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Discipulado Nº 16 Levadura de crecimiento espiritual Parte I

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DISCIPULADO Nº 16 – LEVADURA DE CRECIMIENTO ESPIRITUAL – PARTE I.

Existen más ejemplos simbólicos de la levadura en el Nuevo Testamento. Hasta ahora hemos visto dos comparaciones negativas de la Levadura: La del Pecado y la de la Hipocresía. Veamos a continuación el simbolismo positivo que Jesús da de la parábola de la Levadura.

Mateo 13:33. “Otra parábola les dijo: El reino de los cielos es semejante a la levadura que se hizo una mujer, y se escondió en las medidas de la harina, hasta que todo fue leudado”.

Encontramos ésta parábola también en:

Lucas 13:20-21. “20 Y volvió a decir: ¿A qué compararé el reino de Dios? 21 Es semejante a la levadura que una mujer tomó y escondió en tres medidas de harina hasta que todo quedó fermentado”.

En esta oportunidad quiero extraer algunas verdades positivas de esta parábola y quiero hablar de la “subida” o el crecimiento en la vida espiritual de una persona o del evangelio que crece y se extiende en el mundo.

La parábola de la levadura, es muy parecida a la parábola de la semilla de mostaza, en donde algo muy pequeño, puede hacer algo grande y diferente.

La levadura es cierto tipo de hongo que se usa como agente para hornear y fermentar la masa. Lo peculiar de la levadura, es que un poquito rinde mucho; una pequeña cantidad tiene la capacidad de penetrar en toda la masa multiplicando grandemente su tamaño. Además de hacer que la masa crezca, da al pan un maravilloso aroma y sabor.

En esta parábola, Jesús utilizó la levadura como algo muy positivo, en donde algo muy pequeño mezclada con otra substancia, puede multiplicarse y crecer en tamaño, además de dar una mejor textura, aroma y sabor, aunque no entendamos como funciona.

¿QUÉ NOS ENSEÑA LA PARÁBOLA DE LA LEVADURA EN ESTE PASAJE?

Primero, que no debemos subestimar el potencial de los principios pequeños de la vida cristiana.Segundo, cuando el Espíritu Santo viene a morar en nosotros aplicando (amasando) la Palabra de Dios, produce una transformación en nuestro corazón y en nuestra vida, afectando todo nuestro ser.

Tercero, esto sucede de una forma gradual y sin darnos cuenta de que estamos siendo cambiados, de que estamos creciendo, ya que la obra es silenciosa, y es Dios a través del Espíritu Santo, el que hace la obra.

ENTENDIENDO EL PASAJE BÍBLICO. ¿A QUÉ COMPARÓ JESÚS EL REINO DE DIOS?

La levadura de la harina es un misterio, porque no sabemos cómo actúa; pero sabemos, porque Jesús lo dijo, que el reino de los Cielos actúa de igual manera. Una cantidad pequeña de levadura leuda o transforma toda la masa. Así es como el Espíritu Santo actúa cuando entra a nuestra vida, la transforma de una manera sorprendente. No tratemos de entenderlo, solamente agradezcamos a Dios porque da resultado.

LEVADURA DE CRECIMIENTO ESPIRITUAL. PARTE 1.

¿De qué manera crecemos como cristianos? ¿Acaso es por acumular más conocimiento bíblico o llevar a cabo más obras cristianas? o quizás se deba al desarrollo de nuestras virtudes semejantes a las de Cristo. Todos estos representan nuestros conceptos acerca de qué significa crecer como cristiano, sin embargo, el crecimiento cristiano según la Biblia no es un asunto de conocimiento o esfuerzo propio, sino un asunto totalmente del crecimiento en vida.

En específico, esta vida que debe de crecer es la vida divina, la vida de Dios. Cuando nos volvimos a Dios por primera vez y creímos en Jesucristo, no solamente fuimos salvos del juicio de Dios, incluso más, nacimos de nuevo en nuestro espíritu con la vida de Dios. Ahora, aparte de nuestra vida humana, tenemos la misma vida de Dios en nosotros.

Al nacer de Dios, llegamos a ser hijos de Dios, tal y como Juan 1:12-13 nos dice: “Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en Su nombre, les dio autoridad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios”.

Así como el nacimiento de un niño es solamente el comienzo de una vida y sigue creciendo en esta vida hasta llegar a la madurez, de la misma manera, ser engendrados con la vida de Dios es solamente el comienzo. Dios desea ver a Sus hijos crecer en Su vida.

¿QUÉ DICE LA BIBLIA RESPECTO EL CRECIMIENTO DE LA VIDA DE DIOS EN NOSOTROS?  

OBSERVEMOS DOS VERSÍCULOS:

El apóstol pablo dice esto en 1 Corintios 3:6-7: “Yo planté, Apolos regó; pero el crecimiento lo ha dado Dios. Así que ni el que planta es algo, ni el que riega, sino Dios, que da el crecimiento”.

Luego, en el versículo 9 Pablo dice: “Porque nosotros somos colaboradores de Dios, y vosotros sois labranza de Dios, edificio de Dios”.

Las palabras plantó, regó y labranza todas se refieren a las cosas de la vida. La vida de Dios que es una semilla ha sido plantada en nuestro espíritu. Esta semilla necesita ser regada para que pueda crecer, y a medida que la semilla de la vida de Dios crece en nosotros, llegamos a ser la labranza de Dios. Es decir, Su tierra cultivada. Aquí, Pablo no usa el cuadro de una escuela con sus clases y estudio, para describir el crecimiento de la vida divina en nosotros, sino el cuadro de una tierra cultivada donde se planta y riega.

Colosenses 2:19 dice lo siguiente: “Y no asiéndose de la Cabeza, en virtud de quien todo el Cuerpo, recibiendo el rico suministro y siendo entrelazado por medio de las coyunturas y ligamentos, crece con el crecimiento de Dios”.

La nota 6 del Nuevo Testamento Versión Recobro nos ayuda a entender lo que significa la palabra “crece”: “El crecimiento es algo de vida, la cual es Dios mismo. Por ser el Cuerpo de Cristo, la iglesia no debe ser privada de Cristo, quien es la corporificación de Dios como fuente de vida. Al asirse de Cristo, la iglesia crece con el crecimiento de Dios, con el aumento de Dios como vida”.

Dios en Sí mismo es perfecto y completo. Por consiguiente, el crecimiento de Dios no significa que Dios crece en Sí mismo, sino que significa que Dios crece, aumenta en nosotros. El crecimiento de un cristiano significa que la vida de Dios crece en nuestro ser.

© Moreiba Cabrera. Todos los derechos reservados

Leer: Discipulado Nº 17 – Levadura de crecimiento espiritual – Parte II

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