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Virtud de sentir

Estudios Biblicos… Predicas Cristianas

Hasta ahora hemos aprendido que para tener una vida virtuosa, debemos aprender a pensar, a tener pensamientos virtuosos, en otras palabras, a SABER PENSAR.

Debemos entender también que este aprendizaje de saber lo que pensamos, es muy importante, porque los pensamientos generan reacciones en nuestro cuerpo llamadas emociones o sentimientos. Por eso nos toca conocer a continuación lo que es SABER SER.

LOS PENSAMIENTOS INFLUYEN EN NUESTRAS EMOCIONES.

La Emoción es un estado que sobreviene súbita y bruscamente, en forma de crisis más o menos violentas y más o menos pasajeras.

En el ser humano la experiencia de una emoción generalmente involucra un conjunto de conocimientos, actitudes y creencias sobre el mundo, que utilizamos para valorar una situación concreta y, por tanto, influyen en el modo en el que se percibe dicha situación.

Durante mucho tiempo las emociones han estado consideradas poco importantes y siempre se le ha dado más relevancia a la parte más racional del ser humano. Pero las emociones, al ser estados afectivos, indican estados internos personales, motivaciones, deseos, necesidades e incluso objetivos. De todas formas, es difícil saber a partir de la emoción cual será la conducta futura del individuo, aunque nos puede ayudar a intuirla.

Cada individuo experimenta una emoción de forma particular, dependiendo de sus experiencias anteriores, aprendizaje, carácter y de la situación concreta.

Ante una misma situación no todos nos sentimos igual. Veamos un ejemplo:

“Cristina está tomando un café con su grupo de amigos. Hace un comentario relajado y Marta, su mejor amiga, se burla de ella y le rectifica. Cristina se siente muy triste y ya no abre la boca durante el resto del tiempo que están juntos”.

¿Por qué Cristina se siente como se siente? ¿Por qué actúa como actúa?

La situación es importante, si no hay situación no hay reacción. Pero lo que resulta clave para explicar cómo nos sentimos y por qué hacemos lo que hacemos son los pensamientos. La manera exacta en que cada uno de nosotros interpretamos las distintas situaciones que vivimos, influye en las emociones que sentimos y la forma de comportarnos.

Por ejemplo: A la mente de Cristina acudieron las siguientes ideas “he hecho el ridículo, no es tan buena amiga, no debería haber hablado, estoy mejor callada”.

Cuando estamos ante una situación, es imposible no hacer una interpretación o valoración, y ésta nos provoca una emoción y un sentimiento. La situación es importante, es de dónde parte todo, pero sin los pensamientos no se podría explicar lo que sentimos y cómo actuamos.

Nuestro cerebro es como el más poderoso de los ordenadores. Para que un ordenador ejecute cualquier programa, es necesario teclear instrucciones. Para que se activen los programas de las diferentes emociones y de los diferentes comportamientos, también es necesario dar instrucciones. Esas instrucciones son nuestros pensamientos.

¿Cómo se habría sentido y habría actuado Cristina si hubiera pensado “bueno, ya la conoces, es una bocazas, no controla lo que dice”?. Probablemente se hubiese sentido sólo ligeramente enfadada por la respuesta de su amiga.

Aunque cada persona piensa de una forma, todos compartimos elementos en común. Por ejemplo, si nos sentimos tristes y dejamos de salir, los pensamientos que tenemos son negativos. Pensamos cosas negativas de nosotros mismos, del mundo que nos rodea, de los demás y del futuro.

Pensamiento – Emoción – Conducta es círculo vicioso que hay detrás de cada estado en el que nos encontramos. Pero, la buena noticia de todo esto es que al igual que funciona en negativo, funciona en positivo. Es decir, pensamientos positivos, generan emociones positivas y conllevan conductas positivas.

Ahí radica la importancia de cultivar nuestros pensamientos. Debemos intentar que los pensamientos negativos sean identificados para cambiarlos a pensamientos positivos.

VIRTUD DE SENTIR.

Los pensamientos son importantes para tener buenos sentimientos, pero pensando en todo esto, creo que Dios nos quiere llevar a Pensar sus pensamientos para que también tengamos su mismo sentir. Porque…¿Qué mejor virtud de sentir, que sentir como Jesús?

Filipenses 2:5-7aHaya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo”.

Este es el deseo de Dios, que sus hijos tengan el mismo sentir de Jesús. Fue también el deseo de Pablo, por eso inspirado por el Espíritu Santo les escribe a los Filipenses y les dice: “Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús”.

DIFERENTES SENTIMIENTOS.

Dentro de la iglesia hay una variedad de sentimientos. Hay sentimientos encontrados que causan discordia, sentimientos carnales que no son de Dios. Ahora, el mandato bíblico es que como hijo de Dios, como seguidor de Jesús debo tener el sentir de Cristo.

Podemos preguntarnos ¿Cuál es el sentir de Cristo?

Filipenses 2:5-8 5 Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, 6 el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, 7 sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; 8 y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.

Encontramos en este pasaje que el sentir de Cristo fue su humillación.

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