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¿Debe la iglesia cristiana enseñar el diezmo? – Capítulo 8

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Prédica de Hoy: ¿Debe la iglesia cristiana enseñar el diezmo? – Capítulo 8

Estudios Bíblicos Texto Bíblico: Deuteronomio 12:1-19; 14:22-26

Extraños hechos sobre el diezmo

El diezmo no comenzó sino hasta que Israel estuvo en la Tierra Prometida.

Deut. 12:1 Estos son los estatutos y decretos que cuidaréis de poner por obra en la tierra que Jehová el Dios de tus padres te ha dado para que tomes posesión de ella, todos los días que vosotros viviréis sobre la tierra [heb. adamah].

Deut. 12:5 Sino que el lugar que Jehová vuestro Dios escogiere de entre todas vuestras tribus, para poner allí su nombre para su habitación, ése buscaréis, y allá iréis.

Deut. 12:6 Y allí llevaréis vuestros holocaustos, vuestros sacrificios, vuestros diezmos, y la ofrenda elevada de vuestras manos, vuestros votos, vuestras ofrendas voluntarias, y las primicias de vuestras vacas y de vuestras ovejas.

Deut. 12:19 Ten cuidado de no desamparar al levita en todos sus días sobre la tierra. [heb. adamah].

¿Se dio cuenta usted de que Israel no entregó diezmos durante los 40 años que pasó en el desierto? El diezmo de la ley mosaica del Antiguo Testamento estaba integralmente conectada con la tierra de Canaán.

Por lo tanto, no hubo diezmos durante los 40 años en el desierto. Esto es lógico porque ninguna tribu tenía ninguna herencia y a los levitas no se les dieron diezmos antes de que hubiese una herencia de la cual diezmar.

Según Deuteronomio 12:1, los estatutos y los juicios sobre dar, incluyendo el diezmo, no comenzaron sino hasta que Israel estuvo realmente en la tierra, y habrían de durar mientras Israel permaneciese en la tierra.

En el libro Sketches of Jewish Social Life [Bosquejos de la vida social judía], el erudito del Antiguo Testamento y hebreo, Alfred Edersheim, dedicó los dos primeros capítulos a una discusión de la tierra santa de Israel, material que vale la pena leer.

Después del exilio, el país fue subdividido en tres diferentes zonas de “santidad”. Sólo los diezmos de la zona territorial más santa podían ser llevados al templo. Los diezmos de las zonas territoriales menos santas dentro de Israel podían proporcionar recursos para santuarios y para los pobres. Sin embargo, puesto que hasta el “polvo” de los territorios paganos profanaba, es seguro que ningún diezmo para el templo podía provenir de las tierras “profanadas” (45).

Repetimos, aunque Dios en realidad es el dueño de los cielos y de la tierra, este hecho nunca se usa como la razón para el diezmo. La especial tierra prometida de Dios era la tierra de Canaán.

La única herencia de Israel era sólo la tierra de Israel. Mientras que las once tribus dividieron la tierra santa en doce (o trece) secciones, la herencia de los levitas era el diezmo de la tierra en Canaán.

Repetimos, el concepto de diezmo en el Antiguo Testamento era parte del concepto de una herencia santa en el Antiguo Testamento. Es antibíblico separar el diezmo del concepto de la tierra santa de la cual provenía.

Un diezmo legítimo debe provenir sólo de la tierra de Canaán.

Cuando Levítico 27:30 dice “todo el diezmo de la tierra es santo”, se refiere a “LA TIERRA DE CANAÁN” después de que Dios la hubiese santificado, ¡no a cualquier tierra! La Palabra de Dios no dice, ni explícita ni implícitamente, que es todo el diezmo “de la tierra de los Estados Unidos” ni “de la tierra de Gran Bretaña”, etc.

No es un diezmo santo meramente porque procede de la “tierra” per se; sólo es un diezmo santo si procede de “la tierra santificada de Israel”. Moisés oró en Deuteronomio 26:15: “Mira desde tu morada santa, desde el cielo, y bendice a tu pueblo Israel, y a la tierra que nos has dado, como juraste a nuestros padres, tierra que fluye leche y miel”.

La reverencia por la tierra es la razón de que al cuerpo de Cristo no se le permitiese permanecer en la cruz durante la noche. “Si alguno hubiere cometido algún crimen digno de muerte, y lo hiciereis morir, y lo colgáreis en un madero, no dejaréis que su cuerpo pase la noche sobre el madero; sin falta lo enterrarás el mismo día, porque maldito por Dios es el colgado; y no contaminarás tu tierra que Jehová tu Dios te da por heredad” (Deut. 21:22-23).

El diezmo debía terminar si Israel era expulsado de su tierra.

12:19 Ten cuidado de no desamparar al levita en todos tus días sobre la tierra. (Varias versiones dicen: “mientras vivas en tu tierra”.

Como se mencionó anteriormente, según Deuteronomio 12:19, mientras Israel viviera en su tierra, debía entregar diezmos a los levitas en lugar de su herencia de la tierra. Sin embargo, si Israel era expulsado de su tierra de Canaán y perdiese su herencia, entonces el levita también perdería su herencia de los diezmos de la tierra santificada. Por lo tanto, los diezmos debían cesar.

Después del exilio, esto fue modificado ilegalmente para incluir las tierras en las que los israelitas vivían en Babilonia y Egipto, pero hasta esos diezmos inferiores no eran lo bastante santos para ser llevados a Jerusalén y permanecían en las sinagogas locales para los pobres. El concepto básico de que el polvo pagano contaminaba jamás cambió por lo que concernía a los diezmos del templo procedentes de las ciudades levitas.

El segundo diezmo sólo podía ser comido en Jerusalén.

14:23 Y comerás delante de Jehová tu Dios, en el lugar que él escogiere para poner allí su nombre, el diezmo de tu grano, de tu vino y de tu aceite, y las primicias de tus manadas y de tus ganados, para que aprendas a temer a Jehová tu Dios todos los días.

Originalmente, el segundo diezmo anual debía ser llevado sólo a la ciudad de Jerusalén para que todos lo consumiesen. Esto era para impedir puntos competitivos de importancia y el falso culto. Después de que la nación se dividió, el Israel del norte estableció sus propios centros de culto en Betel y en Dan, dando como resultado un culto falso. Amós 4:4 es un ejemplo de lo que sucede al incluir el diezmo en un culto falso.

El segundo diezmo podía ser cambiado por dinero y luego este dinero podía ser usado para comprar bebidas fuertes.

14:24 Y si el camino fuere tan largo que no puedas llevarlo, por estar lejos de ti el lugar que Jehová tu Dios hubiere escogido para poner en él su nombre, cuando Jehová tu Dios te bendijere,

14:25 entonces lo venderás y guardarás el dinero en tu mano, y vendrás al lugar que Jehová tu Dios escogiere;

14:26 y darás el dinero por todo lo que deseas, por vacas, por ovejas, por vino, u otra bebida fermentada, o por cualquier cosa que tú deseares; y comerás allí delante de Jehová tu Dios, y te alegrarás tú y tu familia.

Deuteronomio 14, versículos 22-26, es uno de los pasajes más fuertes de la Biblia. Puesto que transportar el diezmo en alimento era una carga física cuando uno vivía demasiado lejos de Jerusalén, esto también prueba que el diezmo no era dinero, ¡el cual no crearía ninguna carga!

En realidad, Dios ordenaba la compra de vino o bebidas fermentadas para la celebración de la festividad. A los alcohólicos les encanta descubrir estos textos y tratar de justificar sus hábitos. Sin embargo, esto no autoriza en modo alguno la borrachera ni el abuso del alcohol.

Estos textos describen el regocijo en los servicios de culto, no el abuso del consumo personal. Además, puesto que la destilación no se practicaba como la conoce el hombre moderno, el contenido alcohólico estaba muy por debajo de lo que se consume en nuestros tiempos.

A menudo, el agua de beber local estaba contaminada y era peligroso beberla. También, la Escritura proporciona muchos textos que advierten contra los males del abuso del alcohol, y no podemos alegar falta de acceso a agua de beber potable.

Comer y beber del diezmo (14:23) en el “lugar” en presencia de del Señor no era práctica normal, sino que estaba reservada para ocasiones especiales – el segundo diezmo de festividad. La importancia de estos textos está en regocijarse y alabar a Dios por sus bendiciones.

Dios no exigía ningún diezmo de la tierra cada séptimo año y cada quincuagésimo año para permitir que la tierra santa reposara.

Éx. 23:11 Mas el séptimo año la dejarás libre, para que coman los pobres de tu pueblo; y de lo que quedare comerán las bestias del campo; así harás con tu viña y con tu olivar.

Lev. 25:11 El año cincuenta os será jubileo; no sembraréis, ni segaréis lo que naciere de suyo en la tierra, ni vendimiaréis sus viñedos.

Lev. 25:12 Porque es jubileo; santo será a vosotros; el producto de la tierra comeréis.

Lea Éx. 23:9-11 y Levítico 25:3-7, 11, 20-22. En estos “sietes” especiales, la tierra no era ni sembrada ni cosechada. Quedaba abierta para que los levitas, los pobres, y los trabajadores asalariados comeran libremente junto con el dueño de la tierra.

¿No es justo preguntar cuántas iglesias de las que enseñan el diezmo también les dicen a sus miembros que NO traigan diezmos cada séptimo año y cada quincuagésimo año? ¿Qué principio les da a los que sostienen el diezmo autoridad para eliminar los aspectos del diezmo discutidos en este capítulo?

Cuando se estableció el diezmo por primera vez, no había ninguna autoridad civil, ni rey, ni funcionarios elegidos que debiesen ser sostenidos por medio de impuestos.

Al principio, las ofrendas voluntarias y los diezmos satisfacían las necesidades de Israel. Con la aprobación de Dios, las cosas cambiaron drásticamente cuando Israel rechazó el gobierno de Dios por medio de jueces, y Dios les dio un rey. Desde ese momento en adelante, que incluye la mayor parte de la historia del Israel del Antiguo Testamento, las autoridades políticas fueron responsables de recoger y redistribuir los diezmos.
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45 Edersheim, Sketches, 3-19.

© Dr. Rusell Earl Kelly. Todos los derechos reservados.

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