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¿Debe la iglesia cristiana enseñar el diezmo? – Capítulo 27

Estudios Bíblicos

Prédica de Hoy: ¿Debe la iglesia cristiana enseñar el diezmo? – Capítulo 27

Estudios Bíblicos Texto Bíblico: 2 Corintios 8 y 9

Un bosquejo de sermón usando principios de gracia al dar

Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre (2 Cor. 9:7).

Obviamente, las necesidades financieras de la joven iglesia del nuevo pacto eran muy grandes. Mientras menos tiempo tuvieran que pasar en en su oficio para ganarse la vida, más tiempo podían pasar difundiendo el evangelio.

Aquellas asambleas participaban activamente en la tarea más importante que jamás se le asignara a la humanidad – la difusión del evangelio de Jesucristo. Aunque los misioneros sí necesitaban ayuda financiera, hay que recordar que esto era principalmente porque escogieron ser pobres y merecían la ayuda.

  • Hechos 14:23 Y constituyeron ancianos en cada iglesia …
  • Tito 1:5 Por esta causa te dejé en Creta, para que corrigieses lo deficiente, y establecieses ancianos en cada ciudad, así como yo te mandé.

No había un solo “anciano” o “supervisor”, sino muchos en cada ciudad y en cada reunión hogareña donde se estudiaba la Biblia y se predicaba (Hechos 11:30; 14:23; 15:4, 6, 23; 16:4; 20:17; Tit. 1:5; Sant. 5:14; 1 Ped. 5:1, 5). Habría sido imposible proporcionar sostenimiento a tiempo completo a los muchos ancianos de las iglesias hogareñas.

2 Corintios, capítulos 8 y 9, detallan cómo el apóstol Pablo usó principios evangélicos para conseguir sostenimiento para los santos pobres de Jerusalén. Sin embargo, no hay ninguna indicación de que el apoyo estaba siendo recogido para salarios de los misioneros o para el sostenimiento de los oficiales de la iglesia.

UNO: Dar es totalmente “de gracia” en la iglesia.

Ningún otro capítulo de la Biblia usa la palabra “gracia” más a menudo que 2 Corintios, capítulo 8! Thayer define “gracia” como “lo que proporciona gozo, placer, deleite, dulzura, encanto, y belleza” (113). ¡Qué abundante palabra para que Dios la aplique al dar! Por ejemplo, los que dan para la obra de Dios reciben en realidad de la gracia de Dios. Dios nos da gracia para dar, y luego Dios nos da más gracia cuando damos.

A: “La GRACIA de Dios que se ha dado” (8:1).
B. “La GRACIA de compartir” (griego); “favor” (NAS); “privilegio” (NIV); “don” (KJV) (8:4).
C. “Obra de GRACIA” (NAS), “esta GRACIA de dar” (NIV) (8:6).
D. “Obra de GRACIA” (NAS), “esta GRACIA de dar” (NIV) (8:7).
E. “la GRACIA de nuestro Señor Jesucristo” (8:9).
F. “Pero GRACIAS sean dadas a Dios” (griego); “gracias” (8:16).
G. “Esta GRACIA” (griego) (KJV); “ofrenda” (NIV); “esta obra de gracia” (NAS) (8:19).
H. “Poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia” (9:8).
I. “La superabundante gracia de Dios en vosotros” (9:14).

Todos los textos anteriores describen la relación de los cristianos con la gracia y el dar. Es una gracia de Dios y se basa en el ejemplo de Cristo. En contraste con la ley que ordenaba dar, el dar del nuevo pacto es gracia de principio a fin. Es una acción que comparte. Regresa al dador porque nadie puede dar más que Dios.

DOS: Darse a Dios primero.

Puesto que un incrédulo no está motivado para dar, usted primero debe aceptar a Jesucristo como su Señor y Salvador personal. “A sí mismos se dieron primeramente al Señor” (8:5). Mientras uno no ingrese a la familia de Dios por medio de la conversión, todavía está bajo condenación y la gracia no puede gobernar su vida.

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