La intención de la carne nace como producto de una formación que has adquirido como resultado de una información que obtuviste del ambiente que te rodea. Pablo, en Efesios 4:22, dice que la mente de los hombres ha quedado viciada (acostumbrada) por los deseos engañosos que le ofrece el mundo.
La intención del espíritu renacido es producto de la inspiración, revelación e iluminación del Espíritu Santo. Tener la mente del Espíritu trae como resultado lo que se conoce en el griego como Phronesis derivado de Phronema.
Phronesis: Indica un entendimiento conducente a una acción correcta y prudente, y tiene que ver con un uso recto de la mente (Lucas 1:17).
¿Cómo se obtiene una mente espiritual?
La única forma de obtener una mente espiritual es meditando en los asuntos del Espíritu. Meditar en los asuntos del Espíritu indica meditar en la Palabra de Dios.
El término meditar indica: hacer un estudio preciso y conciso, detallado de los pensamientos.
No se deben cambiar los valores, no se tiene una mente espiritual porque se vive en el Espíritu, se vive en el Espíritu porque se obtiene una mente espiritual. Según lo dicho por Pablo en Efesios, de acuerdo al estado de mente que obtengamos, tendremos unos comportamientos y unas actitudes.
“Entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos”. (Efesios 2:3)
Esto indica que nuestra vida se moverá en pos de nuestros pensamientos más dominantes, todos nuestros hechos y nuestros dichos están en proporción directa a lo que pensamos hacer.
Toda acción tiene como precedente un pensamiento. El problema del hombre no está en lo que hace, sino en lo que pensó hacer, porque conforme piensa, actúa.
Alguien dijo: “Siembra un pensamiento cosecharás una acción, siembra una acción y cosecharás un hábito, siembra un hábito y cosecharás un carácter, siembra un carácter y cosecharás un destino”.
Por eso es imposible controlar los deseos e impulsos de la carne si primero no tomamos control de los pensamientos que los activan. (Efesios 4:22.23)
Según lo dicho por Pablo a los Corintios, nunca progresaremos en la vida espiritual a menos que nuestros pensamientos se pongan en armonía con Dios y con su Palabra. Lo podemos ver en este pasaje:
“Porque las armas de nuestras milicias no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas. Derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia de Cristo. Y estando pronto para castigar toda desobediencia, cuando vuestra obediencia sea perfecta”. (2ª Corintio 10:4.6)
Lo primero que hay que desglosar es el término fortaleza y argumento que aparece en el verso 4.
Fortaleza: Del griego “Ochuroma”, tiene que ver con una fortificación que es producto de una serie de pensamientos y razonamientos en la que reposa la confianza meramente humana, en estos está su deleite y de ellos dependen sus decisiones y acciones.
Fortaleza: Es una muralla en la mente que no le da cabida a los pensamientos de Dios.
Argumento: Término del Griego “Logismo”, que indica unos pensamientos o razonamientos cargados de mala intención.
Debemos tomar en cuenta, que lo que levanta la fortaleza y a su vez la sostiene son los argumentos.
También se puede entender como fortaleza, todo tipo de pensamientos o razonamientos productos de las malas interpretaciones y aplicaciones de la Palabra. Aunado a esto las costumbres, estatutos, falsas doctrinas, recuerdos por heridas internas, también forman parte de estas fortalezas.