Virtud de dominio propio

En este sentido, la templanza dota a los seres humano de libertad, ya que impide el surgimiento de vicios o el sometimiento a los impulsos.

La enciclopedia libre define la templanza como la virtud cardinal que recomienda moderación en la atracción de los placeres y procura el equilibrio en el uso de los bienes creados.

Asegura el dominio de la voluntad sobre los instintos y mantiene los deseos en los límites de la honestidad. En un sentido más amplio, los académicos la definen como sinónimo de “moderación, sobriedad y continencia”.

La virtud de la templanza conduce a evitar toda clase de exceso, el abuso de la comida, del alcohol, del tabaco y de las medicinas.

Quienes en estado de embriaguez, o por afición inmoderada de velocidad, ponen en peligro la seguridad de los demás y la suya propia en las carreteras, en el mar o en el aire, se hacen gravemente culpables.

La persona por si sola, no puede alcanzar la virtud de la templanza, sino que necesita de la ayuda de su Creador, por lo tanto, es necesario orar a Dios para lograr obtener dicha virtud.

Esto no quiere decir que todo depende de Dios sino que es necesario también el esfuerzo humano para alcanzar dicha virtud.

2 Timoteo 1:7Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.”

© Moreiba Cabrera. Todos los derechos reservados.

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