3. Nuestra relación con Dios afecta a nuestro carácter. “Por la fe Enoc fue traspuesto para no ver muerte, y no fue hallado, porque lo traspuso Dios; y antes que fuese traspuesto, tuvo testimonio de haber agradado a Dios.” (Hebreos 11:5)
“Nadie puede vivir con el diablo y ser como Dios, y nadie puede vivir cerca de Dios y ser como el diablo.” Nuestro carácter habla de cuan cerca estoy de Dios. Si camino con Dios seré humilde, perdonador, lento para la ira, pacificador, tierno y cariñoso.
TRES EJEMPLOS DEL CARÁCTER
En la tercera carta de Juan encontramos tres personajes. En ellos podemos ver tres aspectos del carácter.
1. El cristiano responsable; ministerio eficaz.
Juan alaba a Gayo por tres razones:
a. Porque su alma prospera (2). Su relación con Dios prospera, su carácter con Dios prospera, su camino con Dios prospera, y eso es suficiente. Muchas veces nosotros nos fijamos más en la prosperidad física y terrenal, que en la prosperidad del alma. La prosperidad económica no es necesariamente un símbolo de la prosperidad espiritual. La salud física tampoco es símbolo de la salud espiritual.
b. Por su reputación (3-4). Gayo tenía testimonio de andar en la verdad. Andar en la verdad significa obedecer la palabra de Dios (Juan 17:17). La reputación de Gayo viene no sólo por creer en la verdad, sino por caminar en la verdad.
c. Por su ocupación (5-8). Gayo era un hombre fiel en su servicio a los demás. Gayo era un hombre responsable; un hombre en el cual había prosperidad en su alma; un hombre en el cual había una reputación clara. Era un hombre fiel a la palabra de Dios, en el cual su ocupación, su ministerio y su servicio era dado con fidelidad.
Este es un ejemplo de lo que es un verdadero carácter cristiano.
2. El cristiano rebelde (9-10)
Juan habla de otro personaje, Diótrefes, a quien condena por tres razones.
a. Por su carácter orgulloso (9). Quizás este Diótrefes era un diácono, o uno de los pastores de la iglesia.Era un hombre orgullo que le gustaba tener el primer lugar en la iglesia, de tal manera que impedía que otros entraran en la iglesia para que no le quitasen en puesto que ocupaba.
- Querer ser primero destruye el compañerismo.
- Querer ocupar el primer lugar cueste lo que cueste, nos priva del gozo en el ministerio para el Señor.
- Querer ser el primer pastor, el primer diácono, el primer maestro de la escuela dominical; querer tener una posición sin merecerlo siendo orgulloso destruye a la iglesia.
b. Por su conducta rebelde (10). La conducta de Diótrefes es totalmente inadecuada. Juan describe lo que esta persona hace. En primer lugar, “parlotear”. Parlotear es hablar como un loro, repetir sin sentido. En segundo lugar dice que habla contra nosotros, tiene malicia. Su conducta no es una conducta cristiana. Y lamentablemente tal individuo estaba dentro de la iglesia.
No existía en él un verdadero carácter cristiano. No era fiel a su iglesia, con lo cual no era fiel a los hermanos, ni se relacionaba con los hermanos en amor. Por esto no era fiel a la verdad. Nadie era feliz a su lado, porque su carácter no era recto.
3. El cristiano respetado (12)
El apóstol Juan describe a Demetrio como un hombre respetado por su testimonio
a. Los hombres dan testimonio de Demetrio. Juan dice que todos dan testimonio de Demetrio; todos los hombres que conocen a Demetrio conocen a la misma persona. No es un cristiano con dos personalidades. Esto no se consigue estudiando en una universidad cristiana, ni se consigue con un título de doctor en teología. Esto se consigue con una vida de carácter sujeto al Señor.
b. La verdad da testimonio de Demetrio. Pero no sólo los hombres dan testimonio de Demetrio, sino que la verdad misma, la Palabra de Dios, da testimonio de él. Cuando confrontamos la verdad de la palabra de Dios con la vida de Demetrio, hay un testimonio limpio.
¡Qué palabras tan tremendas! ¿Pueden decir de nosotros que la misma Palabra de Dios da buen testimonio de nosotros? Es importante saber que, a lo mejor, no tenemos todas estas características, pero sí, hay una o más en nuestra vida que tenemos que corregir.
Cualidades y virtudes del carácter
¿Quién es un hombre o un líder de Dios? ¿Cómo reconoceremos una persona madura espiritualmente? El apóstol Pablo, escribiendo a Timoteo, le da una lista de calificaciones para llegar a ser un verdadero líder y discípulo del Señor. Recuerde, el hombre de Dios no aparece de repente, sino que es formado a través de un proceso lento y a través de los tratos de Dios. Vamos a estudiar cuidadosamente cada una de estas cualidades y virtudes que Pablo escribió en la carta a Timoteo.
“Pero es necesario que el obispo sea irreprensible, marido de una sola mujer, sobrio, prudente, decoroso, hospedador, apto para enseñar; 3 no dado al vino, no pendenciero, no codicioso de ganancias deshonestas, sino amable, apacible, no avaro; 4 que gobierne bien su casa, que tenga a sus hijos en sujeción con toda honestidad 5 (pues el que no sabe gobernar su propia casa, ¿cómo cuidará de la iglesia de Dios?); 6 no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 7 También es necesario que tenga buen testimonio de los de afuera, para que no caiga en descrédito y en lazo del diablo”. 1 Timoteo 3.2-7
“El que fuere irreprensible, marido de una sola mujer, y tenga hijos creyentes que no estén acusados de disolución ni de rebeldía. 7 Porque es necesario que el obispo sea irreprensible, como administrador de Dios; no soberbio, no iracundo, no dado al vino, no pendenciero, no codicioso de ganancias deshonestas, 8 sino hospedador, amante de lo bueno, sobrio, justo, santo, dueño de sí mismo, 9 retenedor de la palabra fiel tal como ha sido enseñada, para que también pueda exhortar con sana enseñanza y convencer a los que contradicen”. Tito 1.6-9
Irreprensible
Esta palabra significa: sin mancha, tener integridad, incuestionable, irreprochable, que tenga un carácter que no dé lugar a ser juzgado. Es alguien que nadie pueda llevar a cuentas porque no da lugar a hacerlo, no da lugar para ser acusado; alguien que tiene reputación intachable, sin mancha.
Cuando mencionamos estas características no estamos hablando alguien perfecto, estamos hablando de una persona la cual tiene una vida íntegra y recta delante de Dios; tiene faltas y debilidades, pero vive de acuerdo con los principios de Dios.