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¿Debe la iglesia cristiana enseñar el diezmo? – Capítulo 28

Estudios Bíblicos

Prédica de Hoy: ¿Debe la iglesia cristiana enseñar el diezmo? – Capítulo 28

Estudios Bíblicos Texto Bíblico: Hechos 20:16-35

Un sermón ignorado y un ejemplo para los predicadores

Pablo quería que los demás siguieran su ejemplo de no recibir diezmos ni ningún otro sostenimiento como pago por el ministerio del evangelio. Si esta es una conclusión correcta de Hechos, capítulo 20, entonces la afirmación de Pablo en 1 Corintios 9:16-19 no puede interpretarse como una excepción a la regla general. Personalmente, por lo menos, Pablo prefería que este principio de “libertad” fuese el principio superior, que es más importante que el principio de “derechos”.

Aunque, personalmente, yo he recibido sostenimiento completo en el pasado, ahora me veo obligado a considerar el hecho de haberlo recibido, por lo menos en la mente y la época de Pablo, como si hubiese seguido el principio menor de mis “derechos”, más bien que el principio mayor de ejercer mi “libertad” de predicar el evangelio sin presión de los que contribuyen a la mayor parte de mi sostenimiento. Como muchos otros, como ministro que recibe un cheque denominacional, ciertamente se esperaba que yo enseñara y predicara las doctrinas de la denominación.

Este es un tema incómodo, por decir lo menos. Todo serio estudiante bíblico a su debido tiempo encontrará enseñanzas en la palabra de Dios que al principio él o ella encontrarán difíciles de aceptar. La respuesta a mi pregunta: “¿Deben aceptar los predicadores salario a tiempo completo?” resultaba alarmante para alguien que ha recibido sostenimiento a tiempo completo.

La respuesta me impresionó, y debería sacudir los fundamentos mismos del sistema de la iglesia moderna. Una cosa era poner en duda si el diezmo era el principio del nuevo pacto para sostener el ministerio del evangelio.

Sin embargo, a su debido tiempo, mis estudios me llevaron a 1 Corintios 9 y a los “derechos” de los ministros del evangelio a recibir sostenimiento financiero. Luego, la búsqueda de referencias cruzadas y comentarios me llevó a Hechos 13:1-3; 18:1-4; 20:16-35; 2 Cor. 11:7-9; 2 Cor. 12:13-15; Fil. 4:15-19; 1 Tes. 2:9-10; y 2 Tes. 3:6-15.

Aunque yo había leído estos textos muchas veces durante más de 40 años como cristiano, nunca los había “puesto juntos” para ver el cuadro completo. A continuación, van mis conclusiones:

El marco histórico de Hechos 20

20:16 Porque Pablo se había propuesto pasar de largo a Éfeso, para no detenerse en Asia, pues se apresuraba por estar el día de Pentecostés, si le fuese posible, en Jerusalén.

El marco histórico de Hechos 20 es importante. El incidente ocurrió aproximadamente en 50-60 D. C., que es por lo menos veintiocho años después del Calvario y después de que la iglesia se había establecido en Pentecostés.

Después de ministrar durante más de diez años, Pablo acababa de completar su tercer y último viaje misionero. Por lo menos tres de esos años habían sido continuos o desde una base en Éfeso (20:31). Cuando Hechos 20 se combina con con 1 Corintios 9, surge un poderoso mensaje sobre las prioridades del evangelio y la ética de los obreros del evangelio.

El sermón era específicamente para predicadores (20:17-18, 28).

20:17 Enviando, pues, desde Mileto a Éfeso, hizo llamar a los ancianos de la iglesia.

Pablo quería llegar a Jerusalén antes de Pentecostés y no tenía tiempo para esperar otro barco. Había mandado mensaje por adelantado para que los ancianos del área alrededor de Éfeso vinieran y se encontraran con él en Mileto, sobre la costa occidental de Éfeso.

Estos textos contienen un sermón especialmente para los líderes de las iglesias, ¡los ancianos! Los “ancianos” son también llamados “supervisores”; son los pastores del “rebaño”, la iglesia de Dios (20:28), los pastores de las varias iglesias en y alrededor de Éfeso. Todo lo que Pablo tenía que decir sobre los falsos maestros que se aprovechaban del rebaño y sobre la ética de la obra relacionado específicamente con ellos.

El ejemplo de Pablo (20:18, 20, 26-27, 35).

20:18 Cuando vinieron a él, les dijo: Vosotros sabéis cómo me he comportado entre vosotros todo el tiempo, desde el primer día que entré en Asia …
20:20 Y cómo nada que fuese útil he rehuido de anunciaros y enseñaros públicamente y por las casas.

Aun antes de presentar el problema que pesaba sobre él, Pablo ofreció su propio ejemplo como solución. Ellos habían observado su comportamiento y su estilo de vida por tres años en todo tiempo (v. 18); le habían visto declarar el evangelio completo en público (vv. 20, 27), sabían cómo había tratado a todos con justicia (vv. 26, 31);y sabían que él había sido ejemplo para ellos en todo lo que había hecho (vv. 20, 35). Lo mejor que había podido, Pablo había seguido el ejemplo de Cristo. En consecuencia, les pedía a sus suplentes que siguieran su ejemplo.

Sermón de despedida de Pablo

20:22,23,25 Ahora, he aquí, ligado yo en espíritu, voy a Jerusalén, sin saber lo que allá me ha de acontecer; salvo que el Espíritu Santo por todas las ciudades me da testimonio, diciendo que me esperan prisiones y tribulaciones. Y ahora, he aquí, yo sé que ninguno de todos vosotros, entre quienes he pasado predicando el reino de Dios, verá más mi rostro.

Pablo creía plenamente que ésta sería su última despedida de los líderes de las muchas iglesias-hogares que él había iniciado. Estaba convencido por el Espíritu Santo de que éste sería su último viaje misionero.

Siendo un sermón de despedida, ciertamente les diría las cosas más importantes que tenía en mente para salvaguardar la iglesia en el futuro sin él. Primero debían darse cuenta de que el evangelio de la gracia de Dios es de lo más solemne; no ha de ser tratado ligeramente. Pablo había aceptado la posibilidad del martirio, si era necesario, para preservar la integridad del evangelio y para dar cumplimiento a su llamado (v. 24).

Advertencia contra falsos maestros (20:28-31, 33).

20:28 Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño …

20:29-31 Porque yo sé que, después de mi partida, entrarán en medio de vosotros lobos rapaces, que no perdonarán al rebaño. Y de vosotros mismos se levantarán hombres que hablarán cosas perversas para arrastrar tras de sí a los discípulos. Por tanto, velad, acordándoos que por tres años, de noche y de día, no he cesado de amonestar con lágrimas a cada uno.

La primera preocupación de Pablo era que se levantarían falsos maestros con falsas doctrinas de fuera y desde adentro de la iglesia después de que él se hubiese ido. Por pasadas experiencias, sabía que otros le seguirían y predicarían un evangelio “diferente” (Gál. 1:6-7). “Mirad”, dijo, porque vendrían “lobos rapaces” de fuera de Éfeso y “hombres que hablarían cosas perversas” dentro de la iglesia, que no perdonarían el rebaño y arastrarían tras de sí a los discípulos (vv. 28-30).

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