1 Pedro 1:22: Habiendo purificado vuestras almas por la obediencia a la VERDAD, mediante el Espíritu.
Al practicar y declarar la VERDAD, estamos practicando la guerra espiritual en nuestra mente y con nuestros labios, peleando contra la MENTIRA. Declaramos la VERDAD y derrocamos la MENTIRA. La santificación es el proceso de purificarse. Con la VERDAD sacamos la MENTIRA; esto significa que sacamos todo lo impuro y todo lo relacionado a espíritus impuros que están en nuestra mente o en nuestra alma. Obedecer la VERDAD es obedecer a Jesucristo, el Verbo de Dios; es obedecer la Palabra de Dios; es obedecer a los mandamientos de La Santa Biblia. La obediencia a la VERDAD, como dice el versículo, nos provee de SANTIDAD: nos purifica y capacita para el Reino de Dios.
Parte 4: LIBRES O ESCLAVOS.
Juan 8:34 a 36. Jesús les respondió: De cierto, de cierto os digo, que todo aquel que hace pecado, esclavo es del pecado. Y el esclavo no queda en la casa para siempre; el hijo sí queda para siempre. Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres.
Jesús nos enseña en este pasaje que cometer pecado es ser esclavo de Satanás; por otro lado si recibimos la libertad a través de la Fe en Jesucristo, entonces seremos libres. Porque creer en Jesucristo, es creer en la VERDAD; y creer en la VERDAD nos hace libres de las MENTIRAS de Satanás. El hecho de que salga la MENTIRA, significa que también salen los espíritus inmundos que están aferrados a esa MENTIRA. Al despojar la MENTIRA, despojamos los demonios que están relacionados con ella. Cuando alcanzamos la libertad de nuestra alma, a través de la Fe en Jesucristo, somos libres de los poderes y cadenas de Satanás.
Jesús enseña que el esclavo no queda en la casa para siempre; esto significa que puede ser desechado si no agradare a su amo, o que su tiempo tiene límites en la casa del amo. Entretanto el hijo, por muy mal que se comporte, o por muy lejos que se vaya, siempre será hijo y heredero en la casa del padre. Dios no quiere que seamos esclavos; Dios quiere que seamos hijos. Dios no quiere que estemos lejos de casa, perdidos; Dios quiere que estemos con Él en Su Reino, para siempre.
Parte 5: LOS ARGUMENTOS SON DE SATANÁS.
2 Corintios 10:5: derribando ARGUMENTOS y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo.
MENTIRAS, medias-VERDADES, y ARGUMENTOS son la artillería de Satanás y sus demonios. Cuando estamos en plena batalla de vencer la MENTIRA a través de la VERDAD, es cuando entran en escena los argumentos. Son todos esos palabreríos inútiles, explicaciones descabezadas, y motivos interminables que ponemos por delante, cuando queremos justificar algo equivocado.
El argumento proviene de Satanás; el argumento nunca es verdadero aunque a veces habla con VERDADES; el argumento se aprovecha de la VERDAD para rebatir, pero la pone tan fuera de lugar y fuera de tiempo, que no es válida. Nunca son válidos los argumentos. Por eso la Biblia enseña que tenemos que derribar TODOS los argumentos que se levantan contra el conocimiento de Cristo, esto es, contra la VERDAD.
Juan 8:44: Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. El ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la VERDAD, porque no hay VERDAD en él. Cuando habla MENTIRA, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de MENTIRA.
Todo aquel que es mentiroso es hijo del diablo, porque él es el padre de las mentiras
Hay personas que viven con un argumento siempre pronto para responder; no importa lo que se les diga, siempre tienen un argumento para todo. Esto puede suceder en un niño pequeño, en un joven, en un adulto; puede ser la actitud de alguien lejano a Dios, pero muchas veces sucede en la iglesia: en el liderazgo y en la congregación.
2 Timoteo 2:25: que con mansedumbre corrija a los que se oponen, por si quizá Dios les conceda que se arrepientan para conocer la VERDAD.
Las personas que responden con argumentos están influenciadas por espíritus de maldad; ellas mismas no perciben su error, y creen que están hablando lo correcto. El argumento es un rasgo en el carácter, a causa de influencias de demonios, o ataduras en el alma; es un reflejo de la forma de concebir conceptos, que tiene esa persona, pero que provienen de malas fuentes o malos orígenes. El argumento es en muchas personas, su forma de hablar y actuar; pero no es correcto. Cuando hay una persona que siempre habla y responde con argumentos, tenemos que explicarle que esa actitud y forma de pensamiento, no proviene de Dios. El argumento es un reflejo de la rebeldía, de la falta de sujeción, del orgullo, del ego, de la irreverencia, de la arrogancia; ninguna de estas cosas es inspirada por el Espíritu Santo, sino por los demonios.
Mateo 11:29: Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy MANSO y HUMILDE de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas.
No hay lugar para los argumentos en un corazón contrito y humillado. El carácter y la actitud de un verdadero siervo de Dios, o de alguien que está siendo guiado e inspirado por el Espíritu Santo, es: la sujeción, la mansedumbre, el silencio, el esperar, la humildad, honrar la autoridad y los cabellos blancos, aún la humillación inmerecida. A veces la autoridad está cometiendo un error; pero, por obediencia a la Palabra, por obediencia a Dios, hay que callar-escuchar-obedecer.
La justicia viene del Cielo para los que confían en Dios, no de la impaciencia ni del orgullo. Muchas veces Dios mismo permite situaciones indelicadas o injustas, para mostrar lo que hay en nuestro corazón; y si aparecen los argumentos, o cualquier otra cosa negativa que a Dios no le agrada, entonces ahí está la falla que hay que arreglar.
Juan 8:46 y 47. ¿Quién de vosotros me redarguye de pecado? Pues si digo la VERDAD, ¿por qué vosotros no me creéis? El que es de Dios, las palabras de Dios oye; por esto no las oís vosotros, porque no sois de Dios.
La batalla en la mente, es la batalla contra la MENTIRA. Satanás siempre querrá presentar argumentos para que se establezca la MENTIRA. No debemos dar lugar al diablo. No debemos dar lugar a los argumentos. Hay que declarar la VERDAD; y esta VERDAD destruirá todo argumento y espíritu inmundo que esté interviniendo.
Parte 6: EN LA BIBLIA ESTÁ TODA LA VERDAD.