I. La cobertura nos libra del destructor.
Salmos 91:5 – No temerás el terror nocturno, Ni saeta que vuele de día, 6Ni pestilencia que ande en oscuridad, Ni mortandad que en medio del día destruya.
a. Terror nocturno: “pakjád”
Manifestaciones, sueños, visiones, miedos, tormentos, temor a muerte, no despertar, muerto, íncubos y súcubo demonios sexuales, espasmos, pesadillas. Impuestos por este ser espiritual “terror nocturno”.
Este es el mismo que mato a los primogénitos de Egipto.
b. Saeta del día: “kjets”
Denominados dardos de fuego del maligno, se manifiesta en pensamientos malignos, sucios, incluso abominables que suelen poner a la persona en indignación, y son lanzadas por demonios a nuestras mentes.
c. Pestilencia “plaga”: déber
Estas son usadas por el enemigo como espíritus devoradores, que roban y hurtan nuestras bendiciones, tal como lo hizo Dios con Egipto enviando 10 poderosas plagas para que pudieran arrepentirse de su maldad.
d. Mortandad del día: “quéteb” “cortar”
Esta es aquella que se mueve en muertes repentinas, es un espíritu de muerte que a falta de cobertura viene y mata repentinamente a los que están fuera descubiertos, la mayoría de muertes repentinas suceden en el día. Puede cortar la vida antes de el tiempo asignado por Dios y puede vagar hasta su cumplimiento.
Debido a la cobertura que tenemos por medio del cordero de Dios, no tememos estos seres espirituales que buscan nuestra destrucción, podemos estar confiados en lo que traemos puesto:
“…porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos.” Gálatas 3:27
Es necesario saber qué la verdadera cobertura es de DIOS “salmo 91: 1 el qué habita al abrigo del altísimo morara bajo la sombra del omnipotente”