El ministerio sanador de Jesús

Horacio

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Predicaciones Cristianas - Discípulos de Cristo

El ministerio sanador de Jesús

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Jesucristo viene a proclamar el Nuevo Pacto, el nuevo tiempo de ganancia, de hacer las paces con Dios, de ser perdonado, de recibir la vida eterna. A partir de la venida del Mesías, Jesús, es el tiempo en que Dios nos acepta y nos salva por medio de su Hijo amado.

Recuerda que esta aceptación es por gracia, es un favor inmerecido por Su sacrificio. Con el mero hecho de aceptar al Hijo como Señor y Salvador, activamos esa proclama de “buena voluntad” de Dios hacia nosotros. Y dice luego “…a consolar a todos los que están de duelo…

Consolar es aliviar la pena o el dolor de alguien.

Leemos en Job 5:11 “…y da seguridad a los enlutados…

Cuando sufrimos una perdida muy grande, no sólo sentimos un profundo dolor sino también que nos falta algo de nosotros mismos, como si hubiera muerto una parte de nosotros. Esto nos hace sentir inseguros, tambaleantes, con sensaciones extrañas, como si no nos reconociéramos a nosotros mismos.

El Espíritu de Dios fue enviado como nuestro Consolador.

Él es quien ayuda, levanta y alivia nuestro esfuerzo y nuestro dolor.

Dice el versiculo. 3: “...y a confortar a los dolientes de Sión. Me ha enviado ha darles una corona en vez de cenizas, aceite de alegría en vez de luto, traje de fiesta en vez de espíritu de desaliento“.

Hay buenas nuevas también para los que se sienten como “muertos en vida”, los que parecen estar cubiertos por la ceniza y la muerte, tanto emocional como espiritual.

  • La ceniza es bíblicamente señal de tristeza, dolor, muerte.
  • La ceniza evoca lo destruido. ¿Qué está destruido en tu vida?

Tal vez, ¿la capacidad de pensar, de soñar, de tener esperanza en una vida nueva y diferente?; ¿la capacidad de creer, de gozar de lo que tenés?; o quizás, ¿la capacidad de poder relacionarte con los demás, o la de construir una familia? Jesús ofrece “manto de alegría” en lugar de espíritu de desaliento.

Manto en su raíz hebrea alude a algo que arropa, que cubre sin costuras, sin intersticios. Algo que resguarda de todo lo hostil, lo destructivo. Este manto de alegría es la antítesis del lamento, es el manto de alabanza.

¿Estas alabando a Dios? o ¿sólo le estas pidiendo y pidiendo, sin darle gracias por lo que ya ha hecho, lo que hace, y lo que hará?

Él puede cambiarte esa identidad de “doliente de Sion” y puedes empezar a llamarte “árbol de justicia”, plantío de Dios, huerto de Dios, fruto de la obra vivificadora del Espíritu Santo.

¿Cómo es un “árbol de justicia”?

Escucha el Salmo 1:3; él te responde: “Es como el árbol plantado a orilla de un río que cuando llega su tiempo,  da fruto y sus hojas jamás se marchitan…” ¡Todo cuanto hace prosperará!”

Cuando llega Su tiempo…el tiempo de Dios, no el tuyo. En el tiempo de Dios hay “frutos”, resultados, vida nueva para lo que estaba seco y marchito.

Veamos el versículo 4: “…Reconstruirán las ruinas antiguas, y restaurarán los escombros de antaño; repararán las ciudades en ruinas, y los escombros de muchas generaciones…”

Si crees que tu vida no tiene arreglo, te falta conocer esta promesa. Todo lo que está hecho escombros, arruinado -aún en el pasado más remoto de tu vida, aún en relación con ataduras espirituales de las generaciones pasadas, todo será reedificado en Cristo Jesús.

Ya no serán más verdades las “supuestas verdades” que escuchaste como “mandatos” para tu vida. Esos que dicen: “En esta familia todas las mujeres terminan abandonadas” o “Somos una familia de ateos desde hace muchas generaciones”. Para Cristo no existe el refrán popular: “de tal palo tal astilla”.

Dice Ezequiel 18:20 “…pero ningún hijo cargará con la culpa de su padre, ni ningún padre con la del hijo…”

El Señor trata, personalmente, con cada uno de nosotros. Puede sanarte a vos, aunque tus padres no quieran ser sanados; aunque tu esposo o tu esposa no quiera cambiar.

  • Debes entender que tu Sanidad Interior es personal.
  • Cristo puede hacer la remoción de una identidad que te trae problemas, conflicto, desdicha.
  • Cuando el Espíritu Santo obra, . se puede forjar una identidad nueva.
  • Podes saber quién eres con lo que Dios te dio y con lo que Dios quitó.
  • Sólo Él puede hacerte una nueva criatura.

© 2012. Horacio Latté

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Horacio Latté Latté
Autor

Horacio

Horacio Latté Ministerios/ Sanidad a las Naciones ha sido fundado en la ciudad de Buenos Aires, Rep. Argentina por el Reverendo Horacio Latté. Tiene como objetivo primordial contribuir a la edificación de la Iglesia de Cristo –Su Cuerpo– para que esta cumpla en ser un referente válido, adecuado y con poder de testimonio, para un mundo actual confundido, desanimado e insatisfecho.

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