La cristología

III. CRISTOLOGÍA – LA PERSONA DE JESUCRISTO

El Nuevo Testamento presenta a Cristo como la Palabra hecha carne. En Jesucristo el hombre no se volvió Dios, sino Dios se volvió hombre (2 Timoteo 2:5), y Dios estaba en Jesucristo reconciliando al mundo (2 Corintios 5:19).

A. Cristología – La humanidad de Jesucristo Cristo

Se encarnó de tal manera que fue verdadero hombre y no un arcángel o semidiós (Juan 1: 14; Hebreos 2 :14-17), compartiendo las condiciones de nuestra naturaleza empírica, con la excepción del pecado (1 Pedro 2:22; Lucas 2 :51-52; Hebreos 7:26).

De tal manera que tuvo alma humana (Juan 12:27; Mateo 11: 29; Mateo 26:38); tuvo hambre (Mateo 4: 2); tuvo sed (Juan 19: 28); se cansó (Juan 4: 6); fue tentado (Hebreos 4: 15); su corazón conoció la amargura del dolor y la traición (Lucas 22:42-44); sufrió dolor corporal en el huerto y en la cruz; murió y fue sepultado (Mateo 27:33-36; Marcos 15: 22-47; Lucas 22: 44; 23:26; Juan 19:16-42).

B. Cristología – La Deidad de Jesucristo

1. Su preexistencia

Cristo existió no sólo antes de su encarnación, sino antes de la fundación del mundo (Juan 1: 15; 6: 51; 17: 5; Colosenses 1: 15-22; Filipenses 2:5-8).

2. Nombres y títulos divinos.

Son dados en la Escritura, evidenciando su Deidad, al llamarle Señor (Mateo 3:3), y Dios (Juan 1:1; Romanos 9: 5; Tito 2: 13).

3. Sus atributos divinos:

• a. Eternidad (Hebreos 1: 8).
• b. Omnipresencia (Mateo 18: 20).
• c. Omnisciencia (Colosenses 2: 3).
• d. Omnipotencia (Mateo 28: 18).
• e. Inmutabilidad (Hebreos 1:11-12; 13: 8).

4. Obras divinas:

• a. La creación (Juan 1: 3-10; Colosenses 1:16)
• b. Preservación y conservación (Colosenses 1:17; Hebreos 1:3).
• c. El perdón de pecados (Marcos 2: 5, 10-11; Apocalipsis 5: 31).
• d. Se atestigua por el don del Espíritu Santo a los creyentes (Lucas 24: 49).
• e. Es el recipiente de adoración divina y del homenaje (Mateo 14:33: Hebreos 1: 6).

C. Cristología – El Dios-hombre

La unión de las naturalezas divina y humana, fue efectuada por la encarnación, cuyo resultado fue una persona teantròpica o Dios-hombre, que une en sí mismo todas las condiciones de la existencia divina humana.