincero, cómo el orgullo le enmascara ante usted y otros.”

“En otras palabras, dígale a Dios todo, lo bueno y lo malo, en actitud de franqueza y espontaneidad.”

SEA ESPECÍFICO EN SU ORACIÓN

“Recientemente leí un artículo que salió de la Asociación de Secretaría Legal de Colorado que muestra cómo se puede tergiversar un mensaje sencillo con palabras innecesarias. Contenía una versión de una línea del Padrenuestro, parafraseada como si la hubiera escrito un abogado:

“Respetuosamente pedimos, solicitamos, rogamos que se haga la debida y adecuada provisión en la fecha y día que se menciona más arriba para satisfacer los requisitos nutritivos del peticionario y se organicen tales métodos de asignación y distribución como se estimen necesarios y propios para asegurar la recepción por dicho peticionario y para dicho peticionario de tal cuantía de productos de cereales que en lo sucesivo se llamará «pan», lo que a juicio del peticionario, constituye una cantidad suficiente.”

“En otras palabras, este mensaje de setenta y siete palabras equivalente a «El pan nuestro de cada día dánoslo hoy», es más largo que el Padrenuestro completo, que consta de setenta y una palabras.

“Las formas de comunicación más eficaces son breves y van al grano.”

PIDA, BUSQUE Y LLAME COMO ES DEBIDO EN SU ORACIÓN

John Maxwell escribe:

“PIDA:Ford Philpot dijo: «Muchos de nosotros queremos lo que no necesitamos y necesitamos lo que no queremos».

“Tenemos que aprender a ponernos a disposición de la agenda de Dios. A menudo nos empeñamos en la nuestra, ciegos a lo que Dios tiene para nosotros. Muchas veces Dios, en su misericordia, retiene sus respuestas a nuestras oraciones hasta que acudamos a Él con la petición buena.

“Ruth Graham, la esposa del evangelista Billy Graham, una vez dijo: «Dios no siempre ha respondido mis oraciones. Si lo hubiera hecho, me habría casado con el hombre inadecuado varias veces».

“Alguien dijo una vez: «En el cielo hay una habitación repleta de cosas que nos sorprenderán al verlas cuando lleguemos allí. En ella hay grandes cajas muy bien empaquetadas con lazos encantadores y nuestros nombres escritos encima de ellas. Son cosas que nunca se enviaron a la tierra porque no se pidieron».

“¿Cómo aprendemos a pedir como es debido? Jesús dijo: «Pedid, y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá (Mateo 7.7–8)».

“Mientras se prepara para acercarse a Dios y pedirle algo, responda las siguientes preguntas. Le ayudarán a examinar sus necesidades y dirigir mejor sus peticiones: ¿Es mi petición buena y útil para todo a quien atañe? ¿Está mi petición de acuerdo con la voluntad de Dios? ¿Armonizará con mis dones? ¿Me acercará más a Dios? ¿Qué parte me toca hacer para lograr su respuesta?

“BUSCAD: La búsqueda implica que Él espera que hagamos nuestra parte, aun cuando le pedimos que haga la suya. Así pues, cuando Jesús nos manda a orar diciendo: «El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy», no quiere decir que vamos a sentarnos y esperar que Dios nos mande el maná del cielo. Después de todo, las Escrituras dicen que el que no trabaja, tampoco coma (2 Tesalonicenses 3.10). Lo que Jesús quiere decir es: «Danos la oportunidad de ganar nuestro pan». Dios no provee para los haraganes.

“LLAMAD: Cuando Jesús nos manda a llamar nos pide que seamos persistentes. La Versión Amplificada [en inglés] aclara de esta manera el pasaje de Mateo 7.7–8: «Continúen pidiendo y se les dará; continúen buscando y hallarán; continúen llamando [reverentemente] y la puerta se “les abrirá. Porque cualquiera que siga pidiendo, recibirá, y el que sigue buscando, hallará, y a quien siga llamando, la puerta se le abrirá».

“Preguntadme de las cosas por venir, mandadme acerca de mis hijos, y acerco de la obra de mis manos” (Isaías 45:11).

Watchman Nee comenta este texto: “Esta es una declaración sumamente asombrosa. ¿Nos sorprendemos? Con respecto a sus hijos y a su obra, Dios dice: “Mandadme”. La gente no se atreve a pronunciar esta palabra: “mandadme”, porque ¿cómo puede un hombre jamás mandar a Dios? Todos los que lo conocen comprenden que ninguna palabra presuntuosa debe pronunciarse jamás delante de Dios. Sin embargo, Él mismo nos ofrece su palabra: “Mandadme acerca de mis hijos, y acerca de la obra de mis manos”. Esto no es otra cosa sino que Dios concede que la Tierra gobierne al cielo. Obviamente, de ningún modo puede esto implicar que podemos forzar a Dios a que haga lo que no quiere hacer; de ninguna manera. Más bien significa simplemente, que podemos mandarle que haga lo que Él desea hacer. Y sobre esta base nos afirmaremos…Y así nuestra oración será fuerte y poderosa.”

LA ORACIÓN DEBE SER OFRECIDA “EN FE”

Y todo lo que pidiereis en oración, creyendo, lo recibiréis.” (Mt 21:22)

DEBE SER OFRECIDA EN HUMILDAD

Note el ejemplo de los fariseos y de los publicanos (Lucas 18:9-14)

Cercano está JEHOVÁ a los quebrantados de corazón; Y salva a los contritos de espíritu” (Sal 34:18)

LA ORACIÓN DEBE SER OFRECIDA EN ARMONÍA CON LA VOLUNTAD DE DIOS

Dios responde la oración que se ofrece “de acuerdo a Su voluntad” (1 Jn 5:14)

¡Con demasiado frecuencia, las oraciones no son respondidas debido a que se relacionan más con NUESTRA voluntad que con la de Dios! (Santiago 4:3)

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