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Y se llamará su nombre

Estudios Biblicos… Predicas Cristianas

“…Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz…” (Isaías 9:6).

Introducción

En un momento de gran oscuridad, Dios prometió enviar una Luz que brillaría en cualquier persona que viviera en la sombra de la muerte. “El pueblo que andaba en tinieblas vio gran luz; los que moraban en tierra de sombra de muerte, luz resplandeció sobre ellos.” (Isaías 9:2).

Este mensaje de esperanza se cumplió con el nacimiento de Cristo y el establecimiento de su reino eterno. Vino a liberar a todas las personas de la esclavitud del pecado. A traer luz, vida y esperanza a los perdidos. Esa es la verdadera esencia de la navidad cristiana.

El profeta Isaías anunciaba el nacimiento de un rey, descendiente del rey David, cuyo gobierno se caracterizaría por ser superior a todos los reinos de la tierra. Los nombres que se le dan a este supremo rey, caracterizan su carácter, su obra y gobierno.

Te invito a que miremos brevemente el significado de los nombres con que Isaías nombra a este gran rey:

1. Consejero Admirable.

Este nombre señala a Cristo como un rey que determina un programa de acción y lo lleva a cabo. Como el “Hacedor de grandes planes” (PDT). Dios no improvisa. Nada lo toma por sorpresa. Él tiene planes bien definido con cada uno de nosotros. Cuando el invierte en nosotros es porque espera obtener resultados. El no invierte para perder. Todo lo que comienza lo termina (Filipenses 1:6).

Cristo es el guía infalible, que jamás se equivoca. Si nos dejamos guiar por él, nunca nos guiará por caminos equivocados, de destrucción, vergüenza y ruina [1].

El Señor Jesucristo es un consejero que responde a nuestras necesidades.

Hoy hay muchos consejeros disponibles, según el problema que uno tenga [sexual, familiar, matrimonial, financiero, hipotecario, crediticio, etc.], pero ninguno de ellos supera a Cristo [2].

La biblia dice:Y como Jesús mismo sufrió, y el diablo le puso trampas para hacerlo pecar, ahora, cuando el diablo nos pone trampas, Jesús puede ayudarnos a todos.” (Hebreos 2:18 TLA).

La biblia dice que en Él “están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento” (Colosenses 2:3). El testimonio, incluso de sus enemigos, fue que “¡jamás hombre alguno ha hablado como este hombre!” (Juan 7:46).

Este nombre [Consejero Admirable] expresa que este Rey es más que suficiente. No necesita rodearse de consejeros que le sugieran como debe actuar y que decisiones tomar, como era la costumbre de la monarquía de aquel tiempo. Él sabe plenamente lo que tiene que hacer, cuando y como hacerlo. No espera que alguien le sugiera, que alguien le advierta, que alguien le informe. No necesita que le den órdenes, que le recuerden las cosas, que le sugieran como debe hacer las cosas, que le planifiquen su tiempo (Isaías 40:12-14).

2. Dios fuerte.

Este nombre revela la deidad y la autoridad de Cristo. “Dios” da énfasis a su deidad. La deidad de Jesucristo es la columna sobre la cual se edifica la fe evangélica. En la biblia se le asignan a Cristo nombres y títulos divinos. Él proclamó su divinidad y aceptó adoración. Reclamó su poder para perdonar pecados.

Sus discípulos lo aceptaron como el Hijo de Dios y los apóstoles lo enseñaron también.

La razón más importante para decir que Jesús tiene que ser Dios, es que, si Él no es Dios, Su muerte no habría sido suficiente para pagar la penalidad [deuda] por los pecados de todo el mundo. “Él mismo es el sacrificio que pagó por nuestros pecados, y no sólo los nuestros sino también los de todo el mundo.” (1 Juan 2:2 NTV). Solamente Jesucristo, el Hijo Dios pudo tomar los pecados del mundo (2 Corintios 5:21), morir y resucitar, probando Su victoria sobre el pecado y la muerte [3].

“Fuerte” nos habla de su autoridad y poder divino como guerrero invencible, omnipotente y todopoderoso. El propio Jesucristo declaró de él mismo: “Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra.” (Mateo 28:18).

El apóstol Juan en el Apocalipsis lo describe como el jinete del caballo blanco que regresa a la tierra como el Rey de reyes y Señor de señores (Apocalipsis 19:11-16). Que viene del cielo como el Mesías-Guerrero (2 Tesalonicenses 1:7-8) a establecer la verdad y la justicia, a juzgar a las naciones y a luchar contra el mal [4].

También la palabra traducida como «fuerte» tiene el significado adicional de «héroe». El Señor es el héroe infinito de su pueblo, el guerrero invencible que ha triunfado sobre el pecado y la muerte. Es el Gobernante omnipotente y supremo en quien la iglesia tiene puesta su fe y esperanza.

Pablo dice que siempre debemos darle gracias a Dios porque “en Cristo Jesús siempre nos hace salir triunfantes,” (2 Corintios 2:14 RVC).

3. Padre eterno.

Este título no entra en conflicto con el de la primera persona de la Trinidad, ni apoya la falsa doctrina de los “solos Jesús”, conocida como pentecostalismo unicitario o teología de la unicidad. Isaías lo llama Padre, porque en un sentido especial es Padre de toda la humanidad, pues es el Creador del hombre y del mundo. Juan dice en su evangelio “Todas las cosas por él [Cristo] fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho” (Juan 1:3).

Además, por ser la segunda persona de la Trinidad, en su naturaleza, el Mesías es Dios, y si es Dios, entonces posee todos los atributos de la Deidad, incluyendo su eternidad [5]. «Eterno» significa perpetuo, que no tiene ni principio ni fin, no tiene límite de tiempo.

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