Lo que Dios le pide al patriarca era inexplicable, en una comunidad pagana podía justificar el sacrificio humano sobre el argumento de que la vida del sacrificado servía para apaciguar a los dioses de ese pueblo en tiempos de crisis.
Pero ni el patriarca ni los suyos estaban pasando por circunstancias de esa índole. El matar a Isaac no traería ningún beneficio manifiesto en la vida del muchacho, ni tampoco en la de Abraham, ni en la vida social de la familia. Peor todavía contradecía la promesa de Dios.
- 1. Sin duda Abraham amaba a Isaac, pues era el hijo nacido en su vejez y el heredero de la promesa.
- 2. Sin duda Abraham amaba a Dios, pues era quien le había llamado para usarlo como canal de bendición.
- 3. La gran pregunta que Abraham tenía que resolver era ¿A quién amas más? Su respuesta diría al mundo quién era el primer amor de su vida.
II. LAS PRUEBAS DE DIOS PONEN EN EVIDENCIA NUESTRA ENTREGA ESPIRITUAL. (3,6,9,10)
¿A QUIEN VAS A OBEDECER?
1. Después que Dios dio la orden dejó todos los detalles a cargo de Abraham.
22:3–8. La respuesta de Abraham es asombrosa—respondió con obediencia inmediata e irrestricta. Es más, ¡se levantó muy de mañana! para cumplirla. Aun así, el viaje de tres días (vers. 4) seguramente fue muy difícil y tal vez lo hizo en silencio. La distancia entre Beerseba y el monte Moriah era de unos 80 kms.
2. Abraham se levantó muy de mañana y se dirigió al lugar que Dios le había dicho.
3. Abraham estaba decidido a obedecer al Señor, eso lo revelan sus palabras: Iremos… adoraremos y volveremos (vers. 5).
Su afirmación iremos hasta allí y adoraremos y volveremos (Génesis 22:5) es asombrosa. Lo único que el patriarca sabía era:
- (a) que Dios había planeado el futuro contando con Isaac,
- (b) que Dios quería que sacrificara a Isaac.