Estudios Biblicos
Texto Biblico: Juan 2:1-12
Cuántos matrimonios, esposos se les ha acabado el vino del amor; cuántos matrimonios hoy tienen las tinajas de su corazón vacías; otros las tienen resecas; y peor aún, otros al ver sus tinajas vacías del vino del amor, del vino del gozo, de la comprensión, del vino de la comunicación, donde ya no hay más ese vino, muchos esposos se lastiman tanto, se agreden tanto verbalmente y a veces hasta físicamente, que muchos se arrojan las tinajas el uno al otro y las terminan quebrando.
La solución a las crisis en el matrimonio no se hallara en el alcohol, la solución no vendrá del silencio y la indiferencia. Necesita tocar la puerta correcta, acercarse a quien realmente puede ayudarlos.
La armonía familiar no es un accidente ni se consigue por azares del destino, es una consecuencia del amor pero también de la presencia divina. Y es esta presencia divina la que puede hacer que nuestras relaciones matrimoniales sean exitosas frente a cualquier crisis en la vida. Es Jesús en Caná de Galilea y precisamente en una boda donde nosotros podemos aprender como tener matrimonios de éxito y relaciones duraderas,
I. Tenemos un matrimonio de éxito cuando invitamos a Jesús
(vers. 2) «Y fueron también invitados a las bodas Jesús . .. » A los pocos días de que Jesús es anunciado por Juan el Bautista (1:19-28) y de llamar a sus discípulos (1:43-51). Se nos dice que se llevaron a cabo unas bodas en Caná de Galilea; en donde fue invitada María la madre de Jesús y que al parecer formaba parte de la organización de estas bodas (vers. 3). Pero también podemos ver que el mismo Señor Jesús junto con sus discípulos fue invitado a participar de la felicidad de esta pareja.
En muchas ocasiones podemos pensar que el Señor Jesús se sustraía de las festividades de su cultura; pero no Él estaba ahí con un propósito que iremos descubriendo. Cuando pensamos una unión matrimonial, indudablemente debemos pensar en los sentimientos de felicidad que embargan a la pareja y la emoción de iniciar juntos una nueva forma de vivir. Cada pareja se une con la firme idea de compartir con la persona que aman, todas las cosas.
¿Entonces? Qué ocurre que apaga estas expectativas? ¿ Qué fuerza poderosa apaga el fuego del amor entre dos personas que se aman, como el caso de la introducción? ¿Será cierto como dice una vieja canción: Que el amor acaba?
En una boda se piensa en todo, el vestido, el traje, el banquete, la ceremonia, los términos legales, donde vivir, los muebles, el trabajo, hasta el número de hijos que desean tener y mantener. Sin embargo en estos días hay parejas que cuando piensan en matrimonio ya también piensan en cómo harán si el amor y la relación acaba.
Pero ¿será el matrimonio desechable? ¿Por qué no funcionan los matrimonios? Se dice que de 10 matrimonios dos se divorcian, y esto va en aumento. ¿Por qué? La respuesta podemos verla en la Palabra de Dios. Pues aunque pensamos en todo lo necesario en un matrimonio; nos falta lo más importante, Jesús como cimiento de esta nueva familia.
La pareja de Caná de Galilea, sin saberlo estaba incluyendo, al mismo Dios en sus planes de vida. Al planear una boda podemos pensar en una lista de invitados; tratar de incluir a todos aquellos que consideramos importantes (y otros no tanto); pero no consideran al Señor.
II. Tenemos un matrimonio de éxito cuando hacemos lo que Jesús dice
(verss. 5- 7) » .. . Llenad estas tinajas de agua .. . » Jesús se encontraba departiendo con los invitados de esta boda en Caná; cuando de pronto sucede que el vino se termina y la madre de Jesús; María da aviso a Jesús buscando ayuda en Él (vers. 3). Pero una vez terminado el vino; el novio se halla en problemas. Pues el vino en los tiempos antiguos representaba un elemento importante en las festividades (no como lo es hoy); problemas en las bodas de Caná.
Bueno todos los matrimonios pasan por crisis; sin excepción alguna; todos las parejas enfrentan tiempos difíciles; algunas los superan; pero muchas no; quedan a la mitad del camino y terminar separándose. ¿De qué dependerá esto? ¿Acaso un buen consejero matrimonial? Puede ser de un buen carácter?
Posiblemente; ¿de intereses económicos? Tal vez! Se nos dice que cuando Jesús decide ayudar en esos momentos; dice que hay unas tinajas de piedra vacías que pueden usar. Cuando una tinaja se deja de usar; esta de reseca y agrieta; de seguir así esta tinaja puede romperse y hacerse inservible.
Los matrimonios que se van vaciando de amor hacia su pareja por diversas circunstancias; son como tinajas vacías; que se resecan y agrietan y que de no hacer algo puede llegar a romperse. María dice a los que sirven en l a boda: «Haced todo lo que os dijere» (vers. 5) en esta expresión de María vemos un segundo secreto para tener un matrimonio de éxito: Hacer TODO lo que Jesús dice que HAGAMOS.
No solo es invitar a que Jesús bendiga nuestro matrimonio; sino ponerlo por centro de nuestra relación y someternos a sus mandamientos; pues ellos nos liberarán de fracaso. Jesús ve esas tinajas vacías y ordena que las llenen: «Llenad esas tinajas … » (vers. 7). Cristo está dando una orden; que llenen las tinajas vacías. Jesús dice a los matrimonios resecos y a punto de desquebrajarse a que llenen sus tinajas (relación) ¿llenar? ¿de qué’)
Se llenan las tinajas cuando se aprecia a la pareja. Saber valorar la persona del otro, sus cualidades, sus acciones y expresárselo de alguna manera: verbalmente, por escrito o con la aprobación del propio rostro. Saber valorar es hacer crecer al otro, darle importancia, indirectamente afirmar: «que me complementas, te necesito, ¿qué haría sin ti?» Saber valorar es animar al otro y darle la ilusión para que crezca más y mejor
III. Tenemos un matrimonio de éxito cuando beneficiamos a los demás
(vers. 10) » … más tú has reservado el buen vino hasta ahora«. Se nos dice que el vino se había terminado; el novio se veía en problemas; el Señor hace el milagro de transformar lo que tienen (agua) al ponerlo en tinajas secas. El resultado es vino dé una excelente calidad, mejor que el primero (vers. 10).
Podemos ver que el Señor cuando ve disposición y fe de nuestra parte trasforma el agua de nuestras tinajas en vino; en vino nuevo y de gran calidad. Él puede hacer que el amor se renueve cada día y en cada circunstancia y que este amor sea mejor cada vez. Vemos que este milagro del agua en vino tiene hermosas consecuencias en los invitados a la boda.
Una vez convertido el vino le llevaron la prueba al encargado del banquete (maestre sala) (vers. 9) y esté llamando aparte el novio lo felicita y afirma: «Todos sirven primero el mejor vino y cuando los invitados ya han bebido mucho, entonces sirve en el más barato; pero tú has guardado el mejor vino hasta ahora«.
El Señor toma el amor humano natural de la pareja, que es bueno, y lo transforma en un amor sobrenatural, lleno de la gracia divina, y hace que ese amor humano, que sin ayuda puede extinguirse, permanezca dinámico, se renueve constantemente y se llene de vida.
Los milagros ocurren cuando los esposos se entregan el uno al otro. Comparten lo que son y lo que tienen. Si el vino se hubiera quedado en las tinajas se hubiera convertido en vinagre amargo y nadie hubiera paladeado el mejor vino. De la misma manera, el amor que no se comparte, que no se demuestra, que no se vive, es un amor solitario, amargo, que no tiene el buen sabor del vino añejo, del amor de todos los años.
Trata hoy de servir el mejor vino … y encontrarás que siempre hay soluciones … descubrirás que el amor siempre es bien recibido y llena de paz y satisfacción al amado y al que ama.
© Juan Carlos Jimenez. Todos los derechos reservados.