Discipulado Nº 5. La Buena tierra

Moreiba Cabrera

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Mensajes Cristianos. La Buena tierra es la que es fructífera

Discipulado Nº 5. La Buena tierra

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ESTUDIOS BÍBLICOS

Estudios Bíblicos Prédica de Hoy: Discipulado Nº 5. La Buena Tierra Es La Que Es Fructífera

INTRODUCCIÓN

Hasta el momento hemos examinado tres tipos de terreno en el que cae la semilla de la Palabra. Desafortunadamente, ninguno de ellos pudo hacer a la semilla fructífera.

Así que el primer terreno, que era “junto al camino” era tan duro que la semilla no pudo brotar. El otro terreno eran los pedregales, que no permiten que la semilla eche raíz profunda.

Finalmente el tercero eran los espinos, que ahogan la semilla y la hacen infructuosa. Habiendo visto tres categorías ineficaces, es momento de ver la BUENA TIERRA, la tierra en la que la semilla de la Palabra cae y lleva fruto. Mateo 13:8 dice: “Pero parte cayó en buena tierra, y dio fruto, cuál a ciento, cuál a sesenta, y cuál a treinta por uno.”

La explicación viene en Mateo 13:23. “Mas el que fue sembrado en buena tierra, éste es el que oye y entiende la palabra, y da fruto; y produce a ciento, a sesenta, y a treinta por uno.”

Esta vez la semilla no cayó junto al camino, o en los pedregales o entre espinos, sino en BUENA TIERRA, representada por las personas que escuchan la Palabra Y LA ENTIENDEN (en griego: suniemi). Como en Lucas 8:15 lo explica: “Mas la que cayó en buena tierra, éstos son los que con CORAZÓN BUENO Y RECTO RETIENEN la palabra oída, y dan fruto con PERSEVERANCIA.”

Existe en el griego un verbo “noeo” que significa entender con nuestra mente; con nuestra razón o inteligencia; Mateo 16:9¿No entendéis aún, ni os acordáis de los cinco panes entre cinco mil hombres, y cuántas cestas recogisteis?

Por otro lado, cuando Jesús menciona esta frase: “Escuchan la palabra y la ENTIENDEN” usa el verbo griego “suniemi” que significa entender con nuestro espíritu humano. Mateo 16:12Entonces entendieron que no les había dicho que se guardasen de la levadura del pan, sino de la doctrina de los fariseos y de los saduceos”.

Cuando Jesús preguntó a sus discípulos: “¿Quién dicen los hombres que soy yo?” (Marcos 8:27), Él recibió una respuesta dictada por la inteligencia o la razón humana: “Unos dicen que eres Juan el Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías …”.

Pero cuando preguntó a sus discípulos la pregunta personalmente: “Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?” (Marcos 8:29), obtuvo una respuesta de Pedro, directamente inspirado por el Espíritu Santo, “Tú eres el Cristo, el Hijo de del Dios viviente “.

Nuestra comprensión de las cosas de Dios, por tanto, depende de ¿quién está dirigiendo nuestra mente: nuestra alma o nuestro espíritu?. Jesús decía a la multitud que lo seguía, “De oído oiréis, y no entenderéis (SUNEIMI); Y viendo veréis, y no percibiréis”. Mateo 13:14.

El verdadero entendimiento espiritual, suniemi, sólo puede venir a través de la inspiración del Espíritu Santo, Mateo 16:17Entonces le respondió Jesús: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo reveló (apocalupto) carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos.”

El verbo griego apocalupto literalmente significa quitar el velo. Es el Espíritu Santo, que quita el velo de nuestra mente, es por eso que el apóstol Pablo pudo escribir en Gálatas 1:12, “porque no he recibido ni aprendido de hombre, sino por revelación [apocalupto] de Jesucristo“.

El hombre es, por tanto, sujeto a dos fuentes de inspiración. Después de responder a la pregunta de Jesús a través de la inspiración del Espíritu Santo, Pedro funciona de nuevo con sus sentimientos: Mateo 16:22Señor, ten compasión de ti; en ninguna manera esto te acontezca.” Otra versión dice “Dios no lo quiera, Señor! Eso no te sucederá“.

Por eso Jesús le responde en Mateo 16: 23: “¡Quítate de delante de mí, Satanás! … Porque tus pensamientos no son los pensamientos de Dios, sino los de los hombres“.

Esa es la razón por la que Jesús dijo en Mateo 16:24Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame”. Esto quiere decir que tenemos que renunciar a nuestra forma de pensar.

Por lo tanto, para comprender las Escrituras, tenemos que tener nuestra mente espiritualmente abiertos al Espíritu Santo, Lucas 24:45, “Entonces les abrió el entendimiento, para que comprendiesen las Escrituras”.  Es decir, tenemos que nacer de nuevo por el Espíritu de Dios.

Si recordamos, la primera categoría de personas, no pudo “entender”, ni recibir la Palabra, porque sus corazones estaban endurecidos, insensibles. Pero en esta categoría, la única categoría que es fructífera, es la que ENTIENDE la Palabra; porque tiene un corazón BUENO y RECTO. Esta categoría fructífera tiene todo los que las otras infructuosas categorías no tienen.

En la primera, las personas tenían los corazones endurecidos, aquí los corazones son BUENOS Y RECTOS. También, en la segunda categoría las personas no tienen duración y caen cuando vienen los problemas y aflicciones, en la buena tierra la gente es perseverante (“dan fruto CON PERSEVERANCIA” como el texto dice) y no se dan por vencidos.

En la tercer categoría la Palabra de Dios se ahogó por los diversos afanes y deseos que estaban en primer lugar; pero ahora, en la buena tierra, la Palabra es RETENIDA en sus corazones, sin perder su primera posición, por culpa de circunstancias internas o externas. Esta es la categoría fructífera. La única que lleva fruto.

Cristo dijo en Juan 15:1-2, 4-5, 8, 16.

Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto. Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer. En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos. No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo dé.”

Dios limpia cada pámpano que lleva fruto para que lleve aún más. Entre más fruto lleve, Dios se glorifica más.

Concluimos diciendo que la semilla, que es la Palabra de Dios, es hablada a varios tipos de personas por igual, pero obteniendo de cada uno de ellos resultados diferentes; ¿Por qué? Porque depende de la calidad del corazón de los que escuchan Su Palabra.

Unos la van a rechazar, otros la van a aceptar hasta la primera aflicción, otros la recibirán pero eventualmente no la tendrán como prioridad y pondrán otras cosas primero (afanes, riquezas, materialismo y otros deseos), y finalmente, otros la mantendrán en un corazón bueno y recto llevando fruto.

Es por eso que Jesús, al terminar la interpretación de la parábola dijo: “Mirad, pues, cómo oís” (Lucas 8:18). Porque no se trata solo de oír la Palabra sino de CÓMO la oyes, porque puede que muchos escuchen la Palabra, pero solo aquellos que la escuchan y la retienen en un corazón recto y bueno llevarán fruto.

Doy gracias a mi Dios porque Él dijo que las semillas que cayeron en la tierra buena produjeron una cosecha de ciento, sesenta y treinta. Nos dijo también que el que tuviera oídos que oyera.

Pregúntate en este momento ¿Soy buena Tierra?..¿Estoy dando fruto? Quiera Dios que tu respuesta sea “SI”.

Si tu eres buena tierra, serás un sembrador que procurará sembrar la semilla de la Palabra de Dios a tiempo y fuera de tiempo; siempre esperando que haya fruto, sea a 30, o a 60 o a 100×1, nunca estéril, siempre fructífero.

© Moreiba Cabrera. Todos los derechos reservados.

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Moreiba Cabrera
Autor

Moreiba Cabrera

Moreiba Cabrera, Misionera, Pastora principal de la iglesia Nueva Vida de Madrid. Directora de la extensión de Madrid del Centro de Estudios Superiores de Teología de Asambleas de Dios CSTAD.

1 comentario en «Discipulado Nº 5. La Buena tierra»

  1. Mi hermana tus reflexiones acerca del discipulado han sido de gran bendición para vida, pero me gustaría tener la lección 1, que no he podido encontrarla en el correo. Muchas bendiciones

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