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La fe que salva

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2 Pedro 1:5 “Vosotros también, poniendo toda diligencia por esto mismo, añadid a vuestra fe virtud y a la virtud, conocimiento”.

Hemos comenzado el recorrido que nos toca hacer durante este mes y nos hemos encontrado con parte de la Receta que nuestra Gran Chef nos quiere enseñar y que nosotros debemos aprender porque con esta comida nos fortaleceremos y viviremos una vida agradable a Dios, llena de mucho fruto.

Dijimos en la lección pasada que la base principal era nuestra FE; luego de tener ese elemento vital podríamos seguir añadiendo más ingredientes, hasta completar nuestra Receta espiritual. Pero nos podemos preguntar ¿De cuál fe está hablando Pedro? ¿Existe un sólo tipo de fe? O ¿Hay varios tipos de fe?. Si estudiamos la Biblia encontramos que por lo menos existen 3 tipos de fe.

  • LA FE QUE SALVA.
  • LA FE COMO FRUTO.
  • LA FE COMO DON.

Creo que en este pasaje que estamos analizando Pedro hablaba de la fe que Salva. A partir de ahora miraremos un poco sobre lo que refiere cada uno de estos tipos de fe.

FE QUE SALVA.

Definamos primeramente que es FE. La palabra Fe proviene del latín fides, que significa tanto fidelidad o como fe. Es el asentamiento a un hecho, confianza en el dicho o el hecho de una persona, aseveración de las cualidades de esta.

Dicho en otras palabras la Fe es la creencia o confianza que se tiene en una persona, religión o institución, sin necesidad de que haya sido confirmado por la experiencia o la razón, o demostrado por la ciencia.

CONTEXTO HISTÓRICO DEL PASAJE.

Cuando Pedro escribió esta segunda carta se había desatado una gran persecución hacia los cristianos. El cristianismo era ilegal; y cualquiera que dijera ser cristiano podría ser torturado, aprisionado o incluso ejecutado por solamente creer en Dios y que Jesús es el Hijo de Dios. Eran tiempos difíciles que posiblemente muchos de nosotros no hubiésemos podido soportar.

Esta carta fue dirigida a todos aquellos cristianos que eran perseguidos por creer en Cristo, eran hermanos que habían recibido a Cristo en su corazón, ya tenían una fe que les ha salvado; por eso al dirigirse a ellos los considera llenos de fe; con la fe que les permitió creer que Jesús es el Hijo de Dios. 2 Pedro 1:1Simón Pedro, siervo y apóstol de Jesucristo, a los que habéis alcanzado, por la justicia de nuestro Dios y Salvador Jesucristo, una fe igualmente preciosa que la nuestra”.

Esta fe inicial o mínima que Dios ha puesto en toda la humanidad, es suficiente para aceptar a Cristo Jesús como Señor y Salvador. Y a partir de esta fe, se inicia el camino del crecimiento espiritual, de la maduración como hijos de Dios, de la persecución diaria buscando cada día ser mas como Jesús.

Ahora bien, el aceptar a Jesús en forma personal es un acto de libre albedrío, de tu voluntad y deseo, nada ni nadie te forzó a hacerlo, y como consecuencia de esa decisión, Jesús entro a tu vida. A partir de ese momento, tenemos la capacidad, o más bien dicho, la obligación de decidir que haremos y que no haremos.

Pedro nos escribe: “Por esta razón también, obrando con toda diligencia, añadid a vuestra fe, virtud,”  Pedro esta partiendo del hecho de que contamos con la fe puesta por Dios en nosotros, como la estructura básica donde iremos ensamblando las siguientes 7 virtudes.

Es interesante el adjetivo que Pedro utiliza para describir la fe; Cuando Pedro se refiere a aquellos que han alcanzado “una fe igualmente preciosa” se dirige a aquellos que su fe tiene un valor incalculable, a aquellos que su fe era inquebrantable, a aquellos que tuvieron la convicción y creyeron en el sacrificio perfecto de Jesús; Pedro se dirige a aquellos, que a pesar de estar en peligro de muerte tuvieron la convicción que Jesús es el único y verdadero camino a la vida eterna.

¿Qué valor tiene para ti tu fe en este momento? ¿Estás dispuesto a sacrificarte por tu fe?  Eso solamente lo sabes tu y Dios.

Debemos dar gracias a Dios que vivimos en una sociedad libre donde el evangelio se puede predicar con libertad y que podemos adorar a Dios sin impedimentos; pero se que ahora mismo en algún lugar del mundo hay hermanos, con nuestra misma fe, que están siendo torturados y asesinados por causa de Cristo. Nosotros no sabemos lo que es sufrir por causa de la fe.

Estos cristianos a quienes escribió Pedro, necesitaban una buena dosis de motivación y apoyo para seguir adelante en su vida cristiana. Nosotros debemos aprender a crecer en la fe mucho mas que estos creyentes perseguidos y aprovechar bien el tiempo, predicando a Cristo; porque los días son malos.

¿Cuál es la naturaleza de una verdadera fe salvadora?

La Escritura nos revela en términos claros que la justificación se basa únicamente en la gracia de Dios mostrada de manera suprema en el sacrificio de Cristo en la cruz por nosotros. Leer Efesios 2:8; Romanos 3:24. También nos enseña que esa justificación se obtiene sólo por medio de la fe, sin hacer ninguna buena obra. Leer Romanos 3:28.

Sin embargo, la Escritura también nos advierte en muchas ocasiones que hay una fe que no es genuina y que por tanto no resulta en justificación (reconocemos que es Cristo quien salva, no la fe).

UNA FE NO VERDADERA.

Santiago nos muestra la verdad de que existe una fe falsa al decirnos: “¿De qué sirve hermanos míos, si alguno dice que tiene fe, pero no tiene obras? ¿Acaso puede esa fe salvarlo?Santiago 2:14.

Lógicamente, tal pregunta se debe responder de manera negativa.

Lucas también nos alerta sobre la fe ficticia al escribir sobre Simón el mago, quien creyó y sin embargo permanecía “en hiel de amargura y en cadenas de maldadHechos 8:13,23.

Fe verdadera y fe falsa.

Considerar que existen dos tipos de fe inevitablemente nos lleva a cuestionarnos: ¿Cuál es la diferencia entre ambas? ¿Cómo puedo distinguir entre la fe que salva y una fe falsa, externa y superficial que deja al pecador sin perdón y vida eterna?

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