Crecimiento – Parte I – Estudios Biblicos

La oposición del enemigo

Estudio Nº 4

PROPÓSITOS:

1. Que el líder pueda reconocer en la oposición una oportunidad para crecer.
2. Que el líder discierna la maquinación de la burla.
3. Que el líder enfrente la maquinación de la intimidación.
4. Que el líder reconozca y avance sobre el desánimo.
5. Que el líder sepa enfrentar el temor en la obra de Dios.
6. Que el líder adquiere la capacidad para edificar y batallar contra el enemigo.

TEXTO CENTRAL: Nehemías 4:1-94:10-23

INTRODUCCIÓN:

Mientras tanto la gente en Jerusalén se haya conformado con su triste suerte, el enemigo los dejaba tranquilos; pero cuando los judíos empezaron a servir al Señor y dar gloria al nombre de Dios, el enemigo puso en marcha su plan de ataque.

Las dificultades que aparecieron en el trabajo sacaron lo mejor de Nehemías y de su pueblo.

Satanás quiso usar estos problemas como armas para destruir el trabajo, pero Dios las usó como herramientas para edificar a su pueblo. Refiriéndose a Satanás, Pablo escribió: «pues no ignoramos sus maquinaciones» (2 Co. 2:11). Este capítulo presenta cuatro de las maquinaciones de Satanás para oponerse a la obra del Señor, y también nos dice cómo el pueblo de Dios puede mantenerse firme y derrotar al enemigo. Si estás empezando a edificar, pronto te verás batallando; así que ¡prepárate!

I. Primera maquinación: La burla (Nehemías 4:1-6)

A. Sanbalat y sus amigos se empezaron a burlar de los judíos, incluso antes de que empezaran a trabajar en los muros (Neh. 2:19).

1. Se burlaron de los obreros al llamarlos “débiles judíos” (4:2). La palabra débil tiene el sentido en este caso de “marchito, miserable”. Los judíos no disponían de recursos humanos que los demás pudieran ver, pero el enemigo no podía ver sus grandes recursos espirituales.

2. Se burlaron del trabajo mismo. ¿Van a sacrificar? Implica: «Se va a necesitar algo más que oraciones y adoración para reedificar la ciudad». Sanbalat estaba diciendo que Dios no ayudaría a su pueblo. ¿Acabarán en un día? Los judíos no sabían cuán difícil era la tarea y pronto la abandonarían.

3. Se burlaron de los materiales que estaban usando. Las piedras eran sacadas de los montones de escombros y probablemente estaban tan viejas y dañadas que no durarían cuando las colocaran en el muro. Pero los muros fueron “derribados” mientras que las puertas fueron “consumidas por el fuego” (Neh. 2:13). Había todavía abundancia de buen material que podían usar los edificadores.

4. Tobías amonita se burló del producto final (4:3). No se va a necesitar un ejército para derribarlo, ¡una sola zorra es suficiente! Por supuesto, mucho de lo que Sanbalat y Tobías dijeron era cierto desde un punto de vista humano; porque el remanente judío era débil y pobre, y aquella obra era demasiado para ellos. Pero ellos tenían fe en un gran Dios y eso iba a hacer que todo fuera diferente.

B. Ilustración: No es raro que el enemigo insulte a los siervos de Dios. Goliat se burló de David cuando el joven pastor se enfrentó al gigante con solo una honda en su mano. Los soldados se mofaron de Jesús durante su juicio y el populacho lo hizo cuando estaba colgaba en la cruz; y algunos de los héroes de la fe tuvieron que soportar la burla (He. 11:36). Cuando el enemigo se burla de lo que el pueblo de Dios está haciendo, es por lo general una señal de que Dios bendecirá a su pueblo de una forma maravillosa. Cuando el enemigo ruge en la tierra; Dios se ríe de él en los cielos (Sal. 2:4).

C. Aplicación: ¿Cómo respondió Nehemías a las burlas? Oró a Dios y le pidió que luchara contra el enemigo por él. Nehemías no permitió que nada ni nadie le desviara de su trabajo dedicando tiempo a defenderse. El Señor había escuchado las burlas de Sanbalat y Tobías, y se ocuparía de ellos a su manera y en el momento oportuno.

Las cosas que la gente dice puede lastimarnos, pero jamás puede dañarnos, a menos que permitamos que entre en nuestro sistema y nos envenene. Si dedicamos tiempo a considerar las palabras del enemigo, le estaremos dando a Satanás una oportunidad para que nos lance otro ataque más cerca de nosotros. Lo mejor que podemos hacer es orar y entregarle todo el asunto al Señor; y luego ¡volver a nuestro trabajo!

II. Segunda maquinación: La intimidación (Neh. 4:7-9)

A. Un enemigo común y una causa común llevaron a que cuatro grupos diferentes se unieran para detener la restauración de los muros de Jerusalén.

¡La ciudad estaba ahora completamente rodeada de enemigos! Al norte estaban Sanbalat y los samaritanos; al este, Tobías y los amonitas; al sur, Gesem y los árabes; y al oeste los de Asdod. Esta última era quizá la ciudad filistea más importante de aquel tiempo, y los filisteos no querían ver una comunidad fuerte en Jerusalén.

B. Ilustración: Los hijos de Dios tienen a veces dificultades para trabajar juntos, pero la gente del mundo no tiene problemas en unirse para oponerse a la obra del Señor (Hch. 4:23-30; Lc. 23:12). Cuando los enemigos vieron que el trabajo progresaba, se enojaron y tramaron un plan de ataque secreto contra Jerusalén.

Nehemías sospechó que sus enemigos podían lanzar un ataque, de forma que montó una guardia y animó al pueblo a orar. Los obreros tenían a mano tanto las herramientas como las armas y estaban listos para luchar en cuanto se diera la señal (Neh. 4:17).

C. Aplicación: “Velar y orar” combina fe y obras. Este es un buen ejemplo para que nosotros lo sigamos en nuestro trabajo y en nuestra guerra (Mr. 14:38; Ef. 6:18; Col. 4:2-3).

La batalla del creyente no es contra carne y sangre, sino contra Satanás y sus fuerzas demoníacas que usan a personas para oponerse a la obra de Dios. Si tenemos la esperanza de ganar la guerra y acabar la obra, debemos entonces usar el equipo espiritual que Dios nos ha provisto (Ef. 6:10-18; 2 Co. 10:3-5). Si nos enfocamos solo en el enemigo visible y nos olvidamos del enemigo invisible, es seguro que empezaremos a confiar en nuestros propios recursos; y eso nos llevará a la derrota.

III. Tercera maquinación: El desánimo (Neh. 4:10)

A. Las presiones exteriores crean a menudo problemas interiores.

Si los judíos se dejaban desanimar, se derrotarían a sí mismos; y Sanbalat con sus aliados no tendrían que entrar nunca en guerra con ellos. ¿Por qué surgió este desaliento entre los judíos? (Neh. 6:17-19) Algunos en la tribu de Judá estaban cooperando en secreto con el enemigo. Los lazos de matrimonio eran más fuertes que los vínculos de compromiso con el Señor. Según Neh. 13:15-22, algunos de los dirigentes de Judá no estaban totalmente dedicados al Señor, sino que estaban más interesados en obtener dinero. La combinación de matrimonio y dinero dividió sus lealtades, y eso se convirtió en causa de desaliento.

Estos desalentados trabajadores estaban poniéndose de acuerdo con el enemigo al declarar que ellos eran débiles (Neh. 2:19; 4:1-3). Sanbalat había declarado abiertamente que el trabajo cesaría y esto casi ocurrió.

B. Ilustración: “No podremos” es el grito de todos los que dejan de mirar al Señor y empiezan a mirarse a sí mismos y a sus problemas. El desánimo es un arma clave en el arsenal de Satanás. El desánimo evitó que Israel entrara en la tierra prometida en Cades-barnea (Nm. 13). “No podremos subir contra aquel pueblo, porque es más fuerte que nosotros” (Nm. 13: 31) Los diez espías incrédulos “desalentaron a los hijos de Israel” (Nm. 32:9); como consecuencia, la nación vagó por el desierto durante cuarenta años, hasta que la nueva generación estuvo lista para conquistar la tierra.

C. Aplicación: Los que desaniman son a menudo personas dadas a la duda y la componenda. En estas personas existe, por lo general, algo equivocado en su caminar espiritual. Carecen frecuentemente de fe en la Palabra de Dios; están ante todo interesados en sus propios planes y metas. Una persona de doble ánimo es incrédula e inestable y dificulta la obra del Señor (Stg. 1:5-8)

IV. Cuarta maquinación: El temor (Neh. 4:11-23)

A. Los judíos que vivían en los pueblos cercanos (Neh. 3:2, 5, 7, 13) informaron a los de la ciudad que el enemigo planeaba un ataque por sorpresa. Nehemías no respondió de inmediato y probablemente estaba buscando la dirección divina. Él no le tenía temor al enemigo; pero cuando vio que su pueblo empezaba a atemorizarse, empezó a actuar.

1. Nehemías montó una guardia en los lugares más visibles y vulnerables del muro. Los enemigos podían así darse cuenta que los judíos estaban preparados para luchar. Armó a familias enteras, sabiendo que ellos permanecerían juntos y se ayudarían unos a otros para proteger su ciudad y su hogar.

2. Luego de revisar toda la situación, animó a su gente para que no temiera sino que confiara en la grandeza de Dios. «Si tememos al Señor, no hay razón para temer al enemigo» (Neh. 4:14). Sabía que Dios era lo suficientemente fuerte para el reto que enfrentaban.

3. Nehemías estableció un plan de defensa: La mitad de los hombres estaban trabajando en el muro mientras que la otra mitad permanecía de guardia. Los que acarreaban materiales y los obreros en los muros llevaban espadas. De esta forma, la obra no quedaba interrumpida y los trabajadores podían estar listos en caso de que sonara la alarma.

El hombre que tocaba la trompeta estaba siempre al lado de Nehemías para que pudiera dar la alarma inmediatamente. La gente estaba preparada para pelear (Neh.4:14), pero se dieron cuenta que era Dios quien peleaba con ellos y solo Él podía darles la victoria.

4. Nehemías dirigió constantemente palabras de ánimo a todos en el pueblo (Neh. 4:19, 20). Les recordó que estaban involucrados en una gran obra. Después de todo estaban sirviendo a un Dios todo poderoso y restaurando los muros de una gran ciudad.

5. No solamente organizó a los trabajadores y a los guardias y los animó a confiar en el Señor, sino que también les dio un buen ejemplo (Neh. 4:23). Era un líder que servía y un siervo que dirigía. Permaneció en la tarea y estuvo alerta todo el tiempo. Inspeccionaba las defensas de la ciudad cada noche y se aseguraba que los guardias estaban en sus puestos.

B. Ilustración: Cuando Franklin Delano Roosevelt fue elegido presidente, en su primer discurso a la nación durante la Gran Depresión, dijo: “Lo único que debemos temer, es al temor mismo”. ¿Por qué? Porque el temor paraliza. El temor es contagioso y paraliza a otros. El temor y la fe no pueden vivir juntos en el mismo corazón (Mt. 8:26). Las personas atemorizadas desalientan a otros y los conducen a la derrota (Dt. 20:8).

C. Aplicación: Cuando nos enfrentamos a una situación que crea temor en nuestro corazón, debemos recordarnos a nosotros mismos la grandeza de Dios. Si caminamos por vista y no vemos a Dios a través de los problemas, fracasaremos, como les pasó a los israelitas en Cades-barnea (Nm. 13:26-33). Pero si miramos a los problemas a través de la grandeza de Dios, tendremos confianza y triunfaremos. Esta fue la postura de David cuando se enfrentó a Goliat (1 S. 17:45-47).

CONCLUSIÓN:

Cuando las cosas están funcionando bien, prepárate para los problemas, porque el enemigo no quiere ver que la obra de Dios progresa. La oposición no es solo una evidencia de que Dios está bendiciendo, sino es también una oportunidad para que nosotros crezcamos.

Los capítulos del 4 al 6 describen al menos nueve tácticas diferentes que el enemigo usó para tratar de parar el trabajo en los muros. Primero, atacaron a los judíos mediante la burla (Neh.4:1- 6) y conspiraciones de guerra (Neh. 4:7-9). Esto resultó en dificultades dentro de las filas
israelitas: desánimo (Neh. 4:10), temor (Neh. 4:11-23), y egoísmo (Neh. 5:1-19).

Cuando los ataques sobre el pueblo fracasaron en parar el trabajo, el enemigo empezó a atacar a su líder: Nehemías. Buscaron las componendas (Neh. 6:1-4), la calumnia (Neh.6:5-9), las amenazas (Neh. 6:10-14) y la intriga (Neh. 6:17-19); pero tampoco funcionó ninguno de estos recursos. Nehemías estaba “firme e inconmovible” ¡y llevó a su pueblo a terminar el trabajo en cincuenta y dos días!

Cuando el enemigo se enteró que los de Jerusalén estaban armados y listos para pelear, desistió de sus propósitos. Dios había frustrado su plan (Sal. 33:10, 11).

En este capítulo aprendemos que no es suficiente con restaurar el muro; debemos también estar de guardia no sea que el enemigo nos lo quite. Para los discípulos fieles, edificar y batallar son ambas partes fundamentales de la vida cristiana (Lc. 14:28-33).

Cuestionario Nº 4

1. Las dificultades que aparecieron en el trabajo:

a. Sacaron lo mejor de Nehemías porque él tomó una actitud positiva frente a estos problemas.
b. Sacaron a luz las debilidades de Nehemías como líder.
c. Desanimaron a los constructores y cesó el trabajo.
d. Sacaron lo mejor de cada persona pues respondieron con la misma moneda.

2. ¿Cuál es tu actitud cuando te enfrentas a dificultades y problemas en tu ministerio?

3. ¿Cuál es la artimaña utilizada por el enemigo en Nehemías 4:1-6?

4. ¿Cuál fue la actitud de Nehemías ante la burla de sus enemigos?

5. ¿A qué enemigos comunes tuvo que enfrentar Nehemías? (Neh. 4:7-9)

6. ¿A qué enemigos comunes tenemos que enfrentar diariamente como creyentes?

7. Cita las razones de por qué los cristianos tenemos dificultades para trabajar juntos.

8. ¿Qué enseñanzas puedes aprender en este capítulo de Nehemías 4?

a. Aplicadas a tu vida personal:

b. Aplicadas a tu ministerio:

9. Explica, basándote en tu experiencia ministerial, qué entiendes por la siguiente frase: «las presiones exteriores crean a menudo problemas interiores»:

10. Explica cómo utilizó el enemigo el desánimo para impedir el avance de la obra.

11. ¿Qué hizo Nehemías para resolver el problema del desánimo entre el pueblo?

12. ¿Como resolvió Nehemías el problema del temor? (Neh. 4:11-23)

13. ¿Qué efectos causa el temor en la vida del creyente?

14. ¿Cómo podemos enfrentar la artimaña del temor en nuestras vidas y en la vida de nuestros discípulos?

© Leandro Berardinetti. Todos los derechos reservados.

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2 comentarios en «Crecimiento – Parte I – Estudios Biblicos»

  1. Es gratísimo encontrar un estudio muy centrado, pues ayuda a crecer en el servicio del Señor. Gracias siervos del Señor por compartir este estudio.

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