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Diversidad cultural y estrés

¿Cómo logran manejar efectivamente los misioneros y líderes las tensiones que derivan de la obra misionera en situaciones de diversidad cultural?

Y tal confianza mediante Cristo para con Dios, no que seamos competentes por nosotros mismos…sino que nuestra competencia proviene de Dios2 Corintios 3:4-5

Para ser misionero es necesario responder con humildad y diligencia al llamado de Dios a este ministerio. Esta actitud le ayuda a superar los obstáculos para prepararse en el conocimiento de la Palabra, ministerios varios, así como, psicológica y espiritualmente para usar sus habilidades y dones sabiamente en situaciones de diversidad cultural, que le permitirán funcionar efectivamente donde le toque ministrar.

Llevar a las personas a los pies de Cristo es la misión principal de todo misionero. Aunque ellos realizan una gran variedad de tareas tales como evangelizar y plantar iglesias, formar líderes, discipular, y ministerios relacionados con la mejoría de la higiene, salud, educación y situación vital de las poblaciones en las que sirven.

Manejando el Estrés en Culturas diferentes

“Yo os are descansar” (Mateo 11:18)

Los misioneros no están exentos de padecer situaciones difíciles, preocupaciones y de vivir en lugares donde hay conflictos y guerras. El Dr. J. Hudson Taylor durante los primeros años de su carrera misionera en China fue victima del agotamiento y desaliento, más cuando aprendió a descansar en el Señor y a cultivar su relación con El pudo sobreponerse a las tensiones de la obra misionera.

El Diccionario americano Heritage define el estrés como: una condición mental de constante preocupación, que ocurre en respuesta a influencias externas y capaz de afectar la salud física. Se caracteriza por un aumento del ritmo cardiaco y la presión, tensión muscular, ansiedad, insomnio, irritabilidad y depresión.

Toda tensión nerviosa no es perjudicial. El estrés breve y moderado nos puede servir de motivación para alcanzar nuestras metas y dar lo mejor de nosotros. Una tensión momentánea puede sacar de nosotros fortalezas y habilidades hasta entonces desconocidas. Es la tensión crónica la que nos perjudica, nos agota mental y físicamente. Esa actitud de ansiosa inquietud necesita ser eliminada del siervo de Dios para poder estar libre para ser usado efectivamente por Dios.

Para los que están en el servicio misionero el ardiente compromiso a la obra de Dios, las altas expectativas propias y de otros acerca de su labor, las excesivas demandas para ser atendidas con urgencia pueden llegar a sobrecargarle. El servicio esforzado por mucho tiempo y sin ver frutos puede producir frustración y desaliento. El resultado final es un sentimiento de culpa por sentir que se le falla a Dios, a la familia, a la iglesia.

Kelly O´Donnell y Michele Lewis O’Donell , psicólogos especialistas en orientar a misioneros para ayudarles a desarrollar habilidades en el manejo efectivo del estrés, plantean ciertas áreas en las cuales los misioneros pueden sufrir tensiones importantes:

Cultural: dificultad en relación con el lenguaje y costumbres que puede llegar a la gravedad de manifestarse en un choque cultural.

Crisis: eventos estresantes que acontecen en el país donde trabajan, tales como: desastres naturales, guerras, persecución religiosa, inestabilidad política.

Personal: Aspectos del individuo no resueltos, inhabilidad para manejar las cargas que derivan del servicio, asuntos conflictivos de la familia de origen, tensión en las relaciones familiares, con colegas y creyentes.

Espiritual: Dificultades en ésta esfera se pueden reflejar en su relación con Dios, en la vida devocional, comunión con el cuerpo de Cristo, dominio propio para resistir las tentaciones y buscar la voluntad de Dios.

Física: Estado general de la salud, nutrición, ejercicio, descanso adecuado.

Ocupacional: Presiones derivadas del trabajo, responsabilidades, retos, atención de los problemas de la gente, capacitación insuficiente en el idioma y comprensión de la cultura del país. Carencia de recursos y apoyo financiero.

Ejemplo de Misioneros en Uganda

Los Rice son una familia misionera que ha aprendido a manejar las situaciones estresantes y adaptarse a la diversidad cultural al apropiarse de la Palabra de Dios, a entregarle sus cargas, a confiar que El esta en control de sus asuntos y al permitir ser transformados para la Gloria de Dios (Romanos 12:2)

En Kampala, Uganda se encuentran varias familias de misioneros bautistas del sur sirviendo en una situación política muy difícil. Jim y Linda Rice junto con su hija de 13 años Kristen viven en el campamento bautista. Ellos dejaron su hogar en Richmond, Virginia en 1974 para ser misioneros. Al siguiente año partieron a Uganda que sufría el gobierno de terror de Idi Amin. Muchos misioneros de otras denominaciones y algunos bautistas tuvieron que irse, pero ellos aceptaron servir ahí donde Dios les había enviado.

La misión principal de los Rice es ver que las biblias y material cristiano este disponible en Uganda. El es el gerente y tesorero de la Misión bautista de Uganda y asistente al pastor de la iglesia bautista de Nawaka. En Kampala abrió una librería cristiana, con mucha dificultad por la situación política del país. Jim nos dice que “una de las necesidades que tienen es formar líderes autóctonos”. Comenta con preocupación, que “uno de los problemas que confrontan muchos de los llegan a entregar sus vidas al Señor es que quieren ser parte de la comunidad cristiana y al mismo tiempo seguir con los rituales y adoración a los espíritus de sus tribus”. Linda, quien recibió su llamado a las misiones mientras de pequeña participaba en la iglesia en el grupo misionero de Niñas en Acción, fundó en 1977, la escuela bíblica por correspondencia “Bible Way” que ya ha recibido más de 37,000 estudiantes. También colabora en el ministerio a personas con sida y con el ministerio de jóvenes.

Han tenido que ajustarse a muchas situaciones que a otros les desalentaría como, por ejemplo, el aprender un nuevo idioma y vivir en una cultura muy diferente a la norteamericana, a los intercambios de fuego entre los grupos armados, tener su carro secuestrado en dos oportunidades, el allanamiento de su hogar en varias ocasiones, manejar muchas horas en carreteras en mal estado y peligrosas para llevar adelante la obra, cortes eléctricos constantes lo cual complica las labores cotidianas como mantener la casa limpia, cocinar, vestirse, lavar la ropa y tener suficiente agua potable por lo que deben recoger agua de la lluvia y filtrarla para beber y cocinar.

Linda Rice no pierde su paciencia, alegría y optimismo por estas dificultades, ella ha aprendido a descansar en el Señor. Linda nos comenta que “el haber vivido en Uganda le ha enseñado mucho acerca de quien es Dios y de su amor. Me ha dado habilidad para enfrentar situaciones difíciles y hasta peligrosas”. El adaptarse no implica que no eche de menos las comodidades que tenía en los EEUU. Cada cuatro años les toca regresar por un año a su país y es cuando compran la ropa necesaria para los siguientes años en Uganda. Su hija dice que la vida en Kampala es muy interesante, juega con sus amigas y hace deporte, estudia, sirve al Señor en el coro de la iglesia y apoya a sus padres en la obra misionera. Echa de menos a sus amigos que ha conocido en Uganda y han partido o los que ha hecho en los muchos viajes con sus padres. Su meta es prepararse en la universidad en los EEUU para ser misionera veterinaria, ha aprendido a amar a los animales en Uganda.

Oremos por los misioneros:

1. Oremos por la familia Rice y demás misioneros en Uganda para que puedan continuar ministrando efectivamente la Palabra, sobreponiéndose a las limitaciones humanas y obstáculos que el enemigo pueda ponerles (Colosenses 4:2,3; Efesios 6:10-19)

2. Oremos por los misioneros para que sean fortalecidos en su vida personal, familiar y en el ministerio (Efesios 3:16)

3. Oremos por protección para los que sirven al Señor especialmente los que son perseguidos por su fe (2 Tesalonicenses 3:2,3)

4. Oremos para que abunden los recursos humanos y materiales para impartir los ministerios que les han sido encomendados (Santiago 1:5; Filipenses 4:18,19)

5. Oremos por los misioneros para que sigan teniendo la habilidad de manejar efectivamente las tensiones que surgen por las dificultades en el campo misionero, las diferencias culturales, las responsabilidades y necesidades de sus familias y del ministerio (Filipenses 4:6,7)

Sugerencias para un estudio sobre misiones:

Consiga un mapa del país que estudian para mostrar dónde se encuentra.

Pida la ayuda de algún hermano o hermana para que presenten un tema sobre el país usando la información dada.

Inviten, si pueden, a misioneros o personas nativas de ese país para compartir sus experiencias.

Pueden comentar acerca de cómo manejar el estrés que surge al vivir y servir al Señor en diferentes culturas.

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