Debemos aprender de Jesús que tenía una voluntad muy propia aparte la del Padre, pero él dijo “Que no se haga mi voluntad, sino la tuya”. Él dejó de hacer lo que podía hacer en su propia voluntad para hacer la voluntad de Dios. Nosotros tenemos dos opciones: Obedecer o Desobedecer, tomemos la mejor opción. La obediencia.
Tomemos en cuenta que la desgracia más grande que sucedió en el mundo vino como producto de la desobediencia, pero la dicha y gracia más grande que ha sucedido en la humanidad es producto de la obediencia de un hombre, (Filipenses 2:5-11). Cuando vivimos en obediencia evitamos caer en desgracia.
Hay dos tipos de obediencia y dos formas de obedecer. Paso a definir cada una de ellas. Los dos tipos de obediencia son: obediencia por persuasión, y obediencia por opresión.
TIPOS DE OBEDIENCIA
Obediencia por Persuasión.
Persuadir del griego que en el ámbito positivo significa enamorarte induciendo un cambio en la manera de pensar en contraste a la desobediencia, cambiando la razón llevándote a una consideración moral. El persuadir en relación a Dios es el acto de enamorarte para ganarse tu voluntad. Dios persuade en amor. Hechos 21:14.
“… ¿Crees, oh rey Agripa, a los profetas? Yo sé que crees. 28 Entonces Agripa dijo a Pablo: Por poco me persuades a ser cristiano…” Hechos 26:27-28
El persuadir está muy lejos y en total contraste con la manipulación, la intimidación y el control. Estos son factores que rompen con el principio de Santidad, y a su vez son aéreas en las que se mueve el ocultismo. De Dios procede es el persuadir, Él persuade en amor.
Obediencia por opresión.
El oprimir está muy relacionado al controlar que indica intervenir, dirigir, dominar.
El control es el acto de intervenir, dirigir, dominar la voluntad y los deseos de una persona sobrellevandolo y sometiéndolo a hacer algo en contra de su voluntad. El control en relación a la opresión es algo semejante a la adicción, que te conduce hacer algo en contra de la voluntad causando remordimiento.
La obediencia en relación a Dios en forma opresiva está muy lejos de su carácter.
Un gran porcentaje de los creyentes viven en santidad cohibiéndose del pecado por temor de ir al infierno, o de perder el cielo. Indica que si no hubiera cielo y no existiera el infierno no hay razones que los mantenga en santidad. Los que lo mantienen en santidad es lo intimidados que se siente por causa de lo que van a perder.