Discipulado Nº 30 – El infierno

En el futuro, habrá una resurrección de cuerpos de los condenados. Ellos recibirán un cuerpo trascendente que entonces, irá a un lago de fuego. Será un cuerpo no como el que tenemos ahora. Será uno muy diferente. Será uno de resurrección como el que tendremos como cristianos.

Nosotros resucitaremos porque este cuerpo nunca podría vivir eternamente en el cielo, ¿verdad? Tenemos que tener un cuerpo trascendente, un cuerpo glorificado, un cuerpo diferente. Y también los condenados. Y serán resucitados, Juan 5, resucitarán en cuerpos nuevos con el único propósito de ser castigados por siempre en esos cuerpos.

Eso es lo que la Biblia dice, atormentados para siempre. Deben tener un cuerpo que encaje ese tormento eterno. Y esa es la razón por la que Jesús en Mateo 10:28 dijo: “no temáis a los que matan el cuerpo, sino temed a Aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno.” Como puede ver, el infierno es alma y cuerpo.

Con el cuerpo actual, no se podría tolerar el infierno. El cuerpo que tenemos ahora sería consumido en un momento. Entonces, Dios, así como prepara a los redimidos con cuerpo nuevos para el cielo, Él prepara a los condenados con cuerpos nuevos para el infierno. Nosotros conocemos un poco acerca de eso a partir de lo que el Señor dijo.

Él dijo, “el gusano de ellos no muere” (Marcos 9:33-49). Ahora, ¿qué quiso decir con eso? Cuando un cuerpo va a la tumba, y entra en un estado de descomposición, se llena de gusanos. Y comienzan a consumir ese cuerpo, y los gusanos van a morir cuando el alimento se acabe.

Entonces, una vez que el cuerpo es consumido, los gusanos mueren. Pero en el infierno, los gusanos nunca mueren porque el cuerpo, aunque está siendo consumido de manera continua nunca es consumido. Entonces, el gusano nunca muere.

Hace unos 3 años atrás tuve una experiencia con gusanos que no morían que todavía se me “espeluca la nuca”. Un día me encontré un gusano pequeño en la encimera de mi cocina, lo maté enseguida, pero me pareció tan extraño, pensé que era de la papelera, pero la revisé bien y estaba limpia, sin comida, ni olores.

Al poco rato volví a la cocina y en esta oportunidad, había otro gusano en una de las paredes de la cocina. Ya estaba preocupada, cogí un insecticida y rocié la cocina y la cerré por un buen rato.

Pasaron varios días donde me encontraba gusanos en todas partes de la cocina, el colmo fue cuando comencé a ver varios en el techo y ya estos eran grandes, perece que no morían, sino que se multiplicaban.

De verdad les digo que ore al Señor echando fuera toda malicia del Diablo, porque hasta llegué a pensar que era una brujería. Este episodio duró como una semana y ya yo casi entraba en la desesperación y oí al Señor que me dijo “LIMPIA” y la verdad sea dicha hacía muy poco que había hecho una limpieza general de la cocina y no estaba sucia.

Pero entendí que era algo más profundo. Comencé a tirar todo los alimentos que estaban guardados, pero que estaban abiertos, un montón, hasta que descubrí el origen.

Había una harina que estaba mal cerrada y se había metido una polilla y había puesto allí sus huevos y se había reproducido hasta el punto de casi sacarme de mis casillas. Esto fue por causa de unos cuantos gusanitos. ¿Se imaginan, miles de ellos que no mueren? ¡¡¡Terrible!!!.

El Señor estaba diciendo el tormento sin alivio del cuerpo continúa y continúa. Y también dice, el fuego nunca se apaga. Ahora, un fuego siempre se acaba cuando se acaba el combustible. Pero el combustible nunca se acabará. Aunque el fuego continúa, el combustible nunca se consume. Y entonces, usted tiene un tormento sin alivio de cuerpo y alma.

El tercer pensamiento. En el infierno, usted tiene un lugar de tormento sin alivio, de cuerpo y alma en diferentes grados.

En otras palabras, para algunas personas, el infierno será peor que para otros. Para todos los que estén ahí, será horrible. Será sufrimiento definitivo. No habrá alivio para ellos, pero para algunos, habrá grados de sufrimiento más severos. En Hebreos 10 dice: “Cuánto más severo será el castigo que merezcan aquellos que han pisado al Hijo de Dios y han considerado la sangre del pacto algo inmundo.”

La gente que ha pisado a Jesucristo, que ha rechazado a Su cruz, conocerá un infierno mayor que aquellos que no lo han hecho. Habrá grados, así como habrá grados de recompensa en el cielo.

En cuarto lugar, el infierno es un lugar de tormento sin alivio para el cuerpo y el alma en diferentes grados y será interminable.

El gusano de ellos nunca muere, el fuego nunca se apaga y la luz nunca llega. El alivio dulce de la muerte nunca viene. Interminable. La única razón y la única manera en la cual en esta vida nosotros podemos vivir en medio de las pruebas y el dolor y el sufrimiento y la enfermedad es porque creemos que habrá un fin para todo esto. Pero ellos no tendrán eso.

Es tan eterno como el cielo porque en el mismo versículo el Señor usó los mismos términos. Mateo 25:46: “e irán estos al castigo eterno y los justos a la vida eterna.” Lo que sea la vida eterna en términos de su duración, así lo es el castigo eterno. Ése es el infierno.

Dios no preparó el infierno para Su pueblo. Lo preparó para el diablo y sus ángeles. Pero las personas eligen ir ahí. Es una miseria inconcebible.

Tal vez te preguntes cómo evitar el infierno. Evitas el infierno sólo al recibir a Jesucristo como tu Señor y Salvador. Si tu no te apropias del Reino, si tu no tomas el tesoro, si tu no compras la perla de gran precio, no hay manera de salir. Pero si vives una vida de santidad, veras al Señor cara a cara. ¡Nos veremos en el cielo!

© Moreiba Cabrera. Todos los derechos reservados

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