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¿Debe la iglesia cristiana enseñar el diezmo? – Capítulo 22

Estudios Bíblicos

Estudios Bíblicos Prédica de Hoy: ¿Debe la iglesia cristiana enseñar el diezmo? – Capítulo 22

Estudio Bíblico Texto Bíblico: 1 Corintios 9:1-19

Pablo rehusó ejercer su “derecho” a ser sostenido

El capítulo 9 de I Corintios es muy importante para los que buscan conocer la verdad sobre el diezmo en el nuevo pacto. ¿Por qué? Porque se enfoca en el “derecho”, el “poder” o la “autoridad” (griego exousia) de los obreros evangélicos para recibir compensación.

Si el diezmo fuera realmente una ley del nuevo pacto para el sostenimiento del obrero evangélico, entonces éste sería el capítulo más apropiado para descubrir esta doctrina.

Esta carta fue escrita cerca de mediados del siglo primero, entre 20 y 30 años después del Calvario. Mientras las sinagogas judías permitieron a los cristianos tener culto con ellos en sus días de reposo sabáticos, las autoridades romanas les consideraban meramente como una rama del judaísmo.

Sin embargo, los cristianos que rehusaran ser conectados con el judaísmo eran considerados una religión no autorizada (ilegal), por lo general no fueron cazados y perseguidos sino hasta que el cristianismo se convirtió en una religión ilegal alrededor del año 80 D. C.

Aproximadamente hasta el año 260 D. C., la mayoría de los lugares de reunión fueron hogares, lugares abandonados, catacumbas, o cavernas – dondequiera que se pudieran reunir sin ser descubiertos por el Imperio Romano, que buscaba constantemente a los culpables de complotarse para derribarlo.

Esta información histórica es importante porque nuestro moderno marco mental quiere que pensemos en “iglesias” como conocemos y reconocemos a las iglesias actualmente, lo cual no es cierto. Excepto por las sinagogas aprobadas por el estado para los cultos judíos, los primeros cristianos no tenían anuncios en sus puertas y no tenían ningún edificio que pudieran llamar propio.

El tema del sostenimiento a tiempo completo de los ministros del evangelio se centra en el versículo 14. Aunque los teólogos y los obreros evangélicos de tiempo completo por lo general usan este texto para argumentar a favor de su sostenimiento por medio del diezmo, los historiadores de la iglesia por lo general discrepan en lo relativo al diezmo.

Mi investigación reveló que los historiadores de la iglesia, sin importar su denominación, a menudo concuerdan en que es altamente improbable que los primeros líderes cristianos recibieran compensación a tiempo completo por ministrar para las iglesias.

Primero, como Pablo, casi todos (si no todos) los rabinos, escribas, y abogados cristianizados habrían rehusado recibir sostenimiento total (o cualquier sostenimiento) por enseñar la palabra de Dios a causa de sus tradicionales prohibiciones judías contra ello.

Como Pablo, ellos habrían insistido en sostenerse por medio de sus oficios. De la misma maneras, los ex-sacerdotes ahora cristianizados consideraban los diezmos como pertenecientes sólo a los servicios de culto puramente judíos en el templo, como se discute en mi capítulo sobre Hechos 15 y 21.

Segundo, el gobierno romano se interesaba en saber la situación ocupacional de sus ciudadanos para calcular los impuestos e identificar a los revolucionarios. El gobierno habría mirado con sospecha a cualquier persona sin un oficio legal evidente y que no pareciera ser mendigo.

Uno no podía decirles a los empadronadores romanos que su sustento procedía de los miembros de las iglesias cristianas. ¡Tenía que tener un oficio legítimo y evidente para evitar que sospecharan de él y lo encarcelaran!

La Lion Enciclopedia of the Bible: “Es improbable que alguna forma de gremio se formase bastante temprano, especialmente en las ciudades, donde las diferentes ocupaciones parecen haber tenido sus calles especiales.

La Biblia menciona la calle de los carpinteros, la de los porteros, la de los orfebres, y la de los perfumeros”. … “En los tiempos del Nuevo Testamento, eran bien conocidos los gremios de comerciantes en el Imperio Romano. Pero debían tener una licencia para que el gobierno pudiese estar seguro de que no eran simplemente un disfraz para actividades políticas indeseables” (81).

¿Qué tiene que ver esta discusión con el diezmo?

¡Mucho! Primero, la Escritura no registra ningunos diezmos después del Calvario para sostener un clero de tiempo completo. Segundo, si hubiese existido tal sostenimiento a tiempo completo, las autoridades romanas habrían arrestado a estas personas por practicar una religión sin licencia (ilegal).

De hecho, muchos fueron arrestados y ejecutados después del año 80 D. C. por practicar una religión ilegal y por defender la fe. Tercero, aunque Cipriano (año 250 D. C.) usó libremente la palabra “diezmo” y defendió el diezmo sin éxito, lo hizo como fuerte discípulo de Tertuliano, el gran asceta.

Cipriano había renunciado a sus posesiones mundanas cuando se había bautizado, y era extremadamente estricto sobre compartir todos los diezmos y las ofrendas con los pobres. Cuarto, ninguno de los padres de la iglesia dice que el diezmo exacto se usó para sostener un ministerio de tiempo completo. Quinto, el diezmo no se impuso obligatoriamente como ley de la iglesia durante más de 700 años después del Calvario. Hasta Cipriano dijo también que los obispos recibían emolumentos según su dignidad y mérito.

1 Tes. 2:9 Porque os acordáis, hermanos, de nuestro trabajo y fatiga; cómo trabajando de noche y de día, para no ser gravosos a ninguno de vosotros, os predicamos el evangelio de Dios.
2 Tes. 3:8 Ni comimos de balde el pan de nadie, sino que trabajamos con afán y fatiga día y noche, para no ser gravosos a ninguno de vosotros.

Hechos 20:34 Antes vosotros sabéis que para lo que me ha sido necesario a mí y a los que están conmigo, estas manos me han servido.

El capítulo 9 de 1 Corintios es un buen ejemplo de la discusión anterior. Mientras trabajaba en su oficio como fabricante de tiendas (Hechos 18:3) y recibía ayuda ocasional de otras iglesias, Pablo llegó a la peleona iglesia de Corinto.

9:1 ¿No soy apóstol? ¿No soy libre? ¿No he visto a Jesús el Señor nuestro? ¿No sois vosotros mi obra en el Señor?
9:2 Si para otros no soy apóstol, para vosotros ciertamente lo soy; porque el sello de mi apostolado sois vosotros en el Señor.

Inmediatamente, Pablo y sus acompañantes fueron cuestionados por su falta de credenciales. Habiendo sido enviado desde Antioquia en vez de Jerusalén, él y Bernabé habían recogido a otros ayudantes, como Timoteo y Tito.

Es evidente que la cuestión de las credenciales no se resolvió porque se menciona nuevamente en el capítulo 3 de 2 Corintios. “¿No soy libre?”, como explicó más tarde, se refiere a su libertad de aceptar o rechazar cualquier compensación por su trabajo en el ministerio, especialmente como apóstol que había visto al Señor.

9:3 Contra los que me acusan, esta es mi defensa:
9:4 ¿Acaso no tenemos derecho de comer y beber?
9:5 ¿No tenemos derecho de traer con nosotros una hermana por mujer como también los otros apóstoles, y los hermanos del Señor, Cefas?
9:6 ¿O sólo yo y Bernabé no tenemos derecho de no trabajar?

Parece que Pablo estaba respondiendo a falsas acusaciones de que quería recibir suficiente sostenimiento para dejar de trabajar para ganarse la vida y vivir mayormente de la iglesia para su sostenimiento.

Es evidente que algunos de los apóstoles de la iglesia de Jerusalén habían recibido algún sostenimiento por sus esfuerzos en la misión. En los versículos 3-6, Pablo estaba meramente afirmando (no pidiendo) su privilegio igual, o su derecho, del mismo modo que los demás tenían sus derechos (que él habría rehusado).

9:7 ¿Quién fue jamás soldado a sus propias expensas? ¿Quién planta viña y no come de su fruto? ¿O quién apacienta el rebaño y no toma de la leche del rebaño?
9:8 ¿Digo esto sólo como hombre? ¿No dice esto también la ley?
9:9 Porque en la ley de Moisés está escrito: No pondrás bozal al buey que trilla [Deut. 25:4]. ¿Tiene Dios cuidado de los bueyes,
9:10 o lo dice enteramente por nosotros? Pues por nosotros se escribió; porque con esperanza debe arar el que ara, y el que trilla, con esperanza de recibir del fruto.
9:11 Si nosotros sembramos entre vosotros lo espiritual, ¿es gran cosa si segáremos de vosotros lo material?

En los versículos 7 al 13, Pablo argumenta que las vocaciones compensan a sus obreros a través de principios que gobiernan esa particular vocación. El soldado recibe un pequeño salario y recibe los despojos de la guerra. El viñador come de las uvas que cultiva. El criador de rebaños bebe leche de su rebaño. Al buey que trilla grano se le permite comer del grano mientras trilla.

9:12 Si otros participan de este derecho sobre vosotros, ¿cuánto más nosotros? PERO no hemos usado de este derecho, sino que lo soportamos todo, por no poner ningún obstáculo al evangelio de Cristo.

Habiendo establecido su derecho a recibir sostenimiento por su ministerio del evangelio, Pablo entonces concluye con su gran “pero” lo que tan a menudo es ignorado por los que insisten que los obreros evangélicos deben esperar sostenimiento a tiempo completo por medio de los diezmos o de alguna otra forma. Para Pablo, por lo menos, la libertad para predicar el evangelio sin estorbos estaba por encima de su derecho a esperar sostenimiento a tiempo completo.

Con este texto en mente, comenté en uno de mis artículos que “Pablo prefería trabajar para ganarse la vida que aceptar sostenimiento a tiempo completo”. Alguien comentó: “Yo creía que Pablo prefería predicar el evangelio a tiempo completo”.

Yo me mantengo en mi afirmación. ¡Bajo esas circunstancias, Pablo NO “prefería” predicar a tiempo completo! ¡Simplemente, su mundo no ofrecía esa alternativa! Primero, habría tenido que registrarse en el padrón romano con alguna clase de ocupación legal.

Segundo, habiendo sido un rabino judío, Pablo habría considerado pecado aceptar dinero por enseñar la palabra de Dios. Pablo sólo aceptaba dinero porque era pobre, no porque era ministro del evangelio. Tercero (y para el contexto), Pablo no quería “estorbar” el evangelio al recibir sostenimiento de otros si tal sostenimiento podía ser usado contra él de manera calumniosa. Aceptar sostenimiento de cualquier persona en la iglesia de Corinto habría comprometido su ministerio allí.

9:13 ¿No sabéis que los que trabajan en las cosas sagradas comen del templo, y que los que sirven al altar, del altar participan?

Para entender la palabra de Dios, la mayoría de nosotros tiene que limpiar su cerebro de la suposición de que todos los sacerdotes y todos los levitas eran ministros a tiempo completo y siervos de Dios a tiempo completo.

En realidad, durante la mayor parte del año, más del 95% de los sacerdotes y levitas (23 de 24 grupos) NO estaban en el templo de Jerusalén sino “en sus campos” con sus esposas, sus hijos y sus siervos (Núm. 35:2; 2 Crón. 31:15-19; Neh. 10:37, 38; 11:20; 12:44, 47; 13:10). Excepto por el sumo sacerdote, no vivían en Jerusalén permanentemente porque ésta NO era una ciudad levita (Josué 21) donde la ley les ordenaba vivir.

De acuerdo con Edersheim, los sacerdotes recibían ingresos de 24 fuentes y su diezmo del diezmo era uno de los menos importantes (82). Todas las primicias, todos los primogénitos, las ofrendas por voto, las pieles de animales, y porciones de los sacrificios SÓLO se les daban a los sacerdotes que en ese momento estaban “trillando” – ministrando en el templo.

Hoy día, aunque muchos obreros evangélicos desean seguir el ejemplo de Pablo en la ganancia de almas, pocos desean seguir su ejemplo de sacrificarse por amor al evangelio. Sin deberle nada a nadie, y sin estar obligado con nadie (excepto a predicar el evangelio), Pablo no tenía ninguna intención de enseñar el diezmo ¡ni para sí mismo ni para los demás!

Simplemente, no consideraba el diezmo como parte del plan de redención y libertad del nuevo pacto de Dios. Además, no debemos olvidar que, en la época en que se escribió esta carta, los cristianos judíos de Jerusalén todavía eran devotos fanáticos de la ley mosaica y que, por consiguiente, todavía llevaban sus diezmos al templo, de acuerdo con Hechos 21:20.

9:14 Así también (de la misma manera).

Hay varios voceros importantes del diezmo, que usan 1 Corintios 9:13, 14 como su argumento más fuerte a favor del diezmo cristiano. Estas personas pasan por alto la conexión entre el 9:7 hasta el 9:14 y en su lugar enfocan su atención en los versículos 13 y 14. La palabra clave en su argumento es la primera palabra griega del versículo, que significa “de la misma manera”.

HERMENÉUTICA DE MAYORÍA: Esta primera palabra en el versículo 14 se refiere a todo el contenido de los versículos 7 hasta el 13. El principio, o hermenéutica, es: “Cada grupo (secular y sagrado) tiene ‘derecho’ a participar de la actividad en la cual trabaja”.

Todos los seis ejemplos demuestran que uno es sostenido por los principios de la actividad en la cual trabaja. “De la misma manera”, los obreros del evangelio viven de los principios del evangelio en el cual trabajan.

El versículo 14 es una conclusión final de todo el contenido de los versículos 7-13 que cambia de lo secular a la ley al evangelio. En el versículo 15, la expresión “estos derechos” (NVI) se refiere nuevamente a todo lo mencionado en los versículos 7-13, no solamente al versículo 13.Todo el contexto del 9-13 es considerado y casi todos los comentarios concuerdan. Haga usted la investigación.

HERMENÉUTICA DE MINORÍA: El versículo 14 es sólo una conclusión que relaciona estrechamente al versículo 13 con él. El versículo 13 dice claramente que los obreros del templo eran sostenidos por los diezmos. Los obreros del evangelio en el nuevo pacto han reemplazado a los obreros del templo en el pacto antiguo. Por consiguiente, los trabajadores evangélicos del nuevo pacto deberían ser sostenidos “de la misma manera” o “usando los mismos principios” que los obreros del pacto antiguo.

En septiembre de 2005, Allan Meyer introdujo esta lógica diciendo: “Nos estamos acercando a la gente de la declaración principal [punch-line]”, y concluyó diciendo: “Hablen honestamente de 1 Cor. 9 o salgan de la cocina”. Resumió su hermenéutica en febrero de 2006 diciendo: “Por el mismo principio. Ese principio, ese principio que está presente en todo el Antiguo Testamento, donde la fuerza de trabajo de Dios era sostenida por el diezmo, ha de ser aplicado en el contexto del Nuevo Testamento como el medio por el cual los obreros de Dios en el Nuevo Testamento deben ser sostenidos”.

REFUTACIÓN: ¡Este argumento se derrota a sí mismo porque demuestra demasiado! Esto es así porque Números 18 no es una referencia exclusiva al diezmo, ¡sino que incluye TODAS las formas de sostenimiento levítico que los que enseñan el diezmo definidamente no quieren permitir!

Cuando insisten en que a los que trabajan en el evangelio debe pagárseles “de la misma manera” que se les pagaba a los sacerdotes del pacto antiguo en Números 18, han abierto atolondradamente y de par en par la puerta a los verdaderos principios que se encuentran en Números 18. En realidad, es muy bueno que literalmente no sigan NINGUNO de esos principios del Antiguo Testamento! Véanse mis capítulos sobre Números 18 y Principios para las iglesias que enseñan el diezmo.

Es más erróneo que correcto decir: “Era el diezmo lo que sostenía a los siervos de Dios en la dispensación del Antiguo Testamento”, porque los sacerdotes recibían la mayor parte de su sostenimiento de cosas diferentes del diezmo – cosas como ofrendas voluntarias, ofrendas de voto y sacrificios (Números 18:1-19).

Los sacerdotes sólo recibían un décimo de la totalidad del diezmo levítico (Núm. 18:25-28; Neh. 10:37-38). Como se señaló anteriormente, los modernos equivalentes “levitas” en las iglesias cristianas no son ministros y a menudo no se les paga. Es también erróneo considerar a los predicadores del nuevo pacto como reemplazos de los sacerdotes del pacto antiguo.

Adoptar los principios de dar del Antiguo Testamento “de la misma manera” obligaría a la iglesia a copiar también todos los otros principios levíticos de sostenimiento sacerdotal que se encuentran en el Antiguo Testamento. Esta lógica prohibiría el sostenimiento misionero y requeriría que las iglesias abolieran la doctrina del sacerdocio de los creyentes y ejecutaran a los que tratasen de adorar a Dios directamente.

El versículo clave.

9:14 Así también ordenó el Señor a los que anuncian el evangelio, que vivan del evangelio.

Este texto es citado por los obreros evangélicos más que cualquier otro texto para probar que ellos merecen ser sostenidos “a tiempo completo” por su ministerio. Puesto que varias personas que han leído la primera edición de este libro han llegado a la errónea conclusión de que yo me opongo al sostenimiento de los obreros evangélicos de tiempo completo, debo afirmar cuidadosamente mi interpretación de la Escritura.

Mi queja es contra los que tuercen la Escritura y enseñan que todos los ministros deben ser de tiempo completo porque la Biblia lo enseña. Mis capítulos anteriores sobre 1 Crónicas 23-26, 2 Crónicas 31, Nehemías 10-13 y mis discusiones sobre las ciudades levitas en Josué 21 me han convencido de que ni sacerdotes ni levitas trabajaron jamás como ministros de “tiempo completo”.

La historia bíblica, rabínica, y secular confirma el hecho de que muchos sacerdotes, levitas, y rabinos se sostenían por medio de varios oficios, varias artes y varios puestos políticos tanto dentro como fuera de los sucesos de la palabra de Dios.

¡YO NO ME OPONGO AL MINISTERIO DE TIEMPO COMPLETO! Si una iglesia puede sostener ministros y misioneros de tiempo completo sin enseñar el error para hacerlo, yo oro a Dios para que Dios les bendiga abundantemente.

Sin embargo, me opongo a cualquiera que enseñe que el ministerio de tiempo completo es un mandamiento bíblico (que Pablo decidió desobedecer). ¡Me opongo aún más a los que enseñan que los ministros de tiempo completo deben ser sostenidos por medio del llamado “diezmo”!

¡Sorpresa! La Biblia NO dice que no se suponía que los sacerdotes y los levitas no trabajasen fuera del templo. La Biblia SÍ dice que los diezmos y las ofrendas que ellos recibían por trabajo que llevaban a cabo en el templo era en lugar de la herencia de la tierra (Núm. 18:20-24)! Hay una enorme diferencia.

Si a los sacerdotes y los levitas sólo se les permitía desempeñar trabajos religiosos a tiempo completo, entonces el rey David cometió un terrible error en 1 Crónicas 23:4. Eso también les convertiría en poco más que gorrones que sólo trabajaban una semana de cada veinticuatro. Así como los que sí tenían herencia de la tierra también podían trabajar en otras ocupaciones, así también los sacerdotes y levitas que NO tenían herencia de la tierra podían trabajar en otras ocupaciones.

La diferencia es “herencia de la tierra”, no “ministerio de tiempo completo”. ¿Quiénes cree usted que conducían los animales diezmados? ¿Dónde cree usted que obtuvieron las habilidades para mantener y supervisar el mantenimiento del templo? ¿Cómo es que actuaban justificadamente como jueces civiles y operaban el mercado del templo y administraban las mesas de cambio de dinero?

Mucho antes del tiempo de Jesús, los sacerdotes y los levitas se habían distanciado de los judíos promedios por razones políticas, riquezas, ritos, y puro esnobismo. Vemos esto mejor en las parábola de Jesús sobre el buen samaritano.

Aunque controlaban el Sanedrín (el sistema de tribunales), el vacío espiritual que habían dejado al no enseñar la ley había sido llenado por las sinagogas bajo la dirigencia mayormente de rabinos que no eran sacerdotes ni levitas. La mayoría de estos rabinos, que dieron el ejemplo para Pablo y la iglesia primitiva, consideraban pecaminoso enseñar la ley por dinero o por algún otro beneficio.

Mi punto es éste: ¡La mera existencia de las escuelas de los profetas en los tiempos del Antiguo Testamento y las sinagogas PRUEBA que los sacerdotes y levitas no habían pasado su tiempo lejos del templo (23 de 24 grupos) enseñando la palabra de Dios!

Los que enseñan que 1 Corintios 9:14 ordena un ministerio de tiempo completo pasan por alto completamente el mayor principio evangélico que se encuentra en los versículos 12 y 15. El versículo 14 sugiere preguntas que necesitan ser respondidas adecuadamente antes de decidir finalmente su correcta aplicación.

¿Cuál es el origen de esta cita? Puesto que el versículo 14 no tiene paralelo definido en la Escritura, es imposible cualquier clara aplicación. Las referencias cruzadas en muchas Biblias, tomadas de Treasury of Scripture Knowledge, envían al lector a Mateo 10:10 y Lucas 10:7, que termina en que Jesús dice: “porqu el obrero es digno de su salario” (83).

Muchas otras obras de referencia también concuerdan en que este versículo probablemente alude a Mateo 10 y Lucas 10. Por ejemplo, ésta es también la referencia cruzada en el Adam Clarke´s Comentary; Barne´s Notes; Jamieson, Fausset, and Brown Commentary, Robertson´s Word Studies, y el Wycliffe Bible Commentary.

Si la cita de Jesús es verdaderamente de Mateo 10:10 y Lucas 10:7, entonces, ¿qué impacto tiene esto sobre el diezmo para sostener a los ministros del evangelio? ¡El diezmo no se ve y ni siquiera está implícito en ninguna parte de Mateo 10:10 y Lucas 10:7! Mateo 10 contiene instrucciones para los doce al enviarlos Jesús, y Lucas 10:1-17 contiene instrucciones similares para los setenta. Ambos pasajes describen esfuerzos evangelísticos temporales, de la misma manera que las modernas cruzadas evangelísticas envían (casi siempre sin paga) a obreros a recorrer las ciudades antes de que comience la cruzada.

Ambos relatos también describen la vida de esos obreros evangélicos en términos de que estos obreros no tenían ni alimento, ni casa, ni dinero, y que dependían enteramente de la gracia de Dios para que sus necesidades fuesen suplidas diariamente por medio de la caridad voluntaria de los que eran servidos. Además, el sostenimiento de los obreros evangélicos en Mateo 10 y Lucas 10 se compara con el de los profetas del pacto antiguo, más bien que con los sacerdotes y los diezmos por ley del pacto antiguo.

Por lo menos, mientras los discípulos y los setenta servían con Jesús, sus vidas eran exactamente como se las describe en Mateo 10 y Lucas 10. Como los bueyes que trillan el grano y los sacerdotes y levitas que servían durante su semana en el templo, sobrevivían con los regalos de otros. Éste era un modelo aun más bajo que el que Pablo siguió durante sus años de servicio misionero. El diezmo claramente no entra en este cuadro para el sostenimiento de evangelistas a tiempo completo.

¿Qué se quiso decir con la frase “los que predican el evangelio deben vivir del evangelio”? Cuando esta frase se toma fuera de contexto, se aplica como texto de prueba para el sostenimiento obligatorio a tiempo completo de los obreros evangélicos. Sin embargo, la frase es obviamente la conclusión de las frases inmediatamente precedentes. En consecuencia, si las frases precedentes realmente se refieren a Mateo 10 y a Lucas 10, es imposible que se usen para defender el diezmo.

La frase “los que predican el evangelio deben vivir del evangelio” se traduce como “ganarse la vida con el evangelio” (NAS); “recibir su modo de vida del evangelio” (NVI); “por el evangelio” (RSV); y “deben rcibir su sustento” (Phillip’s).

La expresión griega es literalmente ho kurios (el Señor) dieetaxen (ordenado) tois (los que) to (los que predican el evangelio) ek tou euangelliou (del evangelio) zeen (vivir)”. Muchas traducciones de la palabra griega “zoee” dan la impresión de que esta palabra se refiere exclusivamente a una ocupación de tiempo completo, lo cual está muy lejos de ser su verdadero significado.

Esta palabra griega clave es gramaticalmente un verbo en el modo infinitivo, tiempo presente, voz activa. “Zoee” (Strong´s 2198) ocurre más de 140 veces en el Nuevo Testamento y se traduce muy a menudo como los verbos “vivir” y “estar vivo”, el sustantivo “vida”, y el participio “viviendo”. “Zoee” significa muy a menudo la “vida” misma, lo opuesto a “muerte”. (Compárese con 1 Cor. 7:39; 15:45; 2 Cor. 1:8; 3:3; 4:11; 5:15; 6:9, 16; 13:4).

Al investigar los más de 140 usos de esta palabra en la Escritura, no se justifica insistir en que la palabra debe interpretarse solamente en este texto como equivalente a “sustento”, “ocupación” “profesión” “oficio”, “artes”, “labor” o “trabajo” (84).

Como hecho bíblico, zoee está lejos de ser la mejor palabra para “sustento”. Si Pablo hubiera tenido el propósito de transmitir incuestionablemente la idea de “sustento” u “ocupación”, tenía muchas palabras mejores de las cuales escoger. Bios (Strong´s 979) ocurre 11 veces y significa “sustento” en Lucas 15:12.

El verbo ergazomai (Strong´s 2038) ocurre 37 veces y es la clase de trabajo que Jesús y el Padre llevan a cabo en Juan 5:17. Ergasia (Strong´s 2039) ocurre 6 veces y significa “arte” u “ocupación” en Hechos 19:15. Ergates (Strong´s 2040) ocurre 17 veces y se traduce como “obreros” y “trabajadores” en el texto sobre el oficio de fabricar tiendas en Hechos 18:3. Meros (Strong´s 3313) significa “arte” en Hechos 19:27.

El punto es que varias de estas palabras griegas transmiten mucho mejor la idea de una profesión, un oficio, o un arte a tiempo completo, con el cual ganarse la vida. “La vida”, por lo menos en 1 Corintios 9:14, se refiere mejor a los principios evangélicos de gracia y fe, más bien que a una ocupación o estilo de vida.

1 Corintios 7:20 es un texto extremadamente interesante en esta discusión sobre el diezmo. “Cada uno en el estado en que fue llamado (Strong´s 2821), en él se quede”. En este contexto, Pablo estaba enseñando que, a menos que nuestro trabajo o situación en la vida sea inmoral o injusta, ¡debemos permanecer donde estamos!

Esto tiene sentido desde el punto de vista de la tradición de que la vocación de cada uno es un llamado de Dios. El autor de esta afirmación, Pablo, lo hace aun más interesante, porque Pablo permaneció en su “llamado” secular como fabricante de tiendas mientras proseguía su llamado espiritual como obrero evangélico. Tal actitud ciertamente impediría una doctrina sobre el diezmo.

“Evangelio” es la palabra más importante en 9:14, no “vivir”. Los que predican los principios del “evangelio” deben depender de los principios del “evangelios” para sostenerse. ¡”Del evangelio” significa “por fe”, pero no por la ley! Esta es otra razón más para excluir el diezmo por la ley de la fórmula para sostener a los obreros evangélicos.

¡Ellos no son “obreros de la ley”, sino “obreros del evangelio”! El evangelio, no la ley, es “ek pisteoos eis pistin”, es decir, viene “por fe” y regresa “para fe” (Rom. 1:17). ¡El evangelio no contiene ninguna parte de la ley! Es puramente de fe de principio a fin. Pero es asombroso cómo muchas iglesias “evangélicas” insisten correctamente en basar todas las doctrinas evangélicas del nuevo pacto en textos post-Calvario – excepto el diezmo.

Sin embargo, Dios no dijo que “todo en el evangelio es de fe para fe” – excepto el diezmo”. Los discípulos en Mateo 10 y los setenta en Lucas 10 no dependían del diezmo y los principios de la ley para su sostenimiento mientras ministraban para Jesús. En lugar de eso, dependían enteramente de los principios del evangelio y las ofrendas voluntarias. Mientras mejor servían al pueblo de Dios, mejor respondía el pueblo de Dios por amor y aprecio a ellos.

9:15 Pero yo de nada de esto me he aprovechado, ni tampoco he escrito esto para que se haga así conmigo; porque prefiero morir, antes que nadie desvanezca esta mi gloria.

La mayoría de los comentarios, las teologías sistemáticas, y los libros sobre principios bíblicos de interpretación han sido escritos por ministros del evangelio que reciben sostenimiento a tiempo completo como obreros del evangelio.

Por consiguiente, uno podría esperar lógicamente que casi todos los comentaristas interpretasen el versículo 14 en apoyo de los obreros evangélicos a tiempo completo. Se pierde la verdadera objetividad. Por ejemplo, un comentarista dice: “El Señor ha señalado, ordenado, ‘dispuesto’ que debería ser así ‘dietachee’. Aquí la palabra significa que Dios ha hecho de esto una ley, que es un requisito” (85).

Un segundo autor dice: “Así como Dios dio órdenes sobre los sacerdotes en el templo, así también dio el Señor órdenes para que los que predican el evangelio vivan del evangelio. Evidentemente, Pablo estaba familiarizado con las palabras de Mateo 10:10 y Lucas 10:7 ya fuese oralmente o por escrito. Pablo ha presentado su argumento a favor de que el salario del ministro sea completo en todo momento” (86). Y un tercero dice: “El mismo Señor Jesucristo ‘ordena’ las ordenanzas en el Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento (Mat. 10:10)” (87).

Hay dos razones para cuestionar las tres conclusiones anteriores. Primera, si Mateo 10 y Lucas 10 constituyen un inmutable pacto “ordenado” y la “ley” “ordenada” u “ordenanza” para obreros evangélicos, entonces a los obreros evangélicos del nuevo pacto se les ordena vivir día tras día como pobres, en total dependencia de la caridad de los que sirven en obediencia a los principios del evangelio (no de la ley). Los 12 y los 70 eran todos judíos.

La tradición judía citada en otra parte y tomada del Didache y otras fuentes en este libro indica que a los evangelistas sólo se les permitía depender de la caridad durante dos o tres días en cada lugar antes de seguir su camino o establecerse en un oficio.

Segunda, si el versículo 14 es una orden directa para instituir un ministerio de tiempo completo, entonces Pablo desobedeció deliberadamente esta orden directa emanada de Jesús en el versículo 15. “Porque os acordáis, hermanos, de nuestro trabajo y fatiga; cómo trabajando día y noche, para no ser gravosos a ninguno de vosotros, os predicamos el evangelio de Dios” (1 Tes. 2:9). “Ni comimos de balde el pan de nadie, sino que trabajamos con afán y fatiga día y noche, para no ser gravosos a ninguno de vosotros” (2 Tes. 3:8). Pablo hizo exactamente lo opuesto de lo que algunos dicen que se supone que Jesús ordenó en Mateo 10 y Lucas 10 para predicar sin estorbo.

En vez de eso, Pablo puso toda su fe en el principio evangélico de “libertad” más bien que “privilegio”. Para Pablo, el principio evangélico de “libertad” tenía más peso que su “derecho” a recibir sostenimiento por su servicio en el evangelio. Rehusó a su legítimo derecho para ganar más almas para Cristo. Prefería estar muerto antes que hacer que alguno creyera que servía a Cristo por ganancia mundana.

Pablo tampoco estaba desobedeciendo una orden directa de Cristo al rehusar ejercer su derecho a ser sostenido. En realidad, Cristo “ordenó” a los obreros evangélicos vivir cada día de los principios “evangélicos”, que están muy por encima de los principios legales. Los que hacen decir al versículo 14 cualquier cosa más allá de los principios del evangelio, como diezmar, simplemente están pasando por alto su contexto.

9:16 Pues si anuncio el evangelio, no tengo por qué gloriarme; porque me es impuesta necesidad; y ¡ay de mí si no anunciare el evangelio!
9:17 Por lo cual, si lo hago de buena voluntad, recompensa tendré; pero si de mala voluntad, la comisión me ha sido encomendada.

Para Pablo, la discusión anterior sobre el “derecho” a que se le pagara por servir a Cristo, incluyendo el versículo 14, está totalmente fuera de razón para su compulsión y motivación. Después de argumentar y probar que tenía “derecho” a que se le pagara si deseaba insistir en tal “derecho”, ¡Pablo declinó ejercer ese derecho! Pablo tenía muchos acusadores en Corinto. Probar su posición era más importante que el “contenido” del argumento.

Pablo no tenía ninguna intención de recibir sostenimiento a tiempo completo y sólo aceptaba un sostenimiento limitado y parcial (como pobre) de otras iglesias. Para Pablo, que había sido rabino judío, el diezmo era tan extraño como todos los otros principios de la ley que él había reemplazado con principios del evangelio.

No servía a Dios porque se consideraba soldado, granjero, criador de animales, buey que trilla, o sacerdote levita (vv. 7-13). ¡No! Dijo: “Me es impuesta necesidad”. La NAS dice: “Me siento obligado”. Su llamado a predicar era una “dispensación, un sagrado fideicomiso, una mayordomía”, que se refleja en el término más familiar de Pablo de ser esclavo de Cristo. Desde el punto de vista de Pablo, mientras más libre era de obligaciones, con mayor libertad podía predicar el evangelio con todo su poder.

9:18 ¿Cuál, pues, es mi galardón? Que predicando el evangelio, presente gratuitamente el evangelio de Cristo, para no abusar de mi derecho en el evangelio.
9:19 Por lo cual, siendo libre de todos, me he hecho siervo de todos para ganar a mayor número.

Aunque Pablo no elimina la posibilidad de sostenimiento completo para los obreros del evangelio aparte de él, ciertamente no lo enseña tampoco. Lo mismo que para Pablo, los versículos 15-19 deberían ser un grito en la cima de la montaña para muchos obreros del evangelio en la actualidad. Es necesario quejarse menos sobre los “derechos” y que haya más acción motivada por la “libertad” y lo que puede conseguirse cuando los obstáculos son eliminados.

Pablo no predicaba porque se le pagaba un salario y estaba obligado como mayordomo de un amo terrenal (9:17). Lea el versículo 18 nuevamente. “¿Cuál, pues, es mi galardón? Que, predicando el evangelio, presente gratuitamente el evangelio de Cristo, para no abusar de mi derecho en el evangelio”. ¡Su recompensa, o pago, ERA poder predicar GRATIS, sin cobrar! ¡Su recompensa ERA “no usar” su “derecho” a recibir salario! ¡Deténgase y piense en ello!

¿Por qué rehusó Pablo el salario?

Además de los tres puntos presentados en el versículo 12: Cuarto, de acuerdo con su cultura y tradición como judío, esperaba que todos los hombres aprendieran un oficio y fueran autosuficientes. Quinto, quería servir y proveer para otros – no que otros le sirvieran y proveyeran para él (9:19).

Por encima de todo lo demás, Pablo quería ser un ganador de almas más efectivo. Quedar libre de pedir un salario a los demás “para ganar a más personas” era la motivación de Pablo (9:19). Cualquiera fuese el sacrificio o esfuerzo necesario para ganar a otros para Cristo, aun rehusar a su derecho a recibir un salario, Pablo estaba preparado para hacer ese sacrificio o esfuerzo (9:20-27).

En este punto, vale la pena leer la Living Bible: “Y esto [rehusar a ser sostenido] tiene una verdadera ventaja; no estoy obligado a obedecer a nadie sólo porque pagan mi salario; pero, libre y gustosamente, me he hecho siervo de cualquiera y de todos para poder ganarlos para Cristo”. Aunque tengamos muchas menos iglesias grandes, tendríamos muchos más millares de iglesias más pequeñas.

En 1 Corintios 9, Pablo afirma que no permitiría que el dinero se convirtiera en un problema que estorbase su predicación del evangelio. Aunque sus “derechos” como apóstol y ministro del evangelio incluían realmente recibir algún sostenimiento por sus servicios para Cristo como pobre, no se menciona el diezmo como uno de esos “derechos” – ni lo deseaba. Ciertamente, Pablo habría rehusado un diezmo de la misma manera que había rehusado las ofrendas regulares como contrarias a su libertad en Cristo.

Comentarios adicionales sobre Mateo 10 y Lucas 10.

Muchos obreros del evangelio citan a 1 Corintios 9:11-14 y que “el obrero es digno de su salario” de Mateo 10:10, Lucas 10:7, 1 Timoteo 5:18 para probar que ellos deben ser totalmente sostenidos por la iglesia. Sin embargo, todo el contexto de Mateo 10:10 y Lucas 10:7 indica que es imposible llegar a una conclusión tan simple.

Mat.10:8 Sanad enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos, echad fuera demonios; de gracia recibisteis, dad de gracia.
Mat. 10:9 No os proveáis de oro, ni plata, ni cobre en vuestros cintos;
Mat. 10:10 ni de alforja para el camino, ni de dos túnicas, ni de calzado, ni de bordón; porque el obrero es digno de su alimento. [NAS: sostenimiento] [griego: trophees].
Mat. 10:11 Mas en cualquier ciudad o aldea donde entréis, informaos quién en ella sea digno, y posad allí hasta que salgáis.

Luc. 10:4 No llevéis bolsa, ni alforja, ni calzado; y a nadie saludéis por el camino.
Luc. 10:5 En cualquier casa donde entréis, primeramente decid: Paz sea a esta casa.
Luc. 10:6 Y si hubiere allí algún hijo de paz, vuestra paz desposará sobre él; y si no, se volverá a vosotros.
Luc. 10:7 Y posad en aquella misma casa, comiendo y bebiendo lo que os den; porque el obrero es digno de su salario [recompensa] [griego: misthos]. No os paséis de casa en casa.

Concerniente a Mateo 10:8-9, el Wycliffe Bible Commentary dice: “Estos ministerios debían ser llevados a cabo libremente, sin cobrar, porque su autoridad había sido recibida de esta manera. Estas instrucciones se aplican sólo a esta misión específica de duración limitada” (88).

Si esto es cierto, entonces, ¿cómo pueden decir los que enseñan el diezmo que 1 Corintios 9:14 alude a Mateo 10:8-11 y a Lucas 10:4-7? Además, según el documento primitivo, Didache, después de una duración limitada”, se esperaba que hasta los obreros del evangelio se fueran de allí o adquirieran un oficio, como lo hizo Pablo. Pero,¿cuántos evangelistas o predicadores obedecen más de dos instrucciones de Mateo 10 y Lucas 10? ¿Es una persona honesta con el contexto al ignorar los otros puntos? ¡El contexto no enseña ni el diezmo ni el sostenimiento a tiempo completo para el ministerio!

Concerniente a 1 Corintios 9:14, no deberían ignorarse las siguientes citas, predominantemente de los HISTORIADORES eclesiásticos de muchas denominaciones. Por difícil que parezca, los teólogos deben reconocer que sus propios historiadores están en lo cierto al afirmar que el diezmo ni se enseñaba ni se practicaba en la iglesia primitiva. Estas citas ciertamente no dejan lugar para la doctrina del diezmo como se ve en muchas iglesias cristianas hoy día.

Robert Baker, Un Resumen de la Historia Cristiana

Este libro de texto de los Bautistas del Sur dice: “Los líderes [antes del año 100 D. C.] por lo general trabajaban con las manos para suplir sus necesidades materiales. No había ninguna distinción artificial entre el clero y el laicato”. Y añadía más tarde: “Los primeros obispos o presbíteros se ocupaban de labores seculares para ganarse la vida, y desempeñaban los deberes de su puesto en la iglesia cuando no estaban trabajando” (89).

El Códice de la Ley Judía

El Códice de la Ley Judía dice que un sabio pobre que estudia la ley debe establecerse en un negocio y se le debe dar un tratamiento superior para asegurarse de que tenga éxito. “Aunque un sabio honorable empobrezca, debe encontrar alguna ocupación, aunque sea de menor importancia, antes que depender de los hombres” (90).

H. E. Dana, El Mundo del Nuevo Testamento

Este libro de texto de los Bautistas del Sur dice: “Entre los judíos, la vida profesional era limitada. La única profesión ampliamente difundida era la de rabino, si es que podía llamarse profesión, porque la mayoría de los rabinos ejercían algún oficio o ocupación secular para ganarse la vida, mientras dedicaban todo el tiempo posible al estudio y la enseñanza de la ley. …

Se esperaba que todo muchacho judío aprendiera algún oficio. La tradición rabínica declaraba que ‘todo el que no enseña un oficio a su hijo es como si lo hubiese criado para que fuese ladrón'” (p. 149).

“Los que trabajaban en un oficio común con frecuencia se organizaban en gremios, comparables con nuestros modernos sindicatos. Así que había gremios de panaderos, herreros, curtidores, y prácticamente de cada oficio conocido en ese tiempo. … Es probable que hubiese un gremio de fabricantes de tiendas, y se puede suponer razonablemente que Pablo era miembro de él (p. 217)”.

“El uso prevaleciente de tiendas [por los viajeros] hacía del oficio de fabricar tiendas una ocupación lucrativa. El que perteneciera al mismo gremio, culto religioso, o que tuviese cualquier otra relación personal con cualquier residente de la localidad casi siempre podía encontrar una bienvenida más o menos genuina en un hogar privado. …

Ésta era la manera prevaleciente en que los primeros misioneros cristianos eran provistos, aunque probablemente el alojamiento y la comida para ellos eran sin costo (comp. 2 Juan 10-11; 3 Juan 5-8)” (p. 221) (91).

Dana hace otra curiosa afirmación en la página 127: “Los sacerdotes rara vez entraban en contacto con el pueblo”. Si esto es cierto, entonces, ¿qué hacían cuando estaban entre los 23 o 24 grupos que NO ministraban en el templo durante una semana cada vez?

El Didache, o La Enseñanza de los Doce

Párrafo XI: … “Ahora bien, concerniente a los apóstoles y los profetas, de acuerdo con la enseñanza del evangelio, así hagáis; y que cada apóstol que venga a vosotros sea recibido como al Señor; y no se quedará sino un día, y si es necesario, el día siguiente también; pero se se queda tres días, es un falso profeta.

Cuando el apóstol sale, que no lleve nada sino pan, hasta que llegue a su alojamiento: si pide dinero, es un falso profeta. … Pero cualquiera que diga en espíritu: ‘Dadme dinero, u otras cosas’, no debéis escucharle; pero si les pide para dar a otros que están en necesidad, que nadie le juzgue” (92).

Alfred Edersheim, Bosquejos de la Vida Social Judía

“Así … llegar al tema de este capítulo … ahora entendemos cómo es que tantos de los discípulos y seguidores del Señor se ganaban la vida con algún arte; cómo, en el mismo espíritu, el Maestro mismo condescendió al oficio de su padre adoptivo. Porque era un principio, expresado con frecuencia, que, si era posible, ‘debía abandonarse el oficio del padre'” (p. 169). Además, aunque su origen es desconocido, las leyes romanas requerían que un hijo debía seguir en al oficio de su padre (según la vida de Martin, uno de los primeros monjes).

“Y este mismo amor al trabajo honesto, el mismo el mismo espíritu de varonil independencia, el mismo horror a traficar con la ley, y a usarla como ‘corona o como espada’, era ciertamente característico de los mejores rabinos” (p. 172).

“Porque, en realidad, con pocas excepciones, todas las principales autoridades rabínicas trabajaban en algún oficio, hasta que por fin vino a ser signo de bastante afectación ocuparse de duros trabajos corporales …” (p. 173). (93).

Comentario de Jamieson, Fausset, y Brown

“Al principio, los estipendios del clero se pagaban con las ofrendas durante la cena del Señor. En la fiesta de amor que la precedía, cada creyente, según su capacidad, ofrecía un regalo; y cuando el gasto de la mesa había sido sufragado, el obispo apartaba una porción para sí mismo, los prebísteros, y los diáconos; y con el resto ayudaba a las viudas, las huérfanos, los confesores, y los pobres (Tertuliano, m. 220), ‘Apología’, 1 Cor. 3:9). Repetimos, el estipendio era en proporción a la dignidad y los méritos de los obispos, los presbíteros, y los diáconos (Cipriano,D. C. 250, c. iv. ep. 6)”. (94)

George E. Ladd, Wycliffe Bible Commentary

[Hechos 18:1-4] “Era costumbre que los rabinos judíos no recibieran paga por sus enseñanzas, y por lo tanto, Pablo, que había sido criado como rabino, había aprendido el oficio de fabricar tiendas. El apóstol no inició en seguida la evangelización de Corinto, sino que se unió a Aquila y a Priscilla en la práctica de su oficio durante la semana. Dedicaba los sábados a predicar en las sinagogas” (95).

[Hechos 20:34] “Pablo les recordó a los efesios su costumbre de fabricar tiendas, no sólo para sostenerse, sino para suplir las necesidades de otros que estaban con él. Citaba un dicho del Señor, que no está registrado en ninguno de los evangelios, sobre las bendiciones del dar. … El principal objetivo de dar en la iglesia primitiva era proveer para las necesidades de los hermanos pobres, no sostener la predicación del evangelio, como sucede en la actualidad”.

Lenski, R. H. C., La Interpretación del Evangelio de Mateo

“Aunque todos los apóstoles era judíos originalmente, criados en la práctica del diezmo, ninguno de ellos dijo ni una sola palabra para intimar siquiera que, en el nuevo pacto, los cristianos podrían encontrar un método útil para contribuir a la obra de la iglesia. Esta fuerte negativa está reforzada inmensamente por el método totalmente diferente sugerido por Pablo cuando invitó a las iglesias a hacer una gran ofrenda, 1 Cor. 16:1, etc; 2 Cor. 8:4, etc.

“Exegéticamente, y por ende, dogmática y éticamente, el Nuevo Testamento se opone al diezmo como reglamento en el nuevo pacto. El deseo de más y más dinero en la iglesia y para la iglesia no debe cegarnos a los métodos empleados para obtener más dinero” (páginas 907-909).

The Lion Encyclopedia of the Bible

“Las artes eran tenidas en alta estima por los judíos en ese tiempo. Los artesanos estaban exentos de la regla de que todos debían ponerse de pie cuando se acercase un erudito. Probablemente, la mayoría de los escribas tenía un oficio. Los escritos de los rabinos mencionan a un fabricante de clavos, un panadero, un fabricante de sandalias, un maestro constructor, y un sastre” (96).

The New Bible Commentary

[Hechos 18:3] “Se consideraba correcto que un rabino practicara una ocupación manuel, para no ganar dinero con su enseñanza sagrada”.
[1 Tes. 2:9] “Su política [trabajar día y noche] no sólo reflejaba el deseo de ser financieramente independiente de aquellos entre los cuales ministraban, sino que también los distinguía de los traficantes religiosos comunes en su tiempo, y daba un buen ejemplo a los conversos”.
[2 Cor. 11:8] “Pablo está indicando realmente que no recibía ningún salario en absoluto por predicar el evangelio. Si lo que otras iglesias le daban para su sostenimiento no se consideraba ‘ganancia’, entonces, de hecho, les ‘robó’, puesto que el servicio prestado no era a ellos, sino para los corintios” (97).

Philip Schaff, Historia de la Iglesia Cristiana, Volumen II

“En la iglesia apostólica, la predicación y la enseñanza no estaban limitadas a una clase particular, sino que cada converso podía proclamar el evangelio a los incrédulos, y todo cristiano que tenía el don podía orar, enseñar y exhortar en la congregación.

El Nuevo Testamento no conoce ninguna aristocracia ni nobleza espiritual, sino que llama “santos” a todos los creyentes, aunque muchos no estaban a la altura de esta vocación. Tampoco reconoce el Nuevo Testamento un sacerdocio especial, diferente del resto del pueblo, como mediador entre Dios y los laicos.

Sólo conoce un sumo sacerdote, Jesucristo, y enseña claramente el sacerdocio universal, así como el reinado universal, de los creyentes. Hace esto en un sentido mucho más profundo y mucho mayor que el antiguo Testamento; en un sentido, también, que hasta hoy no se ha realizado plenamente. Al cuerpo entero de Cristo se le llama ‘clero’, un pueblo peculiar, la herencia de Dios” (p. 124).

“Con la exaltación del clero [a finales del siglo tercero], apareció la tendencia a separar a sus miembros de la actividades seculares, y hasta de las relaciones sociales … Obtenían su sostenimiento de la tesorería de la iglesia, que era alimentada por contribuciones voluntarias y recaudaciones semanales el día del Señor. Después del siglo tercero, se les prohibió ocuparse de negocios seculares, y hasta aceptar cualquier cargo” (p. 128).

En las páginas 387-427, Schaff discute el ascetismo. En la iglesia universal, los ascetas tenían la más alta consideración y procuraban con entusiasmo una muerte de mártir (p. 391). “Sin embargo, el principio asceta no estaba limitado, en su influencia, a los ascetas propiamente dichos y a la moral. Gobernaba más o menos toda la moralidad y la piedad de la iglesia antigua y medieval” (p. 392).

“El ascetismo ortodoxo o católico parte de una construcción literal y exagerada de ciertos pasajes de la Escritura” (p. 393). “Entre estas obras [superfluas] se incluía el martirio, la pobreza voluntaria, y el celibato voluntario. Todas las tres, o por lo menos las dos últimas de estas acciones, en relación con las positivas virtudes cristianas, pertenecen a la idea de una perfección superior, para distinguirlas del cumplimiento de los deberes regulares o la moralidad ordinaria (p. 395).

“La base sobre la cual estas particulares virtudes se impulsaban tan fuertemente puede entenderse fácilmente. La propiedad, que está tan estrechamente aliada con el egoísmo del hombre y le ata a la tierra, y las relaciones sexuales – éstas se presentan como los obstáculos más firmes contra la perfección, en la sólo Dios es nuestra posesión, y sólo Cristo es nuestro amor y deleite” (p. 395). “Los ebionitas [judeocristianos] hacían de la pobreza la condición para la salvación”. (Hasta el sustantivo “ebionita” es la palabra hebrea para “pobre”.

“La recomendación de la pobreza voluntaria se basaba en una interpretación literal del consejo del Señor al joven rico. … A este versículo se añadían los ejemplos reales de la pobreza de Jesús y sus apóstoles, y la comunidad de bienes en la primera iglesia cristiana en Jerusalén. En consecuencia, muchos cristianos, no sólo de los ascetas, sino también del clero, como Cipriano, renunciaban a todas sus propiedades cuando se convertían, para beneficio de los pobres” (p. 396) (98).
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(81) Pat Alexander, ed., Lion Encyclopedia of the Bible,Orig. Eerdman´s Family Encyclopedia of the Bible, 1978, 3rd ed. (Batavia: Lion Publishing, 1987), 218.
(82) Temple, Edersheim, 102-103.
(83) Jerome Smith, Treasury of Scripture Knowledge, CD-ROM (Seattle: Biblesoft, 1999), s.v. “1 Cor. 9:14”.
(84) Strong´s , s.v. “zoee, N.T. 2198”.
(85) Barnes, s.v. “1 Cor. 9:14”.
(86) Robertson´s, s.v. “1 Cor. 9:14”.
(87) Jamieson, s.v. “1 Cor. 9:14”.
(88) Wycliffe Comm., s.v. “Matt. 10:8-9”.
(89) Robert A. Baker, A Summary of Christian History (Nashville: Broadman, 1995), 11, 43.
(90) Code, 1-114.
(91) H. E. Dana, The New Testament World, 3rd. ed., rev. (Nashville: Broadman, 1937), 149, 217, 221.
(92) Henry Bettenson, ed., Documents of the Christian Church, 2nd. ed. (New York: Oxford UP, 1963), “Didache”, o “Teaching of the Twelve”, 64-65.
(93) Edersheim, Sketches, 169, 172, 173.
(94) Jamieson, s.v. “1 Cor. 9:14”.
(95) Wycliffe Comm., s.v. “Acts 20:34” and “Acts 18:1-4”.
(96) Lion, 218.
(97) New Bible Comm., s.v. “Acts 18:1-4″, 2 Tes. 2:9”, y “2 Cor. 11:8”.
(98) Schaff, 118, 128, 391, 392, 393, 395, 396.

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¿Debe la iglesia cristiana enseñar el diezmo? – Capítulo 23

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