Debilidades el alma.. La Culpa.. 2da Parte

Moreiba Cabrera

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Estudios Biblicos... La Culpa

Debilidades el alma.. La Culpa.. 2da Parte

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Estudios Biblicos… Estudio Biblico

¿CÓMO SUPERAR LA CULPA?

La Biblia dice que nosotros fuimos creados a la imagen de Dios. Este maravilloso privilegio de haber sido creados a la imagen de Su gloria también demanda de nosotros que vivamos una vida correcta y justa. Esa es la razón por la que cuando hacemos algo que entra en conflicto con la voluntad de Dios, un mecanismo en nuestros sentidos o en nuestra alma – una alarma – se activa inmediatamente. Esa alarma o mecanismo de detección del pecado tiene un nombre. Se llama: Culpa.

¿Qué hago?

Si usted está sintiendo sensación de culpa, eso significa que usted ha pecado. Y la alarma continuará activada mientras algunas cosas no sucedan.

Mientras la alarma está activada, estamos en peligro. Hemos pecado y ese pecado nos mantiene en riesgo o ya totalmente separados de Dios. Pero Dios creó esta alarma (el sentimiento de culpa), NO PARA CONDENARNOS, sino para que identificáramos que habíamos pecado y solucionáramos nuestro problema.

Lo importante es estar conscientes de que esta alarma se ha activado y hay que hacer algo para solucionar el problema.

La Culpa y el papel de la Palabra de Dios

Algunas veces no sabemos exactamente lo que dice la Biblia respecto al sentimiento de culpa que nos agobia, pero de alguna forma el Espíritu habla a nuestros corazones y nos dice que algo anda mal. La razón es que Dios ha escrito su ley en nuestros corazones para ayudarnos a identificar cuando pecamos.

Hasta las personas que no son cristianos y por tal no conocen la Palabra de Dios, cuando pecan “muestran por su conducta que llevan la ley escrita en el corazón.” (Romanos 2:15)

En otras palabras, los hijos de Dios y los que aún no conocen a Jesús, ambos tienen una ley que les dice cuando han pecado. Esa ley es su conciencia. El sentimiento de culpa es parte de los utensilios que la conciencia usa.

Debemos tener el tipo de culpa apropiado

La culpa apropiada, la que nace gracias a esa alarma activada cuando hacemos algo que contradice la ley divina, es una culpa que nos guía a arrepentimiento.

Es una culpa que nos redarguye de pecado y nos hace dejar el camino erróneo y comenzar a caminar un camino apropiado. Eso es lo que Dios desea:

  • 1. Que la culpa nos guíe a identificar nuestro problema.
  • 2. Que nos arrepintamos.
  • 3. Que abandonemos el comportamiento pecaminoso.
  • 4. Que apaguemos la alarma mediante el perdón de Cristo obtenido en la Cruz.
  • 5. Que rellenemos cualquier vacío en nuestros corazones con la Palabra de Dios (alabanzas, cánticos, lectura de la Biblia, asistencia a la Iglesia, Oración, Ayuno, meditación en la Palabra, etc.)
  • 6. Que finalmente descansemos confiados de que nuestro pecado ha sido perdonado y que Dios ya no lo toma en cuenta.

Así como está alejado el oriente del occidente, así de lejos ha removido Él nuestros pecados de nosotrosSalmos 103:12

Una vez usted haya dado estos pasos, usted está una vez más de acuerdo con la voluntad perfecta de Dios. Es hora de que la alarma – la culpa, se apague y desaparezca. ¡No significa que usted olvide lo que ha hecho y que crea que como la misericordia abunda, usted puede volver a pecar! ¡No!

Pero sí significa que si Satanás viene a su corazón y le trata de acosar con pensamientos de culpa, es hora de reprenderle y descansar en paz, a sabiendas de que en efecto, Dios nos ha perdonado.

“… para que quienes creen en Jesucristo puedan recibir (el perdón) que Dios ha prometido” (Gálatas 3:22)

El sentimiento de culpa e importancia de la confesión

Mientras callé mi pecado, mi cuerpo se consumió con mi gemir durante todo el día; porque día y noche tu mano pesaba sobre mi; mi vitalidad se desvanecía con el calor del verano“(Salmo 32:3,4).

El sentimiento de culpa puede producirte en tu vida las siguientes consecuencias: Sentirte torturado por un sentimiento de temor al castigo, sentir que no mereces bendiciones, sentir una inmensa necesidad de confesar tus pecados continuamente, sentir que Dios no te ha perdonado, lavarte las manos continuamente, producirte enfermedades para auto castigarte, tratar de servirle a Dios en forma compulsiva para ganar sus bendiciones y protección y muchas formas que inventas para acallar las voces de castigo y temor que moran dentro de tu mente.

Dios nos creó con una conciencia moral que nos permite discernir internamente entre el bien y el mal. Todos tenemos una naturaleza pecadora:

Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos y la verdad no está en nosotros” (1 Juan 1:8).

El pecado trae como consecuencia el sentimiento de culpa y éste sentimiento, a su vez, temor al castigo. Al mismo tiempo la sociedad en que vivimos nos ha enseñado que todo culpable debe ser castigado. Esta condenación y juicio hacia el pecado es el temor al castigo que encadena e impide la paz interior.

Cuando el pecado es muy grave el sentimiento de culpa aumenta, así como el temor al juicio severo de Dios, del prójimo y de nosotros mismos.

La persona que se siente culpable se auto castiga (a si misma) de diferentes maneras: negándose las bendiciones, induciendo enfermedades y dolencias (sin causa física) en su cuerpo.

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Moreiba Cabrera
Autor

Moreiba Cabrera

Moreiba Cabrera, Misionera, Pastora principal de la iglesia Nueva Vida de Madrid. Directora de la extensión de Madrid del Centro de Estudios Superiores de Teología de Asambleas de Dios CSTAD.

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