ESTUDIOS BÍBLICOS
Estudios Bíblicos Prédica de Hoy: Discipulado Nº 10 – Una fe expandida
INTRODUCCIÓN
Hemos entrado ya en el molino de Dios en su trato con nosotros para este año. ¿Por qué? Porque Él quiere prepararnos para los milagros. Durante el primer mes del año hicimos énfasis en el evangelismo, el segundo mes en la recogida de frutos de manera Sobrenatural, Sorprendente, Superabundante y Sobresaliente y no parará el Señor en aperturar nuestras mentes a Su Palabra para que crezcamos en fe.
Es el año de ver milagros, eso estamos declarando casi a diario, lo estamos viendo; pero queremos más, queremos que sean cotidianos y no de vez en cuando y reconozco que sea por eso que quiere trabajar con nuestra fe.
Este mes estudiaremos la Parábola del Grano de Mostaza o de la Semilla de Mostaza; enfatizando en la Palabra Profética para este mes de Marzo: EXPANSIÓN.
PARÁBOLA DE EL GRANO DE MOSTAZA.
Mateo 13:31-32 “Otra parábola les refirió, diciendo: El reino de los cielos es semejante al grano de mostaza, que un hombre tomó y sembró en su campo; 32 el cual a la verdad es la más pequeña de todas las semillas; pero cuando ha crecido, es la mayor de las hortalizas, y se hace árbol, de tal manera que vienen las aves del cielo y hacen nidos en sus ramas.“
INTRODUCCIÓN:
La semilla de mostaza es negra y del tamaño de la cabeza de un alfiler. En los tiempos de Jesús se usaba frecuentemente para referirse a la cosa más pequeña que se pudiera imaginar. De hecho, la expresión “pequeño como una semilla de mostaza” había llegado a ser un proverbio. Por ejemplo, el Señor Jesucristo lo usó para referirse a la fe de sus discípulos: “Si tuviereis fe como un grano de mostaza…” (Mateo 17:20).
A pesar de que la semilla es tan pequeña, la planta de mostaza puede llegar a alcanzar hasta cerca de cuatro metros de altura con un tallo grueso como el brazo de un hombre.
Las flores de la planta de la mostaza son amarillas y las hojas son de color verde oscuro y borde irregular. Las vainas que produce contienen una tira de semillas que en el caso de la mostaza negra son de color marrón oscuro. En el otoño los tallos y las ramas se endurecen hasta hacerse rígidos, lo suficientemente fuertes como para sostener el peso de algunos pájaros, como los pardillos y los jilgueros, que se alimentan de las semillas.
La más pequeña
Aunque se puede aducir que el grano de la mostaza no es “la más pequeña” de todas las semillas —las semillas de la orquídea son más pequeñas— y que en realidad no se convierte en un “árbol”, debe tenerse en cuenta que Jesús estaba hablando en términos que resultaran familiares a su auditorio. Para los que le escuchaban, el grano de mostaza estaba en realidad entre las semillas más pequeñas que se plantaban, y es digno de notar que los árabes llaman “árboles” a plantas de menor tamaño que la mostaza. (Mateo 13:31-32).
Aunque más adelante les explicaré el motivo principal por el cual Jesús mencionó esta parábola a sus discípulos, quisiera ahora concentrarme en una comparación que hizo Jesús de La Fe con el grano de mostaza en Mateo 17:20. “Jesús les dijo: Por vuestra poca fe, porque de cierto os digo, que si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí, allá y se pasará; y nada os será imposible”.
Algunos años atrás, descubrí que la traducción de la Biblia del Inglés al español, de Weymouth dice: “Si usted tuviera fe que creciera como un grano de mostaza…”. Cuando leí eso, el Espíritu me hizo entender la enseñanza de Jesús de una manera diferente y nueva. Era una manera que nunca antes había escuchado a alguien explicar la fe.
Jesús no nos estaba diciendo que todo lo que necesitamos es un poquito de fe del tamaño de un grano de mostaza y, entonces, podríamos mover árboles y montañas. Por el contrario, estaba enseñándonos que la fe que crece como un grano o semilla de mostaza puede sanar a los enfermos, echar fuera demonios y ver las señales que han de seguir a los que creen. (Marcos 16:17-20).
Muchos de nosotros hemos dicho y creído que si tenemos un poquito de fe, haremos milagros y maravillas y ¡resulta que no!, si tenemos poca fe, veremos algunos milagros; pero si esta fe crece, crece al estudiar la Palabra de Dios, crece al confesar una y otra vez lo que Él dice en la palabra sobre cualquier situación que estemos viviendo; entonces nuestra fe crecerá mas y más y lograremos tener una Fe Expandida.
UNA FE EXPANDIDA.
La palabra Expandir significa aumentar o ampliar una cosa para que abarque un ámbito o espacio mayor. Dios nos está diciendo que no podemos conformarnos con la fe que tenemos actualmente, que debemos expandir nuestra fe, aumentarla, ampliarla, hacer que crezca.
No podemos quedarnos con la misma fe de cuando creímos; Dios mismo quiere que crezca porque todo lo que Dios hace, crea y regala es expansible, crece y se multiplica; porque Dios es un Dios vivo y todo lo que proviene de Él viene para crecer. El concepto que aprendí de niña de un ser vivo es que nace, crece, se multiplica y muere; muere pero para repetir de nuevo el ciclo en continuidad.
LA FE PUEDE CRECER, SE PUEDE EXPANDIR.
Sabemos que la semilla o grano de mostaza es diminuto, pero Jesús dijo que cuando nacía y crecía hasta llegar a ser una planta adulta, es la más grande de todas las hortalizas, llegando a ser un árbol lo suficientemente cómodo como para alojar a las aves.
Cuando entendemos que no es una fe pequeña sino una fe creciente la que efectúa cosas grandes, entonces, viene a ser un concepto diferente de fe. Una fe pequeña hará algunas cosas; una fe grande hará cosas más grandes.
Recuerdo que hace unos años atrás saqué una lección donde les enseñaba que la fe crece por etapas. En Lucas 17:6 nos dice:“”Entonces el Señor dijo: Si tuvierais fe como un grano de mostaza, podríais decir a este sicómoro: Desarráigate, y plántate en el mar; y os obedecería“.
El pasaje paralelo en Marcos 11:23 no sólo menciona árboles, sino también montañas: “Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere a este monte: Quítate y échate en el mar, y no dudare en su corazón, sino creyere que será hecho lo que dice, lo que diga le será hecho“.
Dios desea que Su Palabra obre. Él dice en Jeremías 1:12: “Y me dijo Jehová: Bien has visto; porque yo apresuro mi palabra para ponerla por obra“. En otras palabras: “Respaldaré mi palabra para que obre lo que yo quiero” (traducción parafraseada). Necesitamos descubrir este tipo de fe que “habla” y sucedan cosas. El punto es este: Hay una “fe que habla” y está a la disposición de los hijos de Dios: “una fe que dice”.
Dos cosas debemos de hacer desde aquí en adelante:
Leer y estudiar la Palabra de Dios diariamente, así como comemos diariamente para tener las fuerzas físicas del día a día; asimismo tenemos que alimentarnos de la Palabra de Dios, ésa es la única manera que venga fe a nuestras vidas y ésta pueda crecer. (Leer Romanos 10:17).
Declara lo que dice la Palabra. Tenemos que aprender a usar nuestra fe, declarando lo Dios ha dicho que hará por mi, en su Palabra. Por ejemplo: Muchas veces pedimos al Señor que nos sane de alguna enfermedad; cuando en realidad tenemos que creer que la sanidad fue algo que Dios me dio a mí como un derecho legal porque el precio fue pagado. Entonces, yo no debo pedir a Dios que me sane, yo tengo que declarar mi sanidad porque Él ya lo hizo.
Otro ejemplo, se encuentra el centurión romano. Un centurión romano viene porque su criado está postrado en cama, paralítico, gravemente atormentado. Dice el Señor, elogiando la fe de este hombre, le dijo que en todo Israel, no había hallado tanta fe. (Lucas 7:9) Vea la comparación que está haciendo. Un pagano que no conocía la escritura, comparado a un pueblo lleno de Palabra, lleno de conocimiento. En todo Israel no había hallado la fe que pudo hallar en este hombre.
Y si buscas dónde era que estaba expresada la fe de este hombre, qué aspecto específico maravilló a Jesús, él lo explica: “Porque también soy hombre puesto bajo autoridad, y tengo soldados bajo mis órdenes; y digo a éste: Vé, y va; y al otro: Ven, y viene” (Lucas 7:8)
El Señor nos dice “He aquí os doy potestad, ollar serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, y nada os dañará.” – Lucas 10:19
Es un ejercicio de autoridad basado en lo legal que el Señor nos ha atribuido. Yo proclamo, yo decreto, yo hablo, yoconfiesollámele como sea, pero yo me tomo del derecho legal que tengo.
Me encuentro a muchas personas pidiendo a Dios y pidiendo lo que ya Dios nos dio. El Señor dice “Vayan y sanen los enfermos”. No dice que cuando encuentren un enfermo lo llaman para que él los sane. No, sánenlo ustedes. Pongan sus manos sobre los enfermos y van a sanar. Está basado en autoridad. Cuando tienes la autoridad de Dios tu lo hablas, tu lo ordenas. No es un asunto de pedir, porque toda la gente ha pedido y viene a ver qué fue lo que pidió mal o por qué no ha visto la mano de Dios.
Hay que hablar, hay que expresarlo, hay que atar, desatar. Tienes la autoridad para atar y desatar. (Leer Mateo 16:19) También está la ley del acuerdo. Si dos se ponen de acuerdo y dice “todo aquí en la tierra”. (Mateo 18:19) Se ata en la tierra, desata en la tierra. Se pone de acuerdo en la tierra. Y se ejecuta en el cielo.
Si comenzamos a hacer estas dos cosas de seguro que nuestra será extendida y podremos ser de bendición a muchas personas que están a nuestro alrededor.
© Moreiba Cabrera. Todos los derechos reservados.