La Trinidad

Arrio fue un Presbítero de Alejandría que vivió a mediados del siglo tercero y en los primeros decenios del cuarto; y quien apartándose de la pureza del Evangelio empezó a enseñar que JESUCRISTO no era DIOS por Naturaleza, ni consustancial con el PADRE; sino su primera y más excelsa Creación, por medio de la cual hubo Creado todas las demás cosas; de ahí que se le pudiese confesar como DIOS en una especie de Apoteosis, superior a los Ángeles y Hombres pero inferior al PADRE.

Arrio y el Arrianismo corrieron la misma suerte que el Monarquianismo Modalista al ser severamente fustigados, pero al igual que estos; conquistaron a buen número de seguidores, entre los que se contaba el propio Hijo y sucesor del Emperador Constantino de nombre Constancio; haciendo que la Iglesia sufriera un desafortunado retroceso, hasta que el Concilio Ecuménico celebrado el 25 de Mayo del 325 en Bitinia Italia y con Atanasio a la cabeza; condenara oficialmente al Arrianismo.

C) LA TRINIDAD Y LA HEREJÍA MACEDONIANA

Terminamos esta sección perteneciente al aspecto Histórico en el desarrollo Dogmático de la Doctrina de la Trinidad; haciendo mención de la última y menos conocida Herejía Anti-Trinitaria de los siglos III y IV de nuestra era; apellidada como ¡Pneumatomascos!, que significa enemigos del ESPÍRITU o Macedoniana, por ser Macedonio un Obispo de Constantinopla su más acerbo dirigente.

Macedonio se suscribía a las declaraciones hechas en Nicea, que se había ocupado substancialmente de la suprema Deidad de JESUCRISTO, y de su igualdad Esencial con el PADRE; pero denegaba a la vez la Personalidad y Divinidad del ESPÍRITU SANTO, que hasta ese momento no había sido puesta en duda.

Esto obligó a la Iglesia que para entonces ya contaba con los materiales y recursos Teológicos suficientes para una defensa certera e inexpugnable de la Deidad del ESPÍRITU; como lo había hecho con antelación alrededor de la Persona de JESUCRISTO; así se convocó el segundo Concilio Ecuménico en Constantinopla en el 381, pronunciándose a favor de la consubstancialidad del ESPÍRITU SANTO con el PADRE y el HIJO y cerrando de modo providencial el Divino e indestructible Circulo Trinitario.

Una vez examinada objetivamente la Doctrina de la Trinidad desde distintas vertientes; Bíblica, Histórica y Teológica, toca al momento pasar revista al aspecto Filosófico, como al influjo real o imaginario que la Filosofía Profana ha jugado en el presente arreglo Trinitario; todo esto con el fin de dilucidar cualesquier dudas que puedan suscitarse, o que pretendan desdeñar el Dogma Trinitario.

IV. ALGUNOS APORTES DE LA FILOSOFÍA PRE-CRISTIANA A LA DOCTRINA DE LA TRINIDAD DE DIOS

La Filosofía posee muchos elementos valiosos para todos los campos del Saber; entre los que se cuenta la Teología, pero la contribución a esta materia es significativa sólo a los efectos de prestar una Nomenclatura capaz de articular en palabras Humanas el Glorioso Misterio Trinitario, y también facilitar su estudio y comprensión por medio de los recursos que están en su poder.

Por ejemplo los Vocablos Personas, Esencia, Substancia, Naturaleza, Pericoresis, Eterna Generación, Trinidad, Subsistencia, Etc. Son parte del repertorio Técnico; del que se ha servido el Cristianismo Bíblico para referirse a la Vida Intra-Trinitaria de nuestro Único DIOS.

La Filosofía que literalmente significa “Amor o amigo de la Sabiduría”, no es un ejercicio de suyo mundanal; ya que al ser Creados como Entes Racionales, la consecuencia lógica y natural que se espera en el Hombre; es un espíritu escrutador y reflexivo, el que lo lleva al terreno de la investigación Empírica o Científica de los variados fenómenos que acontecen en su Mundo interno y externo.

Todo lo noble y virtuoso que pueda existir en cualquier Filósofo o Sistema Filosófico; obedece en último término, al ingrediente Divino que le plugo a DIOS imprimir en la Naturaleza Humana, hecha a su propia Imagen y Semejanza y la que justamente nos constituye en Seres Humanos.

 Negar esta insoslayable verdad sólo puede ser producto de un arraigado prejuicio y de la falta de conocimiento de esta asignatura; como del hecho ponderable de que muchas locuciones que son comunes en nuestro argot Cristiano, tienen un trasfondo vinculado al Paganismo; pero que al ser adoptadas por el Cristianismo Ortodoxo han sido Santificadas es decir, apartadas y acrisoladas para el servicio exclusivo a DIOS.  (Ej: Evangelio, Iglesia, Logos, Etc.)

LO QUE NO HA HECHO LA FILOSOFÍA POR LA TRINIDAD

No faltan los ufanos de todos los tintes Religiosos, quienes impúdicamente denigran la Trinidad; alegando que esta es el resultado del Consorcio entre el Cristianismo Pos-Apostólico, con la Filosofía Pagana en boga, de corte Platónica y Aristotélica; según la denuncia de tales maledicentes esto es fácilmente discernible en la terminología empleada por el Cristianismo Trinitario.

A esto respondemos aseverando que la Filosofía en los primeros siglos de la Iglesia era para el Cristianismo Ortodoxo la ¡Sierva de la Teología!; que los papeles se hayan invertido con el Escolasticismo Católico como con el Protestante, es un hecho Históricamente posterior a la formulación del Dogma Trinitario; en todo caso la Doctrina de la Trinidad tiene su basamento y soporte en la Biblia, cuyo veredicto no puede ser más elocuente.

La Trinidad no deriva su existencia y autenticidad de la Filosofía como tal; pues el Concepto de un DIOS en Tres Personas arranca del corazón mismo de las Sagradas Escrituras, las que nos comunican indefectiblemente su compleja, pero no menos cierta Tripersonalidad.

Recuérdese que las palabras son el vehículo del Pensamiento, por lo que resultó no sólo lícito, sino conveniente para los primeros Filósofos-Cristianos; valerse de lo mejor de la Filosofía Greco-Romana para por lo menos tres objetivos básicos:

a) Como un medio Evangelístico a fin de ganar a la Gentilidad Inconversa y a la clase Filosófica, -por cierto no poca- para la causa Cristiana.

(Ej: Pablo citando a: Epiménides, Poeta y Filosofo Cretense del siglo VI A.C.; a quien el mismo Platón llamó ¡Hombre Divinamente Inspirado!, y considerado uno de los siete Sabios de la antigüedad, HCH: 17:28- Arato, Poeta del siglo III A.C.; y oriundo de Cilicia, HCH: 17:29- Menandro, Poeta Griego del siglo IV A.C.; 1CO: 15:33- Epiménides, TIT: 1:12)

b) Como un medio Apologético para defender la racionalidad del Cristianismo; muy por encima del Paganismo Intelectual.

(El caso de los Padres Apologistas)

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