Las mujeres en el ministerio

“Y fueron TODOS llenos del Espíritu Santo”. Hechos 2:4. ¿Para qué? Para cumplir Hechos 1:8 “…y me seréis testigos…”. Esto incluía a ambos sexos.

Cuando reflexionamos sobre el estado represivo de las mujeres bajo el sistema del Templo Judío en los tiempos del Nuevo Testamento, y el hecho de que ni siquiera se les permitía acercarse al área de adoración, sino que eran restringidas al patio o corte exterior de las mujeres, no es por accidente que el Espíritu Santo especifique que estaban “en oración y ruego, CON TODAS LAS MUJERES ”, y “fueron TODOS llenos ”, con el fin de que TODOS hicieran la obra de evangelismo.

Tanto los hombres como las mujeres se congregaron en el hogar de la madre de Juan Marcos para orar por la liberación de Pedro. Hechos12:1-17

Tanto los hombres como las mujeres oraban regularmente en las iglesias del Nuevo testamento. Esa es la razón del porqué el apóstol Pablo dio instrucciones tanto a los hombres como a las mujeres acerca del cómo orar (y profetizar) en público. 1 Corintios 11:2-16

C. LAS MUJERES GENTILES Y EL EVANGELIO.

Las primeras personas en recibir los misioneros cristianos en Europa, a Pablo y a Silas, fue un grupo de mujeres de oración. “Y un día de reposo salimos fuera de la puerta, junto al río, donde solía hacerse la oración: y sentándonos, hablamos a las mujeres que se habían reunido”. Hechos 16:13

Esas mujeres vinieron a ser los miembros fundadores de la iglesia de Filipo. Filipenses 4:1-3 Aquí se mencionan las mujeres que “…laboraron con Pablo en el evangelio”. Sin duda alguna que la disputa que emergió entre esas mujeres se debió al conflicto surgido por los papeles de su liderato.

1. Lidia. La historia de esta mujer extraordinaria es digna de ser considerada. Ella fue la primera convertida en Europa.

“Entonces una mujer llamada Lidia, vendedora de púrpura, de la ciudad de Tiatira, que adoraba a Dios, estaba oyendo; y el Señor abrió el corazón de ella para que estuviese atenta a lo que Pablo decía”. Hechos 16:14

Ella era una mujer que aparentemente se veía muy saludable. Tenía un hogar lo suficientemente grande como para acomodar su propia familia, y también tenía recámaras para hospedar a Pablo y a Silas. “Y cuando fue bautizada, y su familia nos rogó diciendo: Si habéis juzgado que yo sea fiel al Señor, entrad en mi casa, y posad…” Hechos 16:15

Más tarde en el ministerio en Filipo, Pablo y Silas fueron encarcelados. El terremoto los libertó. Lidia dio la bienvenida a esos apóstoles heridos y azotados en su hogar para que descansaran y se recuperaran.

“Entonces, saliendo de la cárcel, entraron en casa de Lidia, y habiendo visto a los hermanos, los consolaron, y se fueron”. Hechos 16:40

El historiador Eusebio indica en sus escritos que ella dirigió la iglesia de Filipo por un tiempo. Puede ser que sea Lidia a quien uno de estos versículos haga referencia: “Asimismo te ruego…que ayudes a éstas que combatieron juntamente conmigo en el evangelio…” Filipenses 4:3

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