Un tratado sobre la iglesia

Omar Garcia

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Predicas Cristianas - El tribunal de Cristo

Un tratado sobre la iglesia

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a) No por fuerza, sino voluntariamente (Vers. 2)

El Pastor no debe asumir su oficio como una carga gravosa, sino como un “Yugo fácil, y una ligera carga” (Mateo 11:28-30)

b) No por ganancia deshonesta, sino con ánimo pronto (Vers. 2)

Es inadmisible y a la vez condenable; la aptitud de un Pastor cuyo único interés en su práctica ministerial sea el beneficio económico que pueda sacar de éste, empero la deprimente realidad de nuestros días es que son muchos los que se mueven por este espíritu mercantilista.

c) No como teniendo señorío sobre los que están a vuestro cuidado, sino siendo ejemplos de la grey (Vers. 3)

El Pastor nunca debe olvidar que todas las ovejas que están a su cargo, le pertenecen sin discusión alguna al Príncipe de los Pastores, JESUCRISTO; el cual recompensará a su debido tiempo a los siervos buenos y fieles, y asimismo castigará a los malvados y perversos.

Para terminar esta sección es preciso hablar un poco respecto a lo que significan los vocablos Obispo y Presbítero o Anciano desde la panorámica netamente Escritural:

Bíblicamente hablando Obispo y Presbítero son términos intercambiables, aunque existe entre ambos ligeros matices diferenciales:

  • i. Obispo: Del Griego “Episkopos”; designa al Pastor en su aspecto funcional como un supervisor, pues este es básicamente su significado.
  • ii. Presbítero: Por su parte el Anciano, traducción exacta del Griego “Presbutero”; corresponde al Pastor en su condición espiritual, lo mismo que a su estado de madurez alcanzado.

Su uso en la Iglesia primitiva está conectado al trasfondo religioso de las Sinagogas Judías.

5. Maestro: Éste, el último de los cinco ministerios enumerados por el Apóstol Pablo en Efesios 4:11; constituye un preciado Don del Señor JESUCRISTO para su Iglesia.

El Maestro en su trabajo pedagógico responde a las necesidades tanto Teológicas como éticas de neófitos y Cristianos experimentados por igual; contribuyendo en cierta medida al desarrollo y crecimiento espiritual de la Iglesia.

Conviene elucidar que el llamado Divino para enseñar al pueblo de DIOS, y en algunos casos presentar defensa ante los incrédulos; requiere al menos un mínimo de preparación académica (Seminarios, institutos Bíblicos, etc.), un espíritu autodidáctico (Haciéndose de una buena biblioteca y siguiendo un sistemático régimen de lectura), y sobre todo, ¡una dependencia total a la guía e impulsos directrices del ESPÍRITU SANTO!

V. GOBIERNO DE LA IGLESIA

A pesar de que la Iglesia no es una simple institución religiosa más, sino un organismo viviente; esto no impide que también cuente con un orden determinado y disponga de cierto tipo de gobierno.

Veamos a continuación las tres formas de gobiernos Eclesiásticos tradicionales:

i. Sistema Episcopal: Este es el gobierno de los Obispos; quienes investidos con poderes gobernativos, constituyen la estructura jerárquica de Iglesias como la Anglicana en Inglaterra, con el Arzobispo de Canterbury como Primado espiritual y el Monarca de dicha Nación como su jefe visible, y la Iglesia Romana con el Papa a la cabeza, y vivo ejemplo de jerarquía radical.

ii. Sistema Presbiteriano: Contrario al sistema anterior, los Ancianos o Presbíteros son los encargados de la regencia de la Iglesia; en la Iglesia Reformada donde se valen de este tipo de gobierno; las Iglesias locales son presididas por un cuerpo de Ancianos gobernantes (Elegidos por la Congregación, pero que no predican ni administran las ordenanzas), y el Anciano ministerial (Electo por el Presbiterio) facultado para la exposición de la Palabra y la administración de las ordenanzas.

iii. Sistema Congregacional: Este es una clase de gobierno democrático, donde la Congregación local tiene una participación activa en la elección de los oficiales de la Iglesia.  (Ejemplo, Iglesias Bautistas)

Respecto a la cuestión de ¿Cuál de los sistemas arriba citados es el mejor? Mi respuesta es el que mejor se ajuste al esquema Bíblico; donde los Ministros tengan la suficiente libertad para obrar según la guía del ESPÍRITU SANTO, y donde la feligresía a su vez tenga parte en la toma de decisiones en los asuntos de interés eclesial, evitando así convertirse en meros miembros pasivos y nominales.

VI. LA DISTINCIÓN DE ISRAEL Y LA IGLESIA

El Apóstol Pablo escribiendo sobre la naturaleza singular de la Iglesia; nos dice que ésta es un misterio que en el pasado estuvo oculto, pero que ahora ha sido revelado a los hombres (Efesios 1:9-103:1-12Colosenses 1:27); y es que contrario a la oportunista teoría del reemplazo, según la cual debido al rechazo de Israel del Mesías; éste ha sido reemplazado por la Iglesia, el nuevo Israel de DIOS, de manera que todas las promesas hechas al Pueblo Hebreo han sido desplazadas a la Iglesia; cosa que las Sagradas Escrituras desmienten al distinguir y aun yuxtaponer Israel – Iglesia; enfatizando la restauración escatológica del remanente Judío predestinado a la gloria eterna. (1 Corintios 10:32 Romanos 9 – 11)

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Omar Garcia

1 comentario en «Un tratado sobre la iglesia»

  1. Enfoquemonos mas en ser obedientes que en buscar títulos o posiciones. tanto el apóstol como profeta están activos hoy día. Bendiciones

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